¿Es mejor el kéfir o el yogur griego? El médico Francisco Rosero los analiza: “Tienen efectos completamente diferentes en la microbiota”

El kéfir y el yogur griego ocupan un lugar destacado entre los alimentos fermentados que se asocian con beneficios para la salud intestinal. Ambos productos se derivan de la fermentación de la leche mediante microorganismos, pero presentan diferencias en sus procesos y composición final. Así, el kéfir surge gracias a una combinación de bacterias y levaduras que transforman el azúcar de la leche en ácido láctico, mientras que el yogur griego se obtiene al filtrar el yogur tradicional para eliminar gran parte del suero.

El proceso de fermentación del kéfir involucra una comunidad diversa de microorganismos conocida como “granos de kéfir”, que contiene entre 30 y 50 especies de bacterias y levaduras. Esta variedad incrementa la riqueza probiótica del producto final, lo que lo hace atractivo para quienes buscan reforzar la microbiota intestinal. Además, el resultado es una bebida líquida, de textura ligera y sabor ligeramente ácido. En comparación, el yogur griego se caracteriza por su textura espesa y cremosa, resultado de un filtrado más riguroso que retiene mayor proporción de proteínas y reduce el contenido de lactosa.

Ambos productos contienen probióticos, aunque el kéfir ofrece una mayor diversidad microbiana. El consumo regular de kéfir se ha vinculado con la regulación de la digestión y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Por su parte, el yogur griego destaca por su aporte de proteínas, siendo valorado por personas que buscan incrementar la masa muscular o mantener la saciedad durante más tiempo.

Los probióticos son microorganismos beneficiosos que ayudan a mantener el equilibrio de la flora intestinal, un factor clave para la salud digestiva y general del cuerpo. Su consumo favorece la absorción de nutrientes, refuerza el sistema inmunológico y contribuye a prevenir infecciones intestinales.

Además, diversos estudios han demostrado que los probióticos pueden mejorar trastornos como el síndrome del intestino irritable y reducir los efectos secundarios del uso prolongado de antibióticos. También se ha observado su influencia positiva en el estado de ánimo y la salud mental, debido a la conexión entre el intestino y el cerebro.

Entre cuál de los dos productos es más recomendable para la salud, el doctor Francisco Rosero explica a través de sus redes sociales (@endocrinorosero) que “ambos provienen de la leche, pero tienen efectos completamente diferentes en microbiota, en digestión y en metabolismo“. En cuestión de microbiota, el ”ganador indiscutible" sería el kéfir, pues contiene una mayor cantidad de bacterias y levaduras.

Si hablamos de proteínas, el vencedor de esta batalla es el yogur griego. De acuerdo con la publicación de este endocrinólogo, el yogur griego “contiene el doble de proteína que el kéfir”, aunque este último se aconseja más para la digestión de la lactosa: "Su proceso de fermentación es mucho más lento, tiene menos lactosa que el yogur griego, así que cae muy bien en las personas que son intolerantes a la leche“.

Por todo ello, el doctor Rosero concluye que “si lo que buscas es proteína y saciedad, gana el yogur griego. Pero si lo que buscas es mejorar tu digestión y tu microbiota intestinal, indiscutiblemente gana el kéfir”.