
La salud suele evaluarse a través de métricas conocidas, como el peso corporal o la presión arterial. No obstante, un indicador poco explorado hasta hace poco está cobrando fuerza entre especialistas y podría transformar la manera en que comprendemos el riesgo de enfermedades: la circunferencia del cuello.
Más allá de su aparente simplicidad, esta medida podría ofrecer advertencias anticipadas sobre problemas que los chequeos tradicionales no detectan.
El cuello, un nuevo parámetro para anticipar riesgos
La circunferencia del cuello emerge como un factor relevante para identificar riesgos cardiovasculares, metabólicos y respiratorios, incluso en personas con peso normal.
Estudios citados por The Conversation señalan que este parámetro se convierte en un indicador accesible y sensible para anticipar problemas de salud que suelen pasar desapercibidos en las revisiones habituales.
Los límites del índice de masa corporal (IMC) y el valor añadido de la medición cervical

Durante décadas, el índice de masa corporal (IMC) y la relación cintura-cadera fueron los principales criterios para evaluar el riesgo asociado al exceso de grasa. Sin embargo, ambos presentan limitaciones: el IMC no distingue entre músculo y grasa, lo que puede dificultar la correcta clasificación de personas atléticas.
En este contexto, medir el perímetro del cuello aporta una información complementaria: refleja la acumulación de grasa en la parte superior del cuerpo, un tipo de tejido relacionado con complicaciones metabólicas y cardiovasculares.
Según especialistas consultados por The Conversation, la grasa en esta zona libera ácidos grasos en el torrente sanguíneo, dificultando la regulación del colesterol, la glucosa y el ritmo cardíaco.
Vinculación con enfermedades cardíacas y metabólicas
La relación entre un perímetro cervical elevado y diferentes enfermedades ha sido confirmada por numerosos estudios. Quienes presentan un cuello de mayor tamaño tienen más posibilidades de sufrir hipertensión, fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca.

La fibrilación auricular resulta especialmente peligrosa: provoca latidos irregulares, fomenta la aparición de coágulos y puede derivar en accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. Además, existe una conexión directa con la cardiopatía coronaria, trastorno que dificulta el flujo sanguíneo por el estrechamiento de las arterias principales del corazón.
Más allá del corazón: diabetes y apnea del sueño
El impacto de un cuello grueso trasciende el sistema cardiovascular. Esta característica también aumenta la probabilidad de padecer diabetes tipo 2 y diabetes gestacional, enfermedades que pueden llevar a complicaciones graves como pérdida de visión o amputaciones.
Asimismo, existe un vínculo entre una circunferencia cervical elevada y la apnea del sueño, una alteración caracterizada por interrupciones recurrentes de la respiración durante la noche. Este trastorno ocasiona fatiga diurna y eleva el riesgo de accidentes y sobrecarga cardíaca.
Umbrales críticos y riesgo oculto

El análisis de The Conversation establece cifras de referencia: en los hombres, una circunferencia igual o mayor a 43 centímetros; en las mujeres, 35,5 centímetros.
Cada centímetro adicional incrementa la mortalidad y la posibilidad de hospitalización. Quienes presentan un índice de masa corporal (IMC) dentro de los límites saludables pueden estar en riesgo si superan estos umbrales, lo que subraya la necesidad de incluir la medición cervical en las evaluaciones integrales de salud.
Cómo se mide y por qué no alarmarse
La medición es sencilla y puede realizarse en casa: con una cinta métrica alrededor de la parte más estrecha del cuello, asegurándose de que esté ajustada sin apretar.
Si el resultado supera los valores de referencia, conviene adoptar cambios en el estilo de vida, como ejercicio cardiovascular y de fuerza, que ayudan a disminuir grasa en la zona superior del cuerpo. A esto se suma una alimentación balanceada y un descanso de calidad para favorecer el metabolismo.

El perímetro cervical: un complemento que gana terreno en la medicina
Los expertos de The Conversation destacan que el perímetro del cuello debe entenderse como un complemento, nunca como reemplazo de las evaluaciones médicas tradicionales. Esta medida aporta una perspectiva adicional, pero siempre debe analizarse junto a otros parámetros y estudios clínicos.
Diversas sociedades médicas internacionales ya exploran la incorporación de esta métrica en los chequeos rutinarios. La Asociación Americana del Corazón han financiado investigaciones para valorar su fiabilidad y definir referencias más específicas según edad y origen étnico.
Aunque aún falta consenso global, la tendencia señala que sumar el perímetro cervical permite una visión más amplia y precisa del riesgo cardiometabólico.
Observar de cerca la circunferencia del cuello puede brindar información valiosa sobre el estado de salud general. Muchas veces, las señales más importantes están a la vista y basta con mirar un poco más allá de los parámetros habituales para detectarlas a tiempo.
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