Isabel Belaustegui, nutricionista: “Tomar alimentos ricos en grasa nos ayuda a comer menos veces al día, a estar en ayunas sin sufrir”

Mejorar la flexibilidad metabólica ayuda a tener más energía y quemar grasas fácilmente

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Isabel Belaustegui, médico integrativa de
Isabel Belaustegui, médico integrativa de nutrición y estilo de vida

La flexibilidad metabólica es uno de los conceptos que resuenan actualmente en el mundo de los divulgadores de la salud. Como ha explicado Isabel Belaustegui, médico integrativa de nutrición y estilo de vida, en el podcast ‘A lo grande’ (@alograndepodcast en TikTok) gozar de una buena flexibilidad metabólica ayuda a comer menos sin sufrir, tener más energía y quemar grasas fácilmente. Pero, ¿qué significa realmente este concepto y por qué es tan importante para la salud?

La flexibilidad metabólica es la capacidad del cuerpo para cambiar de manera eficiente entre distintas fuentes de energía, principalmente entre glucosa (procedente de los carbohidratos) y grasas, según las “circunstancias”, como explica la experta. Para entenderlo, se puede imaginar al cuerpo como un auto híbrido que funciona con dos tipos de combustibles: la glucosa, energía rápida, y la grasa, energía más lenta pero duradera.

Cuando una persona tiene una buena flexibilidad metabólica, su organismo se adapta fácilmente y elige el combustible adecuado según la situación. Por ejemplo, después de comer, el cuerpo utiliza la glucosa que proviene de los carbohidratos (pan, pasta, galletas, verdura…). En cambio, cuando pasa varias horas sin comer o durante un ejercicio de baja intensidad, cambia sin dificultad a la quema de grasa. “Esto nos da energía estable. Nos ayuda a comer menos veces al día, a poder estar en ayunas sin sufrir, sin bajones, sin estar ansiando un alimento”, comentaba Belaustegui.

En cambio, una persona con mala flexibilidad metabólica es como un coche que solo funciona con gasolina. Su cuerpo depende casi exclusivamente de la glucosa como fuente de energía, por lo que, cuando se agota, aparecen síntomas de cansancio, hambre repentina, irritabilidad o dificultad para concentrarse. Además, le cuesta activar la quema de grasa, incluso cuando hay suficiente disponible.

“Con lo que hacemos cada día en este mundo moderno, una dieta basada en la glucosa, creamos una sociedad sedentaria y estresada” explicaba la nutricionista. “Esto está llevando a la pérdida de flexibilidad metabólica. Personas que tienen que comer cada pocas horas, que no pueden hacer nada por la mañana si no han desayunado. Es como que hay que enchufar el móvil constantemente para tener batería”.

De hecho, también afecta a la dificultad para bajar de peso: “A pesar de los esfuerzos que hacen, no consiguen bajar de kilos o quemar esa grasa acumulada. Los típicos michelines que se quedan ahí, resistentes a pesar de todo lo que hagamos, además de un descontrol de la inflamación”.

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Cómo mejorar la flexibilidad metabólica

La experta explica que la clave está en comer alimentos ricos en grasas: “Cuando tomamos el aguacate, el aceite de coco, el aceite de oliva virgen extra, ¿qué sucede? Nos da una energía estable”.

“Cambian las clavijas de toda esta maquinaria, que es el metabolismo, y se orienta la obtención de energía a la quema de la grasa”, por lo que ayuda a bajar de peso eficientemente, sin sufrimiento ni hambre innecesario. “Esa flexibilidad metabólica tan valiosa la hemos heredado, es parte de nosotros. Aprovechémosla” concluyó Isabel.