¿Las personas con hipertensión o presión alta pueden comer sandía?

Esta fruta es una de las más consumidas debido a su dulce sabor y frescura

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¿Las personas con hipertensión o
¿Las personas con hipertensión o presión alta pueden comer sandía?

La sandía, una fruta refrescante y baja en calorías, podría ser una aliada para quienes buscan controlar la presión arterial.

Según investigaciones de Medical News Today, se destaca que la sandía, perteneciente a la familia Cucurbitaceae, contiene nutrientes de interés para la salud. De acuerdo con Kathy Warwick, nutrióloga y educadora en diabetes en Professional Nutrition Consultants LLC (Estados Unidos), esta fruta proporciona una combinación de vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen a la hidratación y al bienestar general. Estos nutrientes son relevantes para quienes presentan hipertensión.

La sandía aporta L-citrulina y L-arginina, dos compuestos que, según especialistas en nutrición, pueden tener efectos favorables en la función arterial.

(Getty)
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La sandía y la presión arterial: esto dicen los expertos

Un estudio publicado en 2012 evaluó el consumo de extracto de sandía en personas de mediana edad con obesidad y un diagnóstico reciente de presión arterial alta. Los investigadores observaron una reducción en la presión arterial en los tobillos de los participantes tras consumir extracto de sandía, de acuerdo con los datos recogidos por Medical News Today.

En la investigación, se analizó el papel de la L-citrulina y la L-arginina presentes en la sandía, señalando su importancia en la funcionalidad de las arterias. Los autores del estudio sostuvieron que estos antioxidantes podrían colaborar en el control de la presión arterial al facilitar la relajación de los vasos sanguíneos.

Antioxidantes presentes en la sandía y sus posibles beneficios

El licopeno es otro antioxidante que se encuentra en la sandía, y ha sido asociado con la protección frente a enfermedades cardiovasculares. Según una revisión de 2017 citada por Medical News Today, el licopeno ayuda a moderar la inflamación vinculada a la lipoproteína de alta densidad (HDL) —conocida como colesterol “bueno”—, lo cual resulta relevante en la prevención de enfermedades del corazón.

La fruta también contiene fitosteroles, compuestos vegetales que presentan la capacidad de disminuir las lipoproteínas de baja densidad (LDL), o colesterol “malo”. Diversos lineamientos nutricionales recomiendan un consumo diario de hasta dos gramos de fitosteroles. Según los cálculos difundidos por Medical News Today, una porción de 154 gramos de sandía picada ofrece aproximadamente 3,08 miligramos de estos compuestos.

La sandía y la presión
La sandía y la presión arterial: esto dicen los expertos ROSSANDHELEN

Reducir el colesterol LDL es una acción reconocida en la prevención de afecciones cardiovasculares y de la hipertensión, aunque todavía se requiere más investigación sobre el impacto directo de los fitosteroles contenidos en la sandía sobre estas condiciones.

Aporte de potasio y recomendaciones para quienes padecen hipertensión

La sandía también puede formar parte de una dieta orientada al control de la presión arterial gracias a su aporte de potasio, mineral esencial para el funcionamiento muscular y nervioso, así como para la regulación del equilibrio de líquidos en el organismo. Existen otros alimentos ricos en potasio que pueden integrarse en la alimentación para lograr este objetivo.

Antes de realizar cambios sustanciales en la dieta, especialistas en nutrición recomiendan consultar con profesionales de la salud y con médicos tratantes. La importancia de contar con orientación individualizada, especialmente en personas con antecedentes de hipertensión o condiciones médicas preexistentes.

Antioxidantes presentes en la sandía
Antioxidantes presentes en la sandía y sus posibles beneficios (Freepik)

Sobre los efectos a largo plazo del consumo de sandía y sus componentes en el manejo de la presión arterial, los expertos mantienen que se requiere mayor evidencia científica. Mientras tanto, la integración de la sandía y otros alimentos frescos, en el marco de una alimentación variada y equilibrada, sigue siendo una opción considerada segura para la mayoría de las personas con hipertensión.