El científico que afirma que el azúcar es tan dañino como la cocaína o el tabaco: “Que no un refresco sea ‘cero’ no quiere decir que sea bueno”

La popularidad de estos productos cero revela una confusión sobre sus verdaderos efectos, afirma Robert Lustig

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En promedio, un refresco contiene
En promedio, un refresco contiene alrededor de 60 gramos de azúcares añadidos en una botella de 600 mililitros, equivalentes a 12 cucharadas de azúcar. (Cuartoscuro)

“Que una bebida no tenga azúcar no la convierte en buena, solo en mejor que su alternativa con azúcar.” Con esta afirmación, el endocrino Robert Lustig, reconocido por su trabajo en obesidad infantil y neuroendocrinología, desafía la percepción generalizada sobre los productos “cero azúcar”. En una reciente intervención en el pódcast ‘The Diary of a CEO’, Lustig advirtió que, aunque estas bebidas no contienen calorías ni fructosa, no deben considerarse saludables. Su mensaje es claro: representan un mal menor, pero no una opción inocua para la salud metabólica.

Lustig explicó que el principal problema radica en la forma en que el sabor dulce, incluso cuando proviene de edulcorantes artificiales, activa respuestas fisiológicas similares a las del azúcar real. Al consumir algo dulce, el cerebro interpreta que se ha ingerido azúcar y envía una señal al páncreas, que responde liberando insulina. Esta reacción ocurre aunque el producto no contenga azúcar, lo que puede alterar el metabolismo y la relación del cuerpo con la insulina. Según el especialista, “tendrás una respuesta de insulina acentuada porque estás expuesto al edulcorante”, lo que a largo plazo puede afectar negativamente la salud metabólica.

El endocrino subrayó que la insulina elevada es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades graves. Esta hormona estimula el crecimiento celular, incluido el músculo liso vascular de las arterias coronarias. Niveles persistentemente altos de insulina, advirtió, se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Por ello, insistió en que las bebidas sin azúcar no deben considerarse un “permiso” para su consumo ilimitado.

Para Lustig, la popularidad de los productos “cero azúcar” ha crecido por la percepción de que son alternativas saludables. Sin embargo, Lustig criticó la confusión que genera esta estrategia, ya que muchos consumidores creen erróneamente que estos productos son completamente inocuos. En realidad, continúan condicionando la respuesta del organismo y perpetúan la dependencia del sabor dulce. El especialista enfatizó que la clave no está en buscar sustitutos dulces, sino en reducir la presencia del sabor dulce en la dieta cotidiana.

Un estudio apunta a que una dieta baja en carbohidratos sería beneficiosa para adultos con diabetes tipo 1.

Especialista en obesidad infantil

Con una trayectoria prestigiosa en el tratamiento de la obesidad infantil, Lustig se ha consolidado como una de las voces más críticas frente al consumo excesivo de azúcar y la influencia de la industria alimentaria. Ha comparado los efectos del azúcar con los del alcohol, la cocaína y el tabaco, y sostiene que la industria ha añadido edulcorantes a una amplia gama de productos, desde bollería hasta lácteos y bebidas carbonatadas. Según sus investigaciones, aproximadamente el 80% de los alimentos envasados en Estados Unidos contienen edulcorantes calóricos añadidos, y el consumo mundial de azúcar se ha triplicado en los últimos 50 años, mientras que la población solo se ha duplicado. En la infancia, según él, el azúcar ocupa un lugar comparable al que el alcohol tiene en la vida adulta, con consecuencias profundas para la salud de las nuevas generaciones.

Lustig también ha cuestionado la tendencia a medir la salud únicamente a través del peso corporal o el índice de masa corporal (IMC). A su juicio, la obesidad es solo un marcador de un problema más profundo: la disfunción metabólica. “La obesidad no es el problema, la obesidad es un marcador del problema. La disfunción metabólica es el problema y hoy en día el 93% de los estadounidenses la tienen, incluidos los niños”, señaló.