Alucinaciones nocturnas y parálisis: factores de riesgo, tipos de experiencias y métodos para interrumpirlas

Según un informe realizado por The Telegraph, especialistas británicos explicaron cómo el estrés, la falta de descanso y ciertos trastornos del sueño pueden propiciar episodios en los que la mente permanece alerta mientras el cuerpo sigue inmóvil, dando origen a visiones inusuales

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La parálisis del sueño impide mover el cuerpo durante la transición entre la vigilia y el sueño.

Quedar inmóvil en la cama, percibiendo una presencia oscura y opresiva sin poder moverse ni pedir ayuda, constituye uno de los episodios más inquietantes relacionados con el sueño. Diversos estudios documentaron la asociación de alucinaciones con la parálisis del sueño, fenómeno que ocurre en la franja entre el sueño profundo y el despertar.

De acuerdo con The Telegraph, la diferencia principal frente a las pesadillas radica en la combinación entre plena conciencia e incapacidad física. Este fenómeno despierta el interés de la comunidad científica y ha dejado huella en el arte y la historia, con descripciones de “demonios nocturnos” que durante siglos generaron temor y superstición.

El fenómeno: los demonios de la parálisis del sueño

La parálisis del sueño impide mover el cuerpo durante la transición entre la vigilia y el sueño. Las alucinaciones asociadas suelen ser terroríficas, predominando figuras sombrías, sensaciones de amenaza y presión en el pecho.

Un estudio citado por The Telegraph reveló que, de 185 personas diagnosticadas con parálisis del sueño, el 58% afirmó percibir una presencia no humana en la habitación, mientras que el 22% reportó ver a una persona, generalmente desconocida.

Estudios científicos asocian la parálisis
Estudios científicos asocian la parálisis del sueño con la percepción de presencias oscuras y figuras demoníacas en la habitación (Imagen Ilustrativa Infobae)

El profesor Chris French, responsable de la Unidad de Investigación de Psicología Anómala en Goldsmiths, Universidad de Londres, explicó a The Telegraph que el contenido de estas alucinaciones varía, pero ciertos motivos se repiten, como la aparición de figuras demoníacas. French señaló la afamada pintura “La pesadilla” de Henri Fuseli como representación artística de estas experiencias.

Durante la Europa medieval, estas vivencias solían interpretarse como ataques de demonios conocidos como íncubos (masculinos) y súcubos (femeninos), que actuaban sobre víctimas indefensas.

Las etapas del sueño y los límites de la conciencia

El cuerpo humano transita por varias fases de sueño a lo largo de la noche. La parálisis se asocia sobre todo a la fase REM (movimientos oculares rápidos), en la que los sueños son más vívidos. La inmovilidad propia de la REM desaparece al despertar, pero en quienes sufren parálisis del sueño, esta persistencia temporal permite que surjan alucinaciones intensas.

Existen dos tipos principales de alucinaciones en estos episodios: las hipnagógicas, que aparecen al inicio del sueño, y las hipnopómpicas, que surgen al despertar. Ambas se originan porque la mente alcanza un estado consciente cuando el cuerpo mantiene la atonía de la fase REM, lo que distorsiona los estímulos sensoriales.

La fase REM del sueño,
La fase REM del sueño, caracterizada por sueños vívidos y atonía muscular, está directamente relacionada con la aparición de la parálisis del sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un ruido, una corriente de aire, o la silueta de un objeto pueden transformarse, durante una alucinación, en una figura amenazante que acecha al individuo.

Alucinaciones: formas y sensaciones

Betul Rauf, investigadora doctoral en Goldsmiths, Universidad de Londres, clasificó estas alucinaciones en 3 tipos principales: de intruso, íncubo y vestibulo-motoras.

“Las alucinaciones de intruso implican sentir o ver algo amenazante en la habitación. Las de íncubo suelen ir acompañadas de presión en el pecho y sensación de asfixia”, relató Rauf a The Telegraph.

También explicó que “las vestíbulo-motoras, en cambio, pueden provocar percepciones de éxtasis, como ilusión de movimiento, flotar o experimentar alteraciones corporales”.

Las alucinaciones vestibulo-motoras pueden generar
Las alucinaciones vestibulo-motoras pueden generar la impresión de flotar o experimentar alteraciones en la percepción del propio cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estas experiencias se diferencian de las pesadillas porque, en la parálisis del sueño, la persona permanece inmóvil a pesar de estar consciente del entorno. En las pesadillas, es posible moverse y reaccionar dentro del sueño, incluso bajo miedo intenso.

The Telegraph resaltó que la pérdida de control muscular temporal es característica de la parálisis del sueño y la distingue de los episodios oníricos habituales.

Causas, factores asociados y prevención

Las investigaciones citadas por The Telegraph identificaron el estrés, la ansiedad, la privación del sueño, el consumo de sustancias y trastornos como el TEPT (trastorno de estrés postraumático) o la narcolepsia como factores que incrementan la probabilidad de padecer estos episodios.

Los expertos coincidieron en que reconocer que la parálisis y las alucinaciones desaparecerán en pocos minutos ayuda a disminuir la angustia y facilita que la persona recupere la calma. Rauf recomendó intentar parpadear o mover los dedos de manos y pies, y algunas técnicas asociadas a sueños lúcidos pueden ser útiles.

Mejorar la higiene del sueño
Mejorar la higiene del sueño y mantener horarios regulares ayuda a prevenir episodios de parálisis y alucinaciones nocturnas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para prevenir estos episodios, los expertos sugirieron mejorar la higiene del sueño: mantener un horario regular, restringir el uso de pantallas en el dormitorio, dormir al menos 7 horas y llevar un registro de patrones de descanso para identificar desencadenantes.

En casos graves, ciertos medicamentos, como dosis bajas de antidepresivos, clonidina o clonazepam, pueden incluirse en el tratamiento bajo supervisión profesional.

Un fenómeno universal reconocido por la ciencia y la cultura

Tanto los informes científicos como históricos permiten comprender que los denominados “demonios” de la parálisis del sueño tienen una explicación neurológica y psicológica.

Numerosos artistas y cronistas reflejaron este fenómeno a lo largo de los siglos. La alta prevalencia de alucinaciones nocturnas revela la complejidad del ciclo del sueño y los sutiles límites entre la realidad, el subconsciente y la vigilia, según informó The Telegraph.