Cómo evitar dolores corporales con pequeños cambios en la rutina diaria

El bienestar físico cotidiano puede verse notablemente influido por las posturas que se adoptan en actividades como trabajar, descansar o incluso dormir. La atención a detalles aparentemente menores, como la posición del cuerpo frente a una pantalla o la manera en que se descansa durante la noche, tiene un impacto directo en la energía y nivel de confort.

Determinadas modificaciones mínimas en los hábitos no solo contribuyen a reducir dolores físicos, sino que también mejoran la calidad de vida en general, de acuerdo con las recomendaciones aportadas por expertos en ergonomía y salud física.

Según un artículo compartido por The Washington Post, la postura y el entorno para realizar actividades cotidianas desempeñan un papel crucial en el alivio de dolores corporales. Uno de los primeros pasos es optimizar el espacio de trabajo.

La posición del escritorio, monitor y silla debería facilitar una postura adecuada. Con los hombros relajados, brazos junto al cuerpo, muslos y antebrazos paralelos al suelo. Además, los codos deberían estar en un ángulo aproximado de 90 grados. Es esencial que los pies se apoyen firmemente sobre el suelo y que la espalda cuente con el soporte adecuado que ofrece la silla.

Cuando se realizan tareas de pie, es recomendable utilizar alfombras anti-fatiga. Estas están diseñadas para promover pequeños movimientos de las piernas, lo que ayuda a evitar la incomodidad que genera mantener una postura fija durante periodos prolongados.

Para aquellas actividades en la cocina, herramientas como la mezzaluna, que permite cortar alimentos con un movimiento oscilante, pueden reducir la tensión en manos y brazos.

De acuerdo con informes, la lectura —ya sea de un libro, una tablet o un teléfono— también impacta en el bienestar físico. Para evitar el dolor de cuello, es importante mantener el material de lectura a la altura adecuada, permitiendo que el cuello se mantenga en una posición neutral. Es por esto que un soporte ajustable puede ser una herramienta útil.

La manera en que se ve la televisión o películas también merece consideración. Colocar una almohada detrás del cuello durante largos periodos frente a la pantalla disminuye el esfuerzo del cuello. El artículo publicado por The Washington Post indica que es importante que la mirada al monitor sea directa, sin inclinar la cabeza hacia los lados.

El sueño es otra área crítica en la relación con el dolor corporal. Especialistas de Consumer Reports aconsejaron utilizar almohadas que soporten adecuadamente la curva natural de la columna de la siguiente manera:

• Para aquellos que duermen de espaldas, un almohadón bajo las rodillas ayuda a mantener una posición adecuada.
• Para quienes prefieren dormir de lado, colocar una almohada entre las rodillas es beneficioso.
• Dormir boca abajo, por otro lado, es menos aconsejable debido a que dificulta mantener una alineación neutral del cuerpo.

Es fundamental mantenerse en movimiento para prevenir el dolor asociado con la postura. Permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo acelera la fatiga muscular. Las pausas regulares para estirarse, caminar o efectuar ejercicios como planchas o estocadas son altamente recomendadas para mantener la frescura del cuerpo y evitar molestias.

En paralelo a estos consejos sobre medicina preventiva ergonómica, el medio Women’s Health destacó a la movilidad como una faceta esencial del bienestar físico. Según la fisioterapeuta Amy Hutson, la movilidad se refiere a la capacidad de mover el cuerpo de manera libre y sin restricciones.

Asimismo, esta habilidad es crucial para llevar a cabo tareas diarias sin dolor o rigidez, al tiempo que impacta directamente en el rendimiento físico durante la realización de ejercicios.

Winnie Yu, una especialista en deportes y fisioterapia del Bespoke Treatments, señaló que “el entrenamiento de movilidad ayuda a mejorar temporalmente el rango de movimiento, el flujo sanguíneo hacia grupos musculares específicos y el control neuromuscular a lo largo del rango de movimiento de las articulaciones”.

Debido a estilos de vida sedentarios o hábitos laborales, ciertos segmentos del cuerpo pueden volverse menos móviles, afectando principalmente áreas como las caderas, la espalda y los hombros. Integrar ejercicios de movilidad en la rutina diaria se vuelve esencial para contrarrestar estos efectos negativos.

La movilidad es un componente que todos pueden incorporar en sus rutinas, ya sea que participen en actividades recreativas o entrenamientos rigurosos, de acuerdo con la especialista Yu.

Su entrenamiento no solo ayuda a mejorar la salud muscular y articular general, sino que también previene lesiones futuras. Adicionalmente, mantener la movilidad es crucial para el envejecimiento saludable, ya que ayuda a conservar la independencia funcional y contrarresta los cambios físicos que acompañan el paso del tiempo.