El yogur, una fuente de nutrientes olvidada por los comedores escolares

Los expertos en nutrición solicitan la inclusión de este producto lácteo en los colegios

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Un grupo de niñas almorzando
Un grupo de niñas almorzando en el comedor escolar (Europa Press)

Menos de un 6 % de los niños españoles de entre 6 y 9 años toman yogur en el desayuno, pese a ser uno de los alimentos que más velan por nuestra salud en general. El dato surge de un reciente informe impulsado por la Asociación Española de Fabricantes de Yogur y Postres Lácteos (AEFY) con motivo del Día Mundial del Yogur, en una jornada organizada por la Agencia EFE.

Los productos lácteos son ricos en proteínas de alto valor biológico, potasio, yodo y vitamina D. Por ello, no es de extrañar que un consumo habitual de leche y yogur esté asociado a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. De hecho, la ingesta de lácteos también se ha relacionado con un menor riesgo de padecer cáncer de colon, asevera Ana María López-Santacruz, directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).

En el caso de los niños, el consumo de yogures resulta fundamental en su etapa de crecimiento. El informe elaborado por Santiago Santiago Cervera, Director de PI Salud, revela que el 56 % de los niños españoles entre 12 y 35 meses consume yogur diariamente en casa, con una introducción media a los 7 meses de edad.

Sin embargo, en el entorno escolar la situación es muy diferente: el 32,8 % de los niños nunca recibe yogur en el colegio y en el 67 % de los centros educativos solo se ofrece entre cero y una vez por semana. Esta brecha entre el consumo doméstico y el escolar se produce en un contexto donde solo el 17 % de los niños alcanza las tres raciones diarias de lácteos recomendadas y el 79 % presenta déficit de vitamina D.

Romina Pereiro nos enseña a hacer un desayuno nutricionalmente completo para esos días en los que necesitamos mucha energía.

“Yogur + Fruta + Cereal”, un desayuno a seguir

El análisis nutricional del yogur muestra un perfil único: por cada 100 gramos, aporta entre 3,5 y 4,5 gramos de proteína de alto valor biológico, 120 a 150 miligramos de calcio con una biodisponibilidad aumentada en un 24%, y cultivos vivos que superan los 10 millones de unidades formadoras de colonias por gramo, cumpliendo la normativa europea.

Además, contiene menos lactosa que la leche, lo que facilita su digestión en niños con intolerancia parcial. Al mismo tiempo, el yogur mejora la tolerancia digestiva y cuida la microbiota, recuerda la Coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y miembro del Comité Científico de la AESAN Irene Bretón.

El informe identifica varias barreras que dificultan la integración del yogur en los menús escolares españoles. Entre ellas, la clasificación normativa inadecuada, la confusión conceptual que equipara el yogur natural con postres azucarados y mitos sobre su conservación. La investigación aclara que el yogur natural puede mantenerse entre 2 y 4 horas sin refrigeración de forma segura y que su contenido de lactosa es mucho menor que el de los yogures azucarados.

Entre las recomendaciones, los expertos proponen el reconocimiento oficial del yogur natural en la normativa, la implantación gradual de frecuencias mínimas en los menús escolares y la creación de estaciones de yogur en los centros educativos. También sugiere el modelo “Yogur + Fruta + Cereal” en los desayunos escolares y la formación del personal educativo en los beneficios nutricionales del yogur.