
Las plantas han ocupado un rol fundamental en la medicina tradicional de distintas culturas. Entre las frutas de mayor relevancia histórica destaca la granada, reconocida tanto por su sabor distintivo como por la amplia variedad de usos terapéuticos que ofrece.
Si bien su pulpa ostenta popularidad gracias a su intenso color y dulzor, hay un componente que suele pasar desapercibido: la cáscara. Lejos de ser solo un residuo, las cáscaras de granada concentran compuestos bioactivos capaces de aportar beneficios en distintas áreas de la salud.
El auge del interés por los alimentos funcionales y la revalorización de los remedios fitoterapéuticos han motivado estudios que buscan aprovechar el potencial de partes tradicionalmente desechadas de las frutas, como las cáscaras.
La granada, un fruto originario de Asia y expandido a lo largo del mundo, ha sido utilizada en la medicina tradicional desde tiempos remotos y representa un recurso de creciente importancia para quienes buscan alternativas naturales. Muchos de los compuestos responsables de sus efectos positivos, incluidos los taninos y polifenoles, se encuentran justamente en la cáscara.

La exploración de las propiedades curativas de las cáscaras de granada avanza junto a un interés científico por maximizar los beneficios del consumo sostenible de frutas. Aprovechar las cáscaras mediante infusiones o tés permite a los consumidores obtener nutrientes y antioxidantes valiosos que van más allá del tradicional consumo de la pulpa.
Los beneficios específicos y las razones por las cuales infusiones de cáscaras de granada se abren paso dentro de las recomendaciones de bienestar, especialmente entre quienes buscan mejorar la respuesta inmunológica y prevenir procesos inflamatorios.
Propiedades generales de la granada y sus cáscaras para la salud
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural resalta el valor nutrimental y funcional de la granada roja. Esta fruta contiene fenoles con actividad antioxidante, asociados a la prevención del daño causado por radicales libres, además de propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
Aporta una considerable cantidad de vitamina C, vitamina K y potasio, nutrientes esenciales para el fortalecimiento del sistema inmunológico y la regulación del metabolismo corporal. La granada se ha vinculado además a una mejora en la salud cardiovascular, a través de la reducción de la presión arterial y la promoción de una óptima circulación sanguínea.
En el caso de sus cáscaras, el ácido cítrico presente contribuye a la eliminación del ácido úrico y actúa como agente bactericida. Los fitoquímicos, vitaminas y minerales que contiene otorgan beneficios al sistema inmunológico, al tiempo que las semillas de la fruta suministran fibra y grasas saludables. Incorporar infusiones de cáscara de granada en la dieta puede potenciar el acceso a antioxidantes y fortalecer la protección frente a agentes patógenos.

Beneficios y potencial curativo de las cáscaras de granada
Consumir las cáscaras en infusiones o té brinda ventajas que van más allá del aprovechamiento de la fruta entera. Entre los posibles beneficios medicinales destacan la acción antioxidante, que ayuda a proteger las células del daño oxidativo; la capacidad antiinflamatoria, útil en la prevención de enfermedades crónicas; y la acción bactericida, que puede ser efectiva frente a infecciones. Además, por su aporte en vitamina C y minerales, refuerzan el sistema inmunológico y favorecen la recuperación del organismo ante procesos infecciosos.
Receta para infusión de cáscara de granada
Preparar una infusión de cáscara de granada resulta sencillo y puede realizarse en casa:
- Lavar y secar la cáscara de una granada madura. Retirar los restos de pulpa.
- Cortar la cáscara en trozos pequeños y dejar que se sequen completamente, preferentemente al sol.
- Colocar una cucharada de cáscara seca en una taza de agua hirviendo.
- Dejar reposar durante 5 a 10 minutos, tapada, y luego colar.
- Consumir la infusión una o dos veces al día, de preferencia sin endulzantes para aprovechar al máximo sus propiedades.

Antes de incorporar infusiones de cáscara de granada como parte de la dieta, es fundamental la supervisión de un profesional de la salud, nutriólogo o dietista.
Las preparaciones naturales no sustituyen tratamientos médicos ni garantizan por sí mismas la cura de enfermedades. Se recomienda acompañar este tipo de remedios con una alimentación balanceada y la práctica de ejercicio regular, como parte de un estilo de vida saludable.
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