
*Este contenido fue producido por expertos de Mayo Clinic en exclusiva para Infobae. Mayo Clinic es una organización sin fines de lucro, dedicada a innovar la práctica clínica, la educación y la investigación científica
La autolesión no suicida, a menudo llamada simplemente autolesión, es el acto de lastimarse el propio cuerpo a propósito, por ejemplo, con cortes o quemaduras. Por lo general, no es un intento de suicidio. Este tipo de autolesión es una forma dañina de afrontar el dolor emocional, la tristeza, la ira y el estrés.
Si bien la autolesión puede generar una breve sensación de calma y aliviar la tensión física y emocional, después suele ocasionar culpa y vergüenza, y las emociones dolorosas tienden a regresar.
Las personas no suelen provocarse lesiones mortales, pero pueden ocurrir autolesiones más graves que, incluso, pongan en riesgo la vida. Con el tratamiento adecuado, puedes aprender formas positivas de afrontar la situación.

No existe una causa única o simple que lleve a alguien a autolesionarse. En general, las autolesiones pueden deberse a:
- Falta de capacidad para afrontar una situación difíci. Las autolesiones que no están relacionadas con el suicidio suelen ser el resultado de no poder afrontar el estrés y el dolor emocional de una forma saludable.
- Dificultad para gestionar las emociones. Tener dificultades para controlar, expresar o comprender las emociones puede llevar a la autolesión. La mezcla de emociones que desencadena la autolesión es compleja.
Por ejemplo, puede haber sentimientos de inutilidad, soledad, pánico, ira, culpa, rechazo y autodesprecio. Haber recibido acoso o tener dudas sobre la identidad sexual puede ser parte de la mezcla de emociones.
La autolesión puede ser un intento de lograr
- Gestionar o reducir un sufrimiento emocional o ansiedad extremos y brindar una sensación de alivio.
- Distraerse de las emociones dolorosas a través del dolor físico.
- Sentir control sobre el propio cuerpo, sentimientos o situaciones de la vida.
- Sentir algo (lo que sea), aunque sea dolor físico, cuando la persona se siente vacía emocionalmente.
- Externalizar sentimientos internos.
- Comunicar sentimientos de estrés o depresión al mundo exterior.
- Castigarse a uno mismo.
Formas de autolesión y complicaciones

Las autolesiones suelen producirse en privado. Normalmente, se hacen de forma controlada o de la misma manera cada vez, lo que deja un patrón en la piel. Algunos ejemplos de autolesiones incluyen:
- Cortarse, rasparse o pincharse con un objeto punzante. Este es uno de los métodos más comunes.
- Quemarse con fósforos, cigarrillos o con objetos punzantes calientes, como cuchillos.
- Tallarse palabras o símbolos en la piel.
- Darse golpes o puñetazos a sí mismo, morderse, golpearse la cabeza.
- Perforar la piel con objetos punzantes.
- Insertar objetos debajo de la piel.
Los brazos, las piernas, el pecho y el abdomen son las zonas más frecuentes de autolesión. Pero cualquier zona del cuerpo puede ser objeto de autolesión. A veces, se usa más de un método. Si la persona se altera, esto puede desencadenar el impulso de autolesionarse.
Muchas personas se autolesionan solo algunas veces y luego dejan de hacerlo. Pero para otras, autolesionarse se puede convertir en una conducta repetida y de largo plazo. Si bien los adolescentes y los adultos jóvenes tienen más probabilidades de autolesionarse, hay personas de otras edades que también lo hacen.

Las autolesiones suelen comenzar en la preadolescencia o en los primeros años de la adolescencia, cuando hay cambios emocionales rápidos, frecuentes e inesperados. Durante este tiempo, los adolescentes enfrentan una mayor presión de grupo, soledad y conflictos con los padres u otras figuras de autoridad.
Estos son algunos de los factores que pueden incrementar el riesgo de autolesiones:
- Tener amigos que se autolesionan. Tener amigos que se lesionan intencionalmente hace que sea más probable que una persona comience a hacerlo.
- Problemas en la vida. Las experiencias pasadas de descuido, abuso emocional, físico o sexual u otros eventos traumáticos pueden incrementar el riesgo de autolesiones, al igual que crecer y permanecer en un entorno familiar inestable. Otros factores de riesgo son cuestionarse la identidad personal o sexual y el aislamiento social.
- Problemas de salud mental. Ser demasiado autocrítico y tener dificultades para resolver problemas aumentan el riesgo de autolesiones. Además, las autolesiones suelen vincularse con determinadas enfermedades de salud mental, como trastorno límite de la personalidad, depresión, trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático y trastornos alimentarios.
- Consumo de alcohol o drogas ilícitas. Estar bajo la influencia del alcohol o las drogas ilícitas recreativas puede aumentar el riesgo de autolesiones.

