Retomar la actividad física después de mucho tiempo: cómo cuidar el corazón

Una cardióloga del Mayo Clinic Healthcare de Londres reveló que volver al ejercicio de manera brusca, tras un proceso sedentario puede causar daños en el cuerpo

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Para retomar la actividad física
Para retomar la actividad física tras procesos sedentarios se deben tener algunos recaudos (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

Luego de largos procesos de sedentarismo, donde el ejercicio escasea en la rutina diaria, es usual que las personas quieran retomar la actividad física de manera brusca y apresurada. Esto puede causar daños irreversibles en el corazón, por lo que es imprescindible tomar medidas de cuidado.

Con la llegada de las bajas temperaturas y en medio de largas jornadas laborales frente a la computadora, entre otros factores que genera el sedentarismo, el cuerpo puede tener largos períodos de inactividad que son perjudiciales para la salud. Sin embargo, la Clínica Mayo explicó en una investigación que realizar una activación agresiva del ejercicio físico puede tener un impacto aún mayor y más riesgoso.

Cabe recordar que, según explica la Fundación Española del Corazón, la vida sedentaria es una de las mayores causantes de enfermedades cardiovasculares, así como también de aterioresclerosis, hipertensión, afecciones respiratorias y fallas cardíacas, las cuales pueden llegar a ser mortales si no se realiza la suficiente actividad física.

Cómo retomar la actividad física sin dañar el corazón

La Dra. Gosia Wamil, cardióloga del Mayo Clinic Healthcare de Londres, explicó que hay ciertos recaudos que hay que tomar antes de realizar actividad física después de un largo proceso sedentario. Esto se debe que un esfuerzo brusco y desmedido en un sistema cardíaco que fue dañado por la falta de ejercicio puede ser aún más perjudicial para la salud.

Retomar la actividad física de
Retomar la actividad física de manera brusca puede dañar el corazón (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)
  • Retomar la actividad de manera gradual: según comentó, es esencial comenzar con ejercicios leves “como caminatas o estiramientos más suaves, y vaya aumentando la intensidad poco a poco”. Esto ayuda a reducir el riesgo de lesiones o estrés cardíaco repentino, ya que este último puede aumentar el esfuerzo del corazón.
  • Preparar el cuerpo para el ejercicio y relajarlo al terminar: sin importar que la actividad sea mínima, es necesario tomarse de 5 a 10 minutos para preparar los músculos y el corazón. Además, comentó que “realizar un buen relajamiento ayuda a su cuerpo a volver a su estado de normalidad y evita mareos o caídas de presión”.
  • Escuchar el cuerpo y no ignorar las señales de advertencia: remarcó la importancia de estar atento a las señales para actuar en consecuencia. “Si nota molestias en el pecho, una falta de aire inusual, mareos o palpitaciones, deténgase de inmediato y busque atención médica. Estos síntomas pueden indicar un problema cardíaco, especialmente en personas que habían estado inactivas durante algún tiempo”, aseguró.
  • Hidratarse y usar ropa adecuada: la cardióloga marcó la vitalidad de mantener una hidratación constante durante la actividad física, además de la utilización de equipamiento cómodo y fresco ya que “la deshidratación y el sobrecalentamiento pueden sobrecargar aún más el corazón”.
  • Recurrir al médico en caso de condiciones previas: “Personas con presión alta, diabetes, o con un historial de problemas cardíacos, deben consultar a un profesional de la salud antes de comenzar tareas al aire libre más intensas”, explicó Wamil.

Riesgos del sedentarismo

El sedentarismo, caracterizado por permanecer sentado o acostado durante largos períodos y realizar poca o ninguna actividad física, no solo limita el movimiento cotidiano, sino que plantea una serie de riesgos serios para la salud física y mental. Según el sitio especializado Medline Plus, los mismos pueden ser:

El sedentarismo significa un riesgo
El sedentarismo significa un riesgo para la salud (FreePik)
  • Trastornos psicológicos: llevar una vida inactiva puede incrementar los sentimientos de depresión y ansiedad. Esto puede explicarse, en parte, por la reducción en la producción de endorfinas y otros neurotransmisores asociados con la actividad física, que suelen contribuir a la sensación de bienestar emocional
  • Enfermedades cardiovasculares y metabólicas: aumenta significativamente el riesgo de enfermedades del corazón, como la coronaria y los infartos. A esto se suman condiciones como la presión arterial alta y el colesterol elevado, todos factores que están íntimamente ligados al funcionamiento deficiente del sistema cardiovascular
  • Obesidad y desequilibrios hormonales: el cuerpo quema menos calorías cuando está en reposo prolongado, lo que favorece el aumento de peso. Además, un metabolismo desacelerado puede dificultar la regulación de azúcares y grasas, lo que lleva a un desequilibrio hormonal y un estado de inflamación crónica