
Desde cafeterías en Estambul hasta oficinas en Nueva York, pasando por cocinas en Oslo, millones de personas consumen café sin prestar atención a cómo se prepara. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que el método de preparación no solo afecta el sabor o la textura, sino también la salud cardiovascular.
Un nuevo estudio realizado en Suecia advierte sobre la presencia de compuestos que elevan el colesterol LDL, conocidos como diterpenos, cuya concentración varía significativamente según la técnica empleada.
Café, colesterol y compuestos lipídicos
El café contiene diterpenos como el cafestol y el kahweol, que pueden incrementar los niveles de colesterol LDL, considerado un factor de riesgo para la acumulación de placas en las arterias coronarias.

A diferencia de la cafeína o los antioxidantes, estos compuestos no se asocian a beneficios, sino a una alteración del perfil lipídico, especialmente cuando no se eliminan durante la preparación.
Lo que distingue a los métodos de preparación es su capacidad para filtrar estas sustancias. Los filtros de papel, utilizados en cafeteras de goteo o sistemas de vertido manual, retienen la mayoría de los diterpenos. En cambio, los métodos que no emplean filtros, como el café turco, el hervido o la prensa francesa, permiten su paso libre a la bebida.
Un estudio escandinavo con implicancias internacionales
Investigadores del Departamento de Nutrición Clínica y Metabolismo de la Universidad de Uppsala, en Suecia, analizaron diversos métodos de preparación para medir la concentración de diterpenos. Las muestras incluyeron café hervido al estilo escandinavo, espresso, prensa francesa, máquinas automáticas de oficina y café filtrado con papel.

El estudio detectó que el café sin filtrar presentó los niveles más elevados de diterpenos, mientras que el café filtrado con papel mostró los más bajos. Las muestras de espresso ofrecieron resultados variables según el diseño y funcionamiento de la máquina, sin una tendencia uniforme.
“Si se consume café regularmente en máquinas, esto podría tener un impacto sobre el colesterol, pero depende de si hay un sistema de filtrado eficaz durante el proceso”, explicó el doctor David Iggman, autor principal del estudio.
La investigación también identificó que muchas máquinas de uso corporativo no filtran adecuadamente estos compuestos.
Un dato derivado del estudio ofrece una medida concreta: reemplazar tres tazas de café de máquina por café filtrado con papel durante cinco días a la semana podría disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular en un 13 % a lo largo de cinco años.

Revisión de la literatura científica y políticas públicas
El trabajo sueco se suma a investigaciones previas. Un estudio publicado en 2020 ya había encontrado una asociación entre el consumo regular de café sin filtrar y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad total.
Esta tendencia llevó a que las Recomendaciones Nórdicas de Nutrición incluyeran advertencias explícitas contra el consumo de café sin filtrar, señalando su impacto en los niveles de colesterol LDL.
Si bien la mayoría de las guías dietéticas nacionales no incluye consideraciones sobre métodos de preparación del café, el hallazgo cobra relevancia mundial ante la alta prevalencia de consumo de café y las enfermedades cardiovasculares, principales causas de muerte en muchos países.

El café filtrado y sus beneficios adicionales
Más allá de la reducción de diterpenos, el café filtrado mantiene compuestos que han sido vinculados con efectos positivos en la salud.
Investigaciones epidemiológicas han documentado que el consumo moderado de café, entre tres y cuatro tazas diarias, se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer colorrectal, enfermedad de Alzheimer y accidentes cerebrovasculares.
No obstante, el colesterol no es una enfermedad en sí misma, y sus niveles pueden estar influenciados por numerosos factores genéticos, dietéticos y conductuales.
En ese sentido, el doctor David Kao, de la Universidad de Colorado, dijo que “el colesterol es solo uno entre muchos elementos que contribuyen al riesgo cardiovascular”.

Aun así, reducir la exposición a diterpenos mediante métodos de preparación adecuados puede formar parte de una estrategia preventiva más amplia.
Recomendaciones globales para el consumidor habitual
Con más de dos mil millones de tazas consumidas diariamente en todo el mundo, el café ocupa un lugar central en la vida moderna. Para quienes lo consumen a diario y desean reducir factores de riesgo cardiovascular, los métodos de preparación pueden ser clave.
Filtrar el café con papel, mediante cafeteras de goteo o sistemas de vertido manual, permite reducir la presencia de diterpenos sin afectar otros componentes beneficiosos. Este cambio, sencillo y aplicable a escala doméstica o laboral, podría traducirse en mejoras medibles para la salud pública si se adopta de manera generalizada.
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