Un experto del CSIC dice que el ayuno intermitente “beneficia la salud cardiovascular”, pero que “no es para todo el mundo”

El auge del ayuno intermitente impulsa a expertos a pedir estudios más prolongados

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Un experto del CSIC dice
Un experto del CSIC dice que el ayuno intermitente es beneficioso, pero no para todo el mundo. (Imagen Composición Infobae)

El auge de las dietas ha empujado a muchas personas a explorar alternativas como la cetogénica, la paleolítica, la vegetariana, la vegana o la libre de gluten. En este sentido, Javier Sánchez Perona, investigador del Instituto de Grasa (IG) del CSIC, explica que encontramos cada vez más tipos diferentes de estas dietas porque “personajes célebres y famosos aseguran que desde que las practican se sienten mejor”.

Entre estas corrientes, el ayuno intermitente se ha posicionado como una de las más populares, practicado por diferentes famosos como Jennifer Aniston, Elsa Pataky, Jennifer Lopez, Paulina Rubio o Scarlett Johansson.

¿En qué consiste?

Sánchez Perona detalla que el ayuno intermitente “existe en dos modalidades: dieta de días alternos o dieta de horario restringido”, es decir, ayuno durante 16 horas y alimentación durante 8. “En ambos casos se trata de someter al organismo a un ayuno durante un tiempo determinado”, señala.

Sus defensores argumentan que produce efectos metabólicos favorables: “provoca adaptaciones beneficiosas del metabolismo al reducir la producción de radicales libres, mejorar el ritmo circadiano y provocar cetosis”, sostiene el investigador.

La evidencia científica: entre luces y sombras

Hasta hace poco, los beneficios del ayuno intermitente se apoyaban sobre hipótesis. Sin embargo, “ahora tenemos a ensayos clínicos que han estudiado los efectos”, indica Sánchez Perona. Los resultados muestran que “dejar de alimentarse durante unas horas seguidas (16 o 24) reduce algunos indicadores de peso corporal, como la circunferencia de la cintura o el porcentaje de peso corporal”.

Además, “parece que puede beneficiar la salud cardiovascular al mejorar algunos marcadores relacionados con la obesidad, la hipertensión, la dislipidemia y la diabetes”. Aun así, advierte que “no todos los estudios han mostrado efectos significativos comparado con la alimentación no restrictiva”.

Por ejemplo, un metaanálisis de 99 ensayos clínicos publicado en la revista The BMJ refuerza parte de estas observaciones, aunque con resultados comparables a los de las dietas tradicionales de restricción calórica. La investigadora Zhila Semnani-Azad, de la Universidad de Harvard concluyó que “el ayuno en días alternos (comer un día sí y otro no) es el que genera mayor reducción del peso corporal” frente a otras modalidades.

Los dietistas-nutricionistas desaconsejan el ayuno intermitente en personas con enfermedades asociadas a la alimentación, así como en niños, embarazadas y ancianos. Tampoco es adecuado para quienes tienen trastornos alimentarios, riesgo de pérdida ósea o una salud frágil.

La investigación, publicada en la revista Obesity y difundida por Sportlife, aporta nuevas evidencias sobre esta estrategia alimentaria en expansión.

Riesgos del ayuno intermitente

El debate sobre la seguridad del ayuno intermitente se intensificó tras una investigación preliminar presentada en un congreso de la Asociación Estadounidense del Corazón. El estudio, que siguió durante ocho años a más de 20.000 adultos estadounidenses, detectó que quienes comían en menos de ocho horas al día tenían un 91% más de riesgo de muerte cardiovascular que aquellos con ventanas de alimentación de entre 12 y 16 horas.

Keith Frayn, experto en metabolismo humano de la Universidad de Oxford, valoró que el trabajo “plantea preguntas importantes”, aunque matizó que “necesitamos estudios a largo plazo para comprender realmente sus efectos”. Otro especialista, Tom Sanders, del King’s College de Londres, pidió cautela y recordó que “muchos trabajadores con horarios nocturnos, como transportistas o personal sanitario, suelen comer en franjas reducidas, y eso ya se asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular”.