Qué significa que una persona se acueste tarde, según la psicología

Un fenómeno que se conoce como “bed procrastrination”

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Una mujer en la cama.
Una mujer en la cama. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Muchas veces, a pesar de que estemos cansados o llevemos todo el día pensando en el sueño que tenemos, llega la hora de irnos a dormir y vamos atrasando el momento, ya sea porque nos quedamos hablando con nuestra compañera de piso, estamos leyendo o, simplemente, estamos con el móvil. Desde Quirón Salud definen este fenómeno como “bed procrastrination”, procrastinar el momento de ir a dormir". Según definen, en psicología procrastinar “hace referencia a la postergación o retraso de actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo o pereza a afrontarlas”.

Tal y como mencionan, son varios los estudios que confirman que si una persona resiste los deseos de “hacer cosas que le gusta durante el resto del día, más probabilidades tendría luego de retrasar la hora de acostarse. Lo que viene a decir que, cuantas menos cosas placenteras se hagan durante la jornada, más probable es que, en cierta manera, se intente recuperar ese tiempo por la noche.

Un acto de “rebelación” por el tiempo que nos quita el trabajo

Una de las principales razones de esta procrastinación “por venganza” es que la cultura laboral actual choca con nuestras expectativas personales y de tiempo libre. El deseo de tener un momento de libertad impulsa a quedarse despierto más tiempo del que el cuerpo necesita para descansar. Nos “rebelamos” contra la falta de tiempo durante el día para hacer lo que nos gusta, utilizando el tiempo que deberíamos dedicar al descanso y al sueño para compensarlo.

Esta costumbre nos lleva a retrasar la hora de irnos a dormir, 30 minutos, una hora o más, aun sabiendo que la hora de despertarnos es algo innegociable. Un comportamiento que, según los profesionales de Quirón Salud, se asocia a personas que no tienen mucho control sobre su actividad durante el día y prefieren no acostarse pronto para tener una pequeña sensación de libertad. En realidad, lo que buscan es tener un rato para ellas mismas, puesto que durante el resto del día sólo se dedican a cumplir con sus responsabilidades.

Dr López Rosetti - El Dormir

Cuáles son las consecuencias de acostarse tarde

Cuanto más se procrastine, más problemas se tendrán al día siguiente por el cansancio y la somnolencia acumulados. Por lo tanto, se será menos efectivo y eficiente y el estado de ánimo también se verá afectado. De hecho, es probable que de esta manera se cree un círculo vicioso: cuanto peor nos sintamos durante el día y menos productivos seamos, más ganas tendremos de recuperar ese tiempo por la noche, dedicándolo a otras actividades. Este “robo” de sueño también afectará nuestras emociones y nuestro humor.

Además, según un estudio de la Universidad de Málaga, las personas que se acuestan tarde tienen peores estrategias de regulación emocional. Tal y como afirma el profesor de la Facultad de Psicología de esta universidad, Juan Manuel Antúnez, los vespertinos suelen tener “más problemas psicológicos como trastornos del estado de ánimo, de la conducta alimentaria, psicóticos o alteraciones del sueño, entre otros; mientras que las matutinas tienden a mostrar mayores niveles de optimismo, resiliencia e inteligencia emocional.