Rafael Alonso, psicólogo experto en bienestar laboral: “No cambies de trabajo sin antes recuperarte del actual”

El especialista alerta de que el ‘burnout’ distorsiona la toma de decisiones y puede llevar a arrastrar el mismo desgaste emocional a cualquier nuevo entorno profesional

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El estrés laboral provoca agotamiento
El estrés laboral provoca agotamiento físico y mental, así como falta de motivación y pérdida de la autoestima profesional. (Freepik)

En una época en la que la productividad se erige como objetivo vital, el agotamiento laboral no es anecdótico. Cada vez más trabajadores sufren burnout: un estrés laboral crónico que lleva a sentimientos de cansacio, disociación y despersonalización, negatividad con respecto a las tareas que deben realizarse, desinterés por el trabajo o una acusada pérdida de eficacia profesional, entre otros. Así, estas personas sienten que han perdido su energía, motivación y sentido.

En este contexto, el psicólogo especialista en recursos humanos y bienestar laboral Rafael Alonso, consciente de que este fenómeno es cada vez más habitual, comparte con sus seguidores de TikTok (@rafaalonsobienestar) un consejo vital: “No cambies de trabajo sin antes recuperarte del actual. Y te lo digo porque lo he visto en mis sesiones y también lo he vivido”.

Un ciclo de agotamiento que mina la autoestima profesional

Muchas personas que se sienten quemadas en el trabajo piensan que la solución está en buscar otro puesto. Sin embargo, el psicólogo explica que a veces no es tan sencillo: “Cuando estás quemado, lo normal es pensar que el problema es el trabajo, que si cambias de empresa, de jefe o de entorno, todo va a mejorar. Pero, si no te has recuperado, lo que haces es llevarte el mismo cansancio, la misma frustración y el mismo vacío al siguiente sitio”.

La solución al burnout a
La solución al burnout a veces no es simplemente cambiar de trabajo. (Freepik)

Así, el estado emocional y mental con el que se afronta la experiencia laboral tiene un papel importantísimo en este sentido. Muchas personas toman decisiones fundamentales en un momento de desgaste extremo, cuando la capacidad de evaluar, planificar o proyectar una nueva etapa está debilitada. Según señala Rafael Alonso, no basta con cerrar la puerta de una oficina para abrir otra con un mayor entusiasmo. El agotamiento puede viajar con nosotros. Ese traslado invisible ocurre con más frecuencia de la que se reconoce, creando ciclos de ilusión inicial y caída posterior que minan todavía más la autoestima profesional.

El psicólogo describe un patrón repetido: “Al principio parece que sí, que todo va a mejor, pero pasado un tiempo vuelven las mismas sensaciones, la falta de energía, la apatía, esa sensación de que hagas lo que hagas no te llena”. Este espejismo emocional suele confundirse con un error en la elección del trabajo, cuando en realidad responde a algo más profundo: la persona no ha tenido tiempo ni herramientas para recomponerse.

Por ello, antes de tomar decisiones drásticas, Alonso recomienda una pausa activa. Tomarse un tiempo para sanar, para reconectar con uno mismo, para evaluar. “Antes de tomar una decisión tan comprometida como cambiar de trabajo, te recomiendo que te cures, que descanses, que reconectes contigo, porque no se puede construir una nueva etapa desde el agotamiento”, afirma. En su experiencia, ese proceso no solo evita repetir patrones, sino que permite tomar decisiones más libres y menos reactivas.

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“Recuperarse bien significa volver a sentirte tú”, resume. Esa recuperación implica claridad: entender qué se quiere y qué no, qué límites se desean establecer, qué condiciones se están dispuestos, o no, a tolerar. Solo desde ese espacio de renovación se puede valorar si un cambio laboral es realmente necesario o si la raíz del malestar está en otro lugar.

Para el experto, cambiar de trabajo puede ser una herramienta útil, pero no debe confundirse con el remedio completo. “Cambiar de trabajo puede ser parte de la solución, pero no es la solución”. En un mercado laboral donde la presión por ser eficiente convive con la precariedad y el estrés constante, este espacio de autocuidado es fundamental. “Primero recupérate, luego decide”.