Ni mandarinas ni higos: la fruta típica del otoño que combate el estreñimiento y es buena para la piel

Este alimento sobresale por su elevado contenido en antioxidantes, vitamina C y

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Una persona compra en una
Una persona compra en una frutería (EuropaPress / Junta de Andalucía).

Mandarinas, naranjas, uvas, granadas, higos... son las principales frutas que aparecen en nuestra mente si pensamos en el otoño. La llegada de esta estación trae consigo nuevas incorporaciones a nuestra alimentación diaria en materia de frutas y verduras, todas ellas ricas en nutrientes que nuestro organismo necesita.

Entre todas las frutas disponibles en la época otoñal, hay una que destaca entre las demás por ser considerada la más rica en polifenoles, que son unos potentes antioxidantes que protegen a las células del daño oxidativo y protegen frente a múltiples enfermedades. Se trata del caqui.

Llámese caqui o persimón, esta fruta sobresale por su elevado contenido en carotenos, taninos y vitamina C, cuya acción antioxidante contribuye a proteger la piel frente a los daños provocados por la radiación ultravioleta, lo que ayuda a prevenir tanto el envejecimiento prematuro como la aparición de cáncer de piel.

Además de su perfil antioxidante, la nutricionista Karla Leal señala la cantidad nada despreciable de fibra que albergan los caquis, lo que favorece la sensación de saciedad durante el día y puede ser un aliado en el control del peso.

Una cesta de caquis (AdobeStock)
Una cesta de caquis (AdobeStock)

Beneficios del caqui para la salud

El consumo de caqui aporta una serie de ventajas para el organismo que no son una sorpresa si tenemos en cuenta su valor nutricional. Su alto contenido en fibras solubles, capaces de absorber agua en el intestino, facilita la evacuación y combate el estreñimiento. La presencia de vitamina C, esencial para la producción de colágeno, contribuye a mantener la firmeza y elasticidad de la piel, mientras que los taninos y carotenoides refuerzan la protección frente a los radicales libres y la radiación solar.

Las fibras del caqui, al disolverse en agua y formar un gel en el estómago, prolongan el tiempo de digestión y la sensación de saciedad, lo que ayuda a controlar el apetito y reducir la ingesta de alimentos. De este modo, puede favorecer la pérdida de peso, siempre que se consuma en el marco de una dieta equilibrada.

En cuanto al sistema inmunológico, la combinación de vitamina C, carotenoides y taninos fortalece las células defensivas, ayudando a combatir infecciones víricas, bacterianas y fúngicas, y acortando la duración de gripes, resfriados y alergias. Por otro lado, las fibras presentes en el persimón ralentizan la absorción de azúcares, lo que contribuye a mantener estables los niveles de glucosa en sangre y previene la resistencia a la insulina y la diabetes.

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La protección ocular es otro de los beneficios asociados a esta fruta otoñal, cuenta Leal. Gracias a su contenido en luteína y betacaroteno, resguardan los ojos tanto de los rayos ultravioleta como de la luz azul emitida por dispositivos electrónicos, ayudando a prevenir la formación de cataratas.

El caqui también interviene en la reducción del colesterol LDL (el conocido popularmente como “malo”) y los triglicéridos, ya que sus fibras disminuyen la absorción de grasas, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos, accidentes cerebrovasculares y aterosclerosis. Además, al alimentar a las bacterias beneficiosas del intestino, las fibras del persimón contribuyen a equilibrar la flora intestinal y previenen problemas como la diarrea y el cáncer intestinal.

Por su parte, la vitamina C presente en el caqui mejora la absorción del hierro de los alimentos, lo que resulta útil en el tratamiento de la anemia, según la nutricionista, ya que el hierro es fundamental para la formación de hemoglobina, la proteína encargada del transporte de oxígeno en la sangre.