Cuatro cosas que debes dejar de hacer para tener paz mental, según una psicóloga: “Enviamos mensajes negativos a nuestra mente”

Algunos hábitos, a veces inconscientes, pueden repercutir en el estado de ánimo, la concentración o la forma en la que se enfrentan los problemas

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Algunos hábitos pueden hacer desaparecer
Algunos hábitos pueden hacer desaparecer la paz mental de una persona (Pexels)

La tranquilidad es uno de los objetivos a los que la mayoría de personas aspiran, pero no solamente a nivel físico (descansar, estar unas semanas de vacaciones o dormir). La paz también debe alcanzarse mentalmente, lo que permite dejar a un lado rumiaciones mentales, agotamiento en el pensamiento y la sensación de no terminar de desconectar de un determinado tema.

Hay algunos hábitos que las personas hacen, muchas veces sin darse cuenta, que ponen en peligro esta estabilidad o paz mental. De esta manera, al final del día es común sentir que la mente no para de trabajar o que la negatividad se ha adueñado de la gran mayoría de pensamientos.

Esto genera un cansancio que va más allá de lo físico y que repercute en el estado de ánimo, la concentración y la manera en la que se afrontan los problemas. Por ello, aprender a identificar estos hábitos nocivos para la salud mental permitirá comenzar a ponerle solución.

La psicóloga Silvia Severino, a través de un vídeo publicado recientemente en su cuenta de TikTok (@silviaseverinopsico), ha explicado cuáles son las cosas que es recomendable dejar de hacer para tener más paz mental, ya que, aunque muchas veces se crea que esto depende de lo externo, lo que pasa en nuestro interior puede influir en gran medida.

Las quejas

Quejarse es casi un deporte nacional: a casi todo el mundo le encanta, ya sea para simplemente iniciar una conversación sobre un tema intrascendente o para exponer su verdadera opinión sobre algo que le saca de quicio. En ocasiones es solo una costumbre que realizamos de forma completamente maquinal.

Una mujer pensativa mientras mira
Una mujer pensativa mientras mira por la ventana (Freepik)

Este hábito, sin embargo, es el primero que hay que dejar atrás para conseguir la ansiada paz mental: “Cuando nos quejamos, estamos enviando mensajes negativos a nuestra mente constantemente y eso nos agota sin que nos demos cuenta”. Aunque parezca algo nimio, la manera en la que nos comunicamos con nosotros mismos y con el resto influye en gran medida en cómo nos sentimos.

“No tengo tiempo”

Silvia Severino destaca que esta frase también repercute en gran medida en la desaparición de nuestra paz mental. Aunque la vida diaria y su frenetismo en ocasiones nos lleva a un estado de estrés y una crispación acusada, pero repetirlo constantemente solo contribuye a aumentar estas sensaciones.

“Cada vez que dices esta frase, le das el control a todo aquello que es externo y eso genera una sensación de estrés y urgencia que no deja claridad para pensar”, explica la psicóloga.

Lo material

“Deja de obsesionarte con lo material”, aconseja la experta. Es frecuente que muchas personas constantemente se repitan frases como “Cuando tenga esto, seré feliz”, “Cuando llegue a esto, seré feliz”, Cuando termine esto, seré feliz”, “Cuando consiga esto, seré feliz”. De esta manera, continuamente se pone en valor un objetivo material para alcanzar una felicidad que, por el contrario, debería obtenerse de otros modos.

“Mentira”, sentencia Severino. “Las cosas materiales nos llevan a vacíos emocionales y solo lo tapan por un rato”. Así, aunque en un inicio, se consiga un estado de bienestar mejorado, este es efímero y la tristeza, el estrés o cualquier otro sentimiento negativo continuará latente y dispuesto a volver a brotar.

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Distracciones

“Cada vez que algo interrumpe nuestra atención, nuestra energía baja y eso nos impide rendir al 100 % en lo que de verdad importa”. Con el auge de las redes sociales, mantener la concentración se ha convertido en una tarea casi imposible para muchas personas, pero tener la fuerza de voluntad suficiente para permanecer en ella nos acercará a esa paz mental que, en ocasiones, parece inalcanzable.