Comer pasta nos hace más felices: un nuevo estudio científico lo demuestra

Un artículo reciente, publicado en la revista ‘Food Science & Nutrition’, analiza las respuestas emocionales asociadas al consumo de este clásico italiano

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Un nuevo estudio demuestra que
Un nuevo estudio demuestra que comer pasta genera felicidad (Adobe Stock)

¿A quién no le gusta un buen plato de pasta? Este clásico italiano es uno de los favoritos de muchos, niños y adultos, tanto dentro como fuera de su país natal. De hecho, una encuesta mundial llevada a cabo por la organización Oxfam concluyó que la pasta es el plato más popular del mundo, por encima de otras opciones como la carne, el arroz y la pizza.

La popularidad de la gastronomía italiana, su versatilidad y su amplia presencia en la cultura digital pueden ser razones que expliquen esta apabullante popularidad. Pero, ahora, un estudio elaborado en más de 1.500 personas sugiere otra explicación: la pasta nos genera felicidad.

Así lo ha demostrado un nuevo estudio llevado a cabo por psicólogos y estatistas italianos y publicado en la revista científica Food Science & Nutrition. Este análisis tenía como objetivo evaluar las emociones asociadas al consumo de pasta, tratando de descubrir qué sensaciones genera ingerir este delicioso clásico italiano. El estudio consistió en una encuesta a una muestra representativa de 1532 italianos, para evaluar las asociaciones emocionales explícitas e implícitas con la pasta.

Una cena (AdobeStock)
Una cena (AdobeStock)

Esta investigación siguió además el día a día de algunos de sus participantes durante dos semanas, los cuales registraron sus emociones antes y después de las comidas. En este análisis, el consumo de pasta se asoció de forma sistemática a emociones positivas, en particular la felicidad, vinculando esta receta a momentos de reuniones familiares, a la calidez y al confort y a las tradiciones italianas. Además, los análisis demostraron correlaciones entre el consumo y disfrute de pasta y un menor estrés, una mayor calidad de vida y una mayor atención plena.

El análisis destaca además que este aumento de la felicidad está sensiblemente influenciado por contextos sociales y culturales. Y es que el incremento de estas buenas sensaciones fue especialmente notable cuando la pasta se consumía en entornos sociales, comiendo en compañía de otras personas, más que cuando esta se consumía en soledad o en el entorno trabajo.

La ‘hormona de la felicidad’

Más allá de su importancia cultural y de su papel como epicentro de relaciones sociales, la explicación podría tener que ver también por su contenido nutricional. A esto se refería otro estudio, elaborado por la Unión de Comida Italiana, que defendía que los hidratos de carbono de la pasta estimulan las endorfinas de nuestro organismo, también conocidas como ‘hormonas de la felicidad’.

La pasta, así como otros alimentos elaborados con cereales como es el pan, tienen un nivel glucémico alto. Es decir, después de comerlos, el nivel de glucosa de nuestro organismo se dispara. Esta secreción excesiva de insulina causa que el triptófano, un aminoácido esencial, viaje hacia el cerebro, Una vez ahí, hace que se aumente la producción de serotonina y melatonina, dos neurotransmisores que tienen un efecto calmante. Estas dos últimas desempeñan una función muy importante ya que son las encargadas de regular el sueño y también la sensación de felicidad.