Un médico desvela cuál es el peor desayuno para adquirir energía: “Es básicamente un postre disfrazado de saludable”

La primera comida del día tiene que suponer el 25% de las calorías que se vayan a consumir a lo largo del día

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Comer es mucho más que una necesidad fisiológica. Forma parte de un mecanismo muy complejo en el que nuestros conocimientos, nuestras emociones y nuestras habilidades se entrelazan. No obstante, para la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) hay una serie de cuestiones básicas que debemos tener en cuenta a la hora de planificar la dieta. Una de las más destacadas es que la energía necesaria se debe repartir a lo largo del día: 25 % en el desayuno (o bien, un 15 % si se trata de un desayuno ligero y 10 % en el almuerzo de media mañana), 35 % en la comida del mediodía, 10 % en la merienda y el 30% restante durante la cena. No obstante, hay quienes se saltan la primera pese a sus consecuencias negativas.

Según la AESAN, omitir el desayuno aumenta el riesgo de padecer de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades cardiovasculares, pero también afecta a la concentración, el rendimiento y la energía a lo largo del día. Por ello, el organismo público insiste en la importancia de no saltarse esta primera comida del día. Eso sí, se debe componer de alimentos saludables. En este sentido, el médico y divulgador Manuel Viso explica en uno de sus videos en su cuenta de TikTok (@manuelvisothedoc) que las galletas, las tostadas de mermelada o la bollería no son los mejores alimentos para empezar el día. “Si desayunas así, tu energía se va a la basura antes de las once de la mañana”, advierte.

Para el médico, un café solo con galletas o bollería industrial solo aporta “azúcar, grasas trans y cero de saciedad”. “Es como encender un fuego con papel: arde rápido y se apaga igual de rápido”, expone, es decir, solo aporta energía a corto plazo. Lo mismo sucede con otro tipo de desayunos con valores nutricionales similares. Por ejemplo, una tostada de pan blanco con margarina y mermelada, dice, solo se compone de “harinas refinadas, grasas malas y azúcar por doquier”. E insiste: “Hambre asegurada”. La crítica es la misma con los cereales azucarados con leche. “Parece un desayuno, pero es básicamente un postre disfrazado de saludable. No es que desayunar esté mal, es que así solo provocas picos de azúcar y bajones de energía”, afirma.

Cómo crear un desayuno equilibrado

Para Viso, “no se trata de comer cualquier cosa, sino de elegir alimentos que te den energía real, que te mantengan saciado y que cuiden de tu salud a largo plazo”. Lo explica en otra de sus publicaciones, en la que da algunas ideas de desayunos de “los que dan energía de la buena y nutrientes supersanos”.

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Su primera propuesta es “yogur natural o griego sin azúcar, fruta fresca y un puñadito de frutos secos”. Otra propuesta se compone de “pan integral con aguacate o hummus, con semillas de lino y huevo a la plancha o cocido”. Para el médico, otra buena opción son “tortitas de avena y plátano con un poco de canela o crema de frutos secos”, que pueden ir acompañados de una onza de chocolate negro. También a base de avena, propone un batido que también lleve leche entera o bebida vegetal sin azúcar, fresa y plátano. En último lugar, aconseja recurrir a un clásico: pan integral con tomate, aceite de oliva virgen extra y jamón serrano ibérico o pavo natural.

Estos desayunos, que pueden ir acompañados de café sin azúcar ni edulcorantes, sí que son “buena gasolina, proteína, fibra, grasas saludables y carbohidratos complejos que te dan energía de la que dura para que no tengas una pizca de hambre en toda la mañana”.