Las autolesiones pueden causar complicaciones, como:
- Intensificación de los sentimientos de vergüenza, culpa y baja autoestima
- Infección, ya sea debido a las heridas o por compartir instrumentos
- Cicatrices permanentes u otros daños permanentes en el cuerpo
- Intensificación de afecciones y problemas subyacentes, si no reciben el tratamiento adecuado
- Lesiones graves que podrían llevar a la muerte
Tratamiento
El primer paso es informarle a alguien sobre tu conducta autolesiva para que puedas recibir ayuda. El tratamiento se basa en los problemas específicos y en cualquier afección de salud mental relacionada que puedas tener, como la depresión.
Dado que autolesionarte puede convertirse en una parte importante de tu vida, lo mejor es recibir tratamiento de un profesional de salud mental con experiencia en el tratamiento de este problema.
Si la conducta autolesiva está relacionada con una afección de salud mental, como la depresión o el trastorno límite de la personalidad, el plan de tratamiento se centra en esa afección, así como en esta conducta.

El tratamiento de la conducta autolesiva puede requerir tiempo, esfuerzo y el deseo de recuperarte.
Opciones de tratamiento
Psicoterapia
La psicoterapia, también conocida como terapia de conversación o psicológica, puede ayudarte a:
- Identificar y controlar los problemas subyacentes que desencadenan las lesiones que te provocas a ti mismo.
- Aprender técnicas para controlar mejor el sufrimiento emocional.
- Aprender mejores maneras de controlar las emociones intensas.
- Aprender cómo impulsar tu imagen personal.
- Desarrollar habilidades para mejorar tus relaciones y habilidades sociales.
- Desarrollar capacidades saludables para resolver problemas.

Existen varios tipos de psicoterapia que pueden ayudar, como los siguientes:
- La terapia cognitivo conductual, que te ayuda a identificar conductas y creencias negativas y poco saludables, y reemplazarlas por otras más eficaces. También puedes aprender habilidades que te ayuden a afrontar diferentes situaciones cuando lo necesites.
- La terapia dialéctica conductual, un tipo de terapia cognitivo conductual que enseña habilidades relacionadas con el comportamiento para ayudarte a controlar el estrés, gestionar o regular tus emociones y mejorar tus relaciones con los demás.
- Las terapias basadas en la atención plena, que te ayuda a vivir en el presente y a afrontar las emociones difíciles y los pensamientos negativos. Pueden ayudarte a
- reducir la ansiedad y la depresión, y a mejorar tu bienestar general.
Además de las sesiones de terapia individual, tu médico puede recomendarte terapia familiar o grupal.
Medicamentos
No existen medicamentos para tratar de manera específica las conductas autolesivas. Sin embargo, si te diagnostican una afección de salud mental, como depresión o un trastorno de ansiedad, el médico puede recomendarte antidepresivos u otros medicamentos para tratar la afección subyacente asociada a la autolesión.

El tratamiento de estas afecciones puede ayudar a reducir el impulso para hacerte daño.
Atención médica para pacientes internados
Si te autolesionas de forma reiterada o de gravedad, el médico puede recomendar que te hospitalicen para que recibas atención médica psiquiátrica. Los cuidados médicos en un hospital, con frecuencia a corto plazo, pueden ofrecer un entorno seguro y un tratamiento más intensivo hasta que superes la crisis.
También pueden ser una opción los programas de tratamiento diurno de salud mental que se centran en el aprendizaje de conductas para adquirir la capacidad de afrontar una situación difícil con el fin de controlar el sufrimiento emocional.
Estilo de vida y remedios caseros

