La regla 80-20 para tener una dieta sana sin renunciar a disfrutar de la comida

El carácter realista de este patrón de alimentación se ajusta a los eventos sociales sin sacrificar los objetivos nutricionales

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Una mujer corta un trozo
Una mujer corta un trozo de una pizza de verduras (AdobeStock)

En nuestro imaginario social, la palabra “dieta” sigue asociada a connotaciones negativas, planes estrictos de restricción de comida enfocados a la pérdida de peso. Sin embargo, mantener un peso saludable no está en absoluto reñido con disfrutar de lo que comemos.

Disfrutar de un postre ocasional sin renunciar a los objetivos de salud es posible gracias a la regla 80-20, un enfoque que ha ganado terreno en el ámbito de la nutrición y el fitness por su propuesta de equilibrio y flexibilidad. Este método, basado en el principio de Pareto, sostiene que el 80 % de los resultados proviene del 20 % de los esfuerzos, lo que permite alcanzar metas sin la presión de la perfección absoluta.

La esencia de la dieta 80-20 radica en priorizar la elección de alimentos ricos en nutrientes durante la mayor parte del tiempo, mientras se reserva un margen para disfrutar de antojos y alimentos menos saludables. Este enfoque no exige una adhesión estricta a la perfección, sino que promueve la constancia y la sostenibilidad a largo plazo. “No hay que ser perfectos” es una de las ideas centrales que se desprenden de este método, que invita a liberarse del perfeccionismo y a evitar el estrés asociado a estándares inalcanzables.

El método 80-20 propone que el 80 % de la alimentación diaria se base en productos como cereales integrales, proteínas magras, frutas y verduras, mientras que el 20 % restante se destine a caprichos ocasionales, como un trozo de tarta, una pizza o un helado. Nada está prohibido, lo que elimina la frustración y la culpa al participar en eventos sociales o aceptar un postre en una comida. Esta flexibilidad resulta especialmente valiosa para quienes han pasado años evitando ciertos alimentos y buscan una relación más saludable con la comida.

Una dieta realista

Una investigación publicada en The New England Journal of Medicine reveló que la regla 80-20 favorece el control de peso gracias a su carácter realista y sostenible a largo plazo. Al centrarse en los hábitos más efectivos y evitar los extremos, es posible mantener un peso saludable sin caer en la trampa de las dietas restrictivas. Además, este enfoque flexible reduce la probabilidad de episodios de ingesta compulsiva, ya que permite disfrutar de dulces de manera ocasional dentro de un marco equilibrado, fomentando una relación positiva con la alimentación y disminuyendo la ansiedad y la culpa.

Episodio: ¿Cuántas comidas comer por día?.

La adaptabilidad de la dieta 80-20 la convierte en una opción apta para la vida real, donde las circunstancias pueden variar y los compromisos sociales son inevitables. Esta pauta reconoce la importancia de ajustarse a eventos especiales sin sacrificar los objetivos nutricionales, lo que facilita la constancia y la adopción de hábitos duraderos.

Lejos de ser una receta rígida, la regla 80-20 se presenta como una guía adaptable a las necesidades y estilos de vida individuales. Cada persona puede experimentar con diferentes proporciones hasta encontrar el equilibrio que mejor se ajuste a sus objetivos y rutinas. El proceso es personal y puede requerir ajustes, pero el principio fundamental es identificar lo que funciona para cada uno y construir a partir de esa base.