
Frente a los calurosos meses de verano, mantenernos hidratados resulta crucial para nuestro bienestar. Cuando sudamos, nuestro cuerpo pierde líquidos y sales minerales a través de la piel que deben ser repuestos. Ante esta imagen, beber un vaso de agua puede que sea la solución más evidente, aunque quizá no es la más eficaz.
Diversos estudios, entre ellos una reciente investigación de la Universidad de St. Andrews en Escocia, han demostrado que la leche hidrata más que el agua. Ya sea entera o desnatada, la leche supera al agua mineral en niveles de hidratación gracias a su composición nutricional. “La leche contiene azúcares, proteínas y grasas naturales. Estos nutrientes ralentizan el vaciado gástrico, lo que ayuda al cuerpo a retener líquidos durante más tiempo”, explican los científicos.
El estudio, publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, comparó diversas bebidas y midió la retención de líquidos en las horas posteriores a su consumo. Los resultados mostraron que la leche, gracias a su composición nutricional, permite al cuerpo mantener los fluidos durante más tiempo que el agua mineral.
El mecanismo detrás de este fenómeno radica en la combinación de macronutrientes presentes en la leche. Los azúcares naturales, las proteínas y las grasas no solo aportan energía, sino que también ralentizan el tránsito de los líquidos por el sistema digestivo. Esta ralentización favorece una mayor retención de agua en el organismo, lo que se traduce en una hidratación más prolongada. El estudio identificó que tanto la leche entera como la desnatada obtuvieron puntuaciones superiores al agua en el índice de hidratación, un dato que sorprende por la tradicional recomendación de priorizar el agua como fuente principal de líquidos.

Aunque el agua sigue siendo la bebida más aconsejada en condiciones normales, la leche puede convertirse en una opción más eficaz en situaciones específicas donde la retención de líquidos resulta prioritaria. Es decir, la leche no sustituye al agua, pero puede integrarse de forma estratégica en la dieta cuando se requiere una hidratación más sostenida. La utilidad de la leche como bebida hidratante se acentúa en contextos donde el cuerpo necesita conservar más fluidos, como después de la actividad física intensa o en periodos de calor extremo.
El agua por encima de la leche
No obstante, la recomendación no es universal ya que no todas las personas pueden consumir leche. Quienes presentan intolerancia a la lactosa o condiciones digestivas particulares deben consultar a un profesional de la salud antes de incorporarla como fuente de hidratación. En estos casos, algunas bebidas vegetales, como las elaboradas a base de soja o avena, pueden representar una alternativa, aunque no alcanzan los niveles de hidratación que proporciona la leche de vaca.
Lo cierto es que este estudio de la Universidad de St. Andrews aporta una perspectiva novedosa sobre la hidratación y la función de los alimentos en la retención de líquidos. Así, la investigación no solo invita a reconsiderar las recomendaciones habituales, sino que también destaca la importancia de la composición nutricional de las bebidas en la fisiología de la hidratación.
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