Además del tratamiento profesional, estos son algunos consejos importantes para el cuidado de ti mismo:
- Sigue tu plan de tratamiento. Asiste a las citas de terapia. Practica y usa la capacidad de afrontar una situación difícil que aprendiste en terapia. Toma los medicamentos de venta con receta según las indicaciones.
- Reconoce las situaciones o sentimientos que pueden desencadenar el deseo de autolesionarte. Planifica otras formas de calmarte, distraerte o buscar apoyo, de modo que estés preparado la próxima vez que sientas el impulso de autolesionarte.
- Pide ayuda. Ten a mano el número de teléfono del profesional de salud mental.
- Infórmale al proveedor de atención médica sobre todos los incidentes relacionados con las autolesiones. Elige a un familiar o a amigo de confianza como la persona con la que te pondrás en contacto de inmediato si sientes el impulso de autolesionarte o si te autolesionas.
- Cuídate. Infórmate sobre cómo incluir la actividad física y los ejercicios de relajación como parte habitual de tu rutina diaria. Come de manera saludable. Pídele consejos al médico si tienes problemas para dormir, que pueden tener una gran repercusión en la conducta.
- Evita el alcohol y las drogas recreativas. Estos afectan la capacidad de tomar buenas decisiones y pueden aumentar el riesgo de autolesiones.
- Cuida las heridas si te lesionas o busca tratamiento médico, de ser necesario. Llama a un familiar o amigo de confianza para que te brinden ayuda y apoyo. No compartas los objetos utilizados para autolesionarte. Esto aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas.

Cuando un amigo o miembro de la familia se autolesiona
Si tienes un amigo o miembro de la familia que se autolesiona, es posible que te sientas conmocionado y asustado. Tómate en serio cualquier conversación sobre las autolesiones.
Aunque es posible que sientas que estarías traicionando la confianza de alguien, las autolesiones son un problema demasiado grave como para ignorarlo o afrontarlo en solitario. Aquí tienes algunas maneras de ayudar.
- A tu hijo. Puedes comenzar por hablar con el pediatra u otro proveedor de atención médica que pueda hacer una evaluación inicial o remitirte a un profesional de salud mental. Expresa tu preocupación, pero no le grites a tu hijo ni lo amenaces o acuses.
- A un amigo preadolescente o adolescente. Eugiérele a tu amigo que hable con los padres, un maestro, un consejero escolar u otro adulto de confianza.
- A un adulto. Expresa tu preocupación con cautela y anima a la persona a buscar tratamiento médico y de salud mental.
Estrategias para reducir el riesgo de autolesión

- Identifica una persona en riesgo y ofrece tu ayuda. Una persona en riesgo puede aprender cómo manejar mejor el estrés y afrontar los problemas de la vida. La persona puede desarrollar la capacidad de afrontar una situación difícil de manera saludable durante períodos de sufrimiento emocional.
- Promueve redes sociales de contención. Sentirse solo y desconectado pueden ser parte de la autolesión. Ayudar a una persona a establecer conexiones saludables con personas que no se autolesionan puede mejorar las habilidades para relacionarse y comunicarse.
- Crea consciencia. Infórmate sobre las señales de advertencia de la autolesión y qué puedes hacer cuando sospechas que está ocurriendo.
- Anima a tus amigos a buscar ayuda. Los amigos suelen ser leales. Anima a los niños, adolescentes y adultos jóvenes a evitar los secretos y a buscar ayuda si les preocupa un amigo o un familiar.
- Habla sobre la influencia de los medios de comunicación. Las noticias de medios de comunicación, la música y otras fuentes de información altamente visibles que muestran casos de autolesión pueden impulsar a los niños y los adultos jóvenes con problemas mentales o emocionales a experimentar. Enseñarles a los niños a desarrollar su pensamiento crítico sobre las influencias de su entorno podría reducir la repercusión perjudicial.

Si te autolesionas, incluso de manera leve, o si piensas en lastimarte, pide ayuda. Cualquier tipo de autolesión es un signo de factores de estrés más importantes que necesitan atención.
Habla con alguien de confianza, como un amigo, miembro de la familia, médico, líder espiritual o un consejero escolar, miembro del personal de enfermería o maestro. Ellos pueden ayudarte a dar los primeros pasos para que el tratamiento sea exitoso.
Aunque te sientas avergonzado por tu comportamiento, puedes encontrar apoyo y ayuda de personas que no te van a juzgar. Si te has lesionado gravemente o crees que la lesión puede ser mortal, o si crees que podrías lastimarte o intentar cometer suicidio, llama al 911 o al número de emergencias local de inmediato.
La autolesión no suele ser un intento de suicidio, pero puede aumentar el riesgo de suicidio debido a los problemas emocionales que la desencadenan.
Además, el patrón de dañar al cuerpo en momentos de aflicción puede aumentar la probabilidad de cometer suicidio.
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