Alimentos procesados, aliados contra el desperdicio de comida y garantes de salud: “Suponen una mayor seguridad alimentaria”

Los alimentos procesados reducen el desperdicio de comida y contribuyen a la sostenibilidad del planeta

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FOTO DE ARCHIVO. Una persona
FOTO DE ARCHIVO. Una persona empuja un carrito de la compra en un supermercado (REUTERS/Paul Childs)

Refrescos azucarados, pizzas congeladas, bollería industrial, cereales, palomitas, bebidas energéticas... Son los alimentos que por antonomasia catalogaríamos de “ultraprocesados”. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué es un ultraprocesado? ¿Podríamos diferenciarlo de un alimento procesado? Según una encuesta realizada por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), el 86% de los españoles reconocen sentir confusión sobre qué es realmente un alimento procesado, y sus diferentes grados, y cuál es su impacto en la salud.

Los resultados de la encuesta, que ha recogido la opinión de casi 600 personas, han sido presentados esta mañana con motivo del Día Nacional de la Nutrición. La jornada ha pretendido destacar el papel del procesamiento de los alimentos como una herramienta clave para garantizar su inocuidad, conservar sus propiedades, reducir el desperdicio y responder a los retos actuales en salud y sostenibilidad.

En la actualidad, dos tercios del consumo de alimentos provienen de procesados. Es decir, son productos que han experimentado algún tipo de proceso para su conservación o elaboración, ya sea el salado, el horneado, la pasteurización o la congelación. En este sentido, incluso la leche se considera un producto procesado.

“La leche, los yogures, las verduras si vienen en bolsas de plástico, el pescado si llega congelado... La mayoría de los productos están procesados, pero esto supone una mayor seguridad alimentaria. Por otro lado, supone que el riesgo de desperdicio es menor", asegura a Infobae España Ascensión Marcos Sánchez, investigadora del ICTAN-CSIC y vocal de FESNAD.

De esta manera, “un alimento procesado no es en sí mismo un alimento perjudicial para la salud”, aclara Mercedes López-Pardo Martínez, secretaria de FESNAD. Por ello, es importante que la población esté bien informada “para la elección de alimentos procesados saludables”.

De izquierda a derecha: José
De izquierda a derecha: José Miguel Herrero, director general de Alimentación del MAPA; Gregorio Varela-Moreiras, presidente de FESNAD; Rosaura Leis, vicepresidenta de FESNAD; Mercedes López-Pardo, secretaria de FESNAD y Ascensión Marcos, vocal de FESNAD.

Alimentos procesados en un mundo sostenible

Cada hogar español desperdicia de media más de 65 kilos de comida al año. Es decir, que el 5% de los productos que compramos en los supermercados y comercios acaban en la basura. Frente a esta realidad, los alimentos procesados pueden convertirse en un aliado al facilitar su conservación durante más tiempo.

Técnicas como el envasado al vacío, la refrigeración o la esterilización permiten alargar la vida útil de los productos, reducir el desperdicio en la cadena de producción y facilitar la disponibilidad de alimentos durante todo el año. De acuerdo con los resultados de la encuesta, los consumidores valoran especialmente el uso de envases reciclables y otras prácticas responsables que minimicen el impacto ambiental.

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Según los datos ofrecidos por la FESNAD, un 67% de los españoles cree que el procesamiento contribuye a la sostenibilidad, sobre todo por su papel en la conservación de los productos y la reducción del desperdicio. No obstante, también hay que destacar la preocupación por el impacto medioambiental que se produce a lo largo de la cadena alimentaria.

Ante un panorama internacional teñido por la incertidumbre, la seguridad alimentaria es uno de los conceptos a poner sobre la mesa. “Hoy más que nunca necesitamos una nutrición basada en la evidencia, alejada del alarmismo y centrada en el impacto real que la alimentación tiene en nuestra salud y la del planeta”, ha concluido María Rosaura Leis Trabazo, vicepresidenta de FESNAD.