
Detalles a menudo ignorados en el entorno del dormitorio pueden afectar significativamente la calidad del sueño. Anne Marie Boyhan, coach certificada en ciencias del sueño y fundadora de The Sleep Care Company, advierte que hábitos cotidianos relacionados con la higiene y el orden impactan directamente en el descanso.
En diálogo con Women’s Health, destacó que no se necesitan cambios radicales: solo ajustar ciertas rutinas cotidianas puede transformar por completo el bienestar y la energía de cada día.
La limpieza y el orden del dormitorio tienen un efecto que va más allá de la comodidad. Boyhan señala que la presencia de contaminantes y alérgenos en el hogar reduce la duración del sueño, dificulta conciliarlo y provoca más despertares nocturnos.
Los ácaros del polvo y el moho inflaman el aparato respiratorio e interfieren con el sueño profundo. La suciedad y el desorden elevan el nivel de cortisol, dificultando la producción de melatonina y, por ende, la calidad del descanso. En promedio, cada persona pasa 27 años de su vida en la cama, lo cual evidencia la importancia de cuidar el ambiente donde se duerme.
Riesgos de un dormitorio sucio

La experta advierte que un dormitorio poco higiénico facilita la proliferación de gérmenes, moho y alérgenos, situación que puede provocar enfermedades inflamatorias y problemas respiratorios.
El moho, sobre todo, representa un riesgo para entre el 20% y 25% de la población predispuesta al Síndrome de Respuesta Inflamatoria Crónica (CIRS), una afección que suele pasar desapercibida y está relacionada con insomnio persistente. Además, el polvo acumulado y la falta de ventilación irritan las vías respiratorias y fragmentan el sueño.
Diez hábitos perjudiciales para la calidad del sueño
A continuación, se presentan los diez hábitos que Boyhan considera más perjudiciales para el sueño, junto con sus recomendaciones de corrección:
- Dejar toallas mojadas en la cama: esta práctica facilita la transferencia de microbios, células muertas y suciedad a la ropa de cama, lo que impulsa la aparición de bacterias y moho. Se aconseja limpiar cualquier rastro de moho con productos específicos, usar mascarilla durante la limpieza y mejorar la ventilación. Considerar un purificador de aire con filtro HEPA puede ser útil.
- Comer en la cama: asociar la cama con actividades distintas al sueño desorienta al cerebro y dificulta el descanso. Las migas, además, atraen plagas como hormigas, cucarachas y ratones, y comer recostado aumenta la probabilidad de indigestión y reflujo ácido.

- No lavar las fundas de almohada con la frecuencia adecuada: las fundas acumulan sudor, grasa, células muertas y cabello, factores que pueden favorecer bacterias y alérgenos responsables de acné e irritaciones. Se recomienda un lavado semanal y el uso de protectores de almohada y colchón lavables. Para complementar, puede emplearse un spray sin toxinas tras cada limpieza.
- Usar batas o prendas de casa sin lavar: las batas y pantuflas absorben sudor y suciedad, por lo que hay que lavarlas tan frecuentemente como las toallas con el fin de impedir la acumulación de gérmenes.

- Sentarse en la cama con ropa de calle: la ropa usada en exteriores transporta bacterias, polen y contaminación. Conviene cambiarse a ropa doméstica limpia al llegar a casa antes de usar la cama.
- Descuidar la limpieza del antifaz para dormir: las máscaras acumulan sudor, grasa y restos de cosméticos. Se recomienda lavarlas al menos cada semana, o con más frecuencia en caso de uso diario o piel sensible.
- Hacer la cama inmediatamente después de levantarse: durante la noche, el cuerpo pierde cerca de medio litro de agua mediante sudor y respiración. Tender la cama al instante atrapa la humedad y facilita el moho. Lo recomendable es dejar la cama destapada durante media hora antes de hacerla y ventilar la habitación.

- Olvidar limpiar el polvo en rincones ocultos: el polvo en áreas poco visibles, como cabeceros, persianas, bajo la cama o en aspas de ventiladores, puede agravar alergias y problemas respiratorios. Limpiar en profundidad todas las zonas del dormitorio ayuda a mantener un aire limpio y a lograr un sueño reparador.
Además de estas recomendaciones, la experta sugiere ventilar el dormitorio todos los días, realizar limpiezas periódicas y utilizar productos aptos para eliminar moho y alérgenos. Mantener el espacio ordenado y libre de objetos innecesarios también reduce el estrés y favorece el descanso.
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