Cuál es el alimento ancestral que ayuda a la flora intestinal y se puede preparar en casa

Un fermento con historia, múltiples variantes y beneficios probados despierta el interés de quienes priorizan la alimentación natural

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Un estudio publicado en la revista National Library of Medicine demostró que el consumo de kéfir puede mejorar síntomas de colon irritable y reducir la inflamación gastrointestinal en individuos susceptibles.

Considerado durante siglos un “oro blanco” en las culturas del Cáucaso, el kéfir ha resurgido como una de las alternativas más valoradas para mejorar la salud intestinal a través de métodos naturales y tradicionales.

Esta bebida fermentada, que puede prepararse fácilmente en casa, posee una composición única de bacterias y levaduras vivas, avalada hoy por importantes instituciones internacionales como la Escuela de Salud Pública de Harvard y por múltiples estudios científicos recientes.

De ser un secreto de los pueblos de las montañas, el kéfir ha pasado a ocupar un lugar central en la conversación sobre alimentación saludable y bienestar.

Cuáles son los beneficios del kéfir para la salud

Estudios de Harvard y publicaciones
Estudios de Harvard y publicaciones científicas avalan los efectos positivos del kéfir en el intestino (Imagen Ilustrativa Infobae)

La investigación moderna ha confirmado que el kéfir ofrece múltiples beneficios, desde la regulación del sistema digestivo hasta la contribución al equilibrio inmunológico. Según la Escuela de Salud Pública de Harvard, el consumo regular de kéfir puede favorecer la digestión, reducir molestias gastrointestinales y reforzar la barrera intestinal, además de facilitar la descomposición de la lactosa y las proteínas.

Un estudio publicado en la revista National Library of Medicine demostró que el consumo de kéfir puede mejorar síntomas de colon irritable y reducir la inflamación gastrointestinal en individuos susceptibles.

Los especialistas de Harvard subrayan que la riqueza de probióticos del kéfir ayuda a mantener un entorno intestinal más diverso, lo que a su vez contribuye a optimizar la absorción de nutrientes y a fortalecer el sistema inmunológico.

El kéfir, fermento ancestral, mejora
El kéfir, fermento ancestral, mejora la flora intestinal y puede prepararse en casa (Imagen Ilustrativa Infobae)

Más del 70% de las células defensivas del organismo residen en el intestino, lo que convierte la salud intestinal en un pilar para la inmunidad general. La diversidad de microorganismos presentes en el kéfir es considerada uno de sus atributos más destacados.

Por qué el kéfir ayuda a la flora intestinal

El secreto del kéfir reside en sus gránulos: matrices gelatinosas que contienen hasta 60 cepas distintas de bacterias y levaduras, como Lactobacillus y Bifidobacterium. Estos microorganismos, según Harvard, trabajan en simbiosis, incrementando la variedad y cantidad de especies beneficiosas en el intestino.

Distintas investigaciones confirman que los probióticos del kéfir desplazan bacterias potencialmente dañinas, restaurando el balance de la microbiota especialmente tras tratamientos con antibióticos o periodos de estrés. Esta restauración favorece la absorción de nutrientes clave, como calcio y magnesio.

La bebida fermentada contiene bacterias
La bebida fermentada contiene bacterias y levaduras vivas que benefician la salud digestiva (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estudios clínicos y la experiencia de expertos sostienen que el kéfir contribuye a reducir molestias como diarrea, estreñimiento y síntomas del colon irritable. También mejora la digestión, disminuye la distensión abdominal y potencia la resistencia frente a infecciones intestinales.

Cómo hacer kéfir en casa, paso a paso

Elaborar kéfir en el hogar es un procedimiento sencillo, aunque requiere rigor en la higiene y la elección de buenos ingredientes. Se recomienda utilizar leche pasteurizada (o bebida vegetal) o agua azucarada, junto con los gránulos de kéfir. El procedimiento consiste en colocar los gránulos en un frasco de vidrio con el líquido elegido, cubrirlo con un paño limpio y dejar fermentar entre 24 y 48 horas a temperatura ambiente.

Es fundamental esterilizar los utensilios, emplear materiales no metálicos y mantener las manos limpias durante el proceso. Una vez concluida la fermentación, los gránulos deben retirarse —pueden reutilizarse— y la bebida refrigerarse durante un máximo de siete a diez días. Si el sabor, olor o apariencia generan dudas, se recomienda descartar el producto por seguridad.

El kéfir desplaza bacterias dañinas
El kéfir desplaza bacterias dañinas y restaura el equilibrio intestinal tras antibióticos o estrés

Diversos expertos sugieren que una dosis diaria de entre 100 y 200 mililitros es suficiente para obtener beneficios sobre la microbiota intestinal y la salud general. Si bien el kéfir es, por lo general, seguro y bien tolerado, aquellas personas con el sistema inmunológico comprometido deben consultar con un profesional médico antes de incorporarlo a su dieta.

Algunos pueden experimentar efectos secundarios leves, como gases o distensión abdominal en las primeras tomas, síntomas que tienden a resolverse con la adaptación del organismo.

El valor nutricional del kéfir

El contenido nutricional del kéfir es uno de sus mayores atractivos, tanto para quienes buscan optimizar su salud ósea y muscular como para los interesados en una alimentación funcional.

El kéfir de leche aporta
El kéfir de leche aporta proteínas, calcio y vitaminas; el de agua es rico en probióticos y antioxidantes (Freepik)

El kéfir de leche ofrece proteínas de alta calidad, calcio, vitaminas del grupo B, vitamina K2, fósforo y otros minerales esenciales. Un vaso de cien mililitros aporta aproximadamente ciento veinte miligramos de calcio. Gracias a la fermentación, el contenido de lactosa es significativamente menor que en la leche clásica, lo que facilita su digestión incluso para quienes presentan intolerancia parcial.

El kéfir de agua, alternativa no láctea, contiene menos proteínas pero una alta concentración de probióticos y compuestos antioxidantes. Ambas variantes, si se preparan con cultivos vivos y en condiciones higiénicas, resultan potentes aliadas para quienes desean fortalecer su flora intestinal de manera natural.

La regularidad en su consumo, la calidad del fermento y una dieta equilibrada potencian al máximo los efectos positivos de este alimento ancestral, el cual cuenta hoy con el respaldo de la ciencia moderna.