Cómo hacer cebolla encurtida en casa, el ingrediente que le da un plus de sabor a tus recetas y que cuida tu microbiota

La cebolla encurtida es uno de esos acompañamientos tremendamente humildes, fáciles y muy baratos de preparar, pero que elevan cualquier plato a un nivel de alta cocina. ¿Unos tacos de cochinita pibil? ¿Una ensalada de legumbres? ¿Unas sardinas en escabeche? Todas estas recetas encuentran en esta cebolla el contrapunto ácido perfecto que refresca, despierta el paladar y equilibra los sabores.

El proceso de encurtir se basa en conservar un alimento en una solución preparada a partir de sal o vinagre, un método de conservación tradicional con el que logramos mantener las cualidades del alimento durante mucho más tiempo. Más allá de alargar su tiempo de conservación, encurtir la cebolla transforma y potencia su sabor hasta lograr un topping delicioso, que queda genial como complemento de múltiples recetas.

Para conseguir el sabor ácido ideal, las cebollas encurtidas se conservan en vinagre, a lo que podemos sumar otros matices añadiendo hierbas aromáticas o un trozo de guindilla. Esta receta se hace en solo unos minutos, y únicamente tendemos que esperar a que macere durante un tiempo guardada en la nevera, hasta que absorba todos los aromas. Aunque tendrá más sabor conforme más tiempo de reposo dejemos, en solo unos minutos la cebolla encurtida ya estará lista para dar vida a nuestras comidas.

Este ingrediente no solo se ha difundido en las cocinas por su sabor y versatilidad, sino también por sus propiedades beneficiosas. La cebolla encurtida es un alimento probiótico con muchos beneficios para nuestra salud digestiva y sistema inmunitario. Eso sí, debemos asegurarnos de que el vinagre que utilicemos sea un vinagre de manzana sin filtrar ni pasteurizar, lo que asegurará este contenido en probióticos. Además, la cebolla morada contiene una fibra, la inulina, que fortalece la microbiota intestinal, responsable de cuidar nuestras defensas y también de favorecer una correcta digestión.

La base de esta receta es muy sencilla: cebolla roja, vinagre, agua, sal y azúcar. A partir de ahí puedes jugar con los sabores añadiendo especias como pimienta negra, semillas de mostaza, ajo, laurel o incluso chile si te gusta el toque picante.

Tiempo total estimado: 10 minutos + 30 minutos de reposo mínimo

• Cortar y preparar los ingredientes: 5 minutos
• Cocinar el líquido de encurtido: 5 minutos
• Tiempo mínimo de reposo: 30 minutos (mejor si es de 2 horas o más)

• 2 cebollas rojas medianas
• 150 ml de vinagre de manzana
• 150 ml de agua
• 1 cucharadita de sal
• 1 cucharada de azúcar
• 5 granos de pimienta negra
• 1 hoja de laurel
• 1 diente de ajo pelado
• ½ chile rojo (si quieres un toque picante)

1. Pela y corta las cebollas en juliana fina.
2. Coloca las rodajas en un frasco de vidrio limpio y esterilizado.
3. En un cazo, mezcla el vinagre, el agua, la sal y el azúcar.
4. Añade las especias: pimienta, laurel, ajo, chile.
5. Lleva la mezcla a ebullición, removiendo hasta disolver bien la sal y el azúcar.
6. Vierte la mezcla caliente sobre las cebollas, asegurándote de que queden completamente cubiertas.
7. Deja que se enfríe a temperatura ambiente.
8. Cierra el frasco y guarda en la nevera. A partir de los 30 minutos ya estarán sabrosas, pero mejoran con el tiempo.

Con esta cantidad de ingredientes obtendrás unas 4 porciones generosas, ideales como guarnición o topping.

Cada porción contiene aproximadamente:

• Calorías: 25
• Grasas: 0 g
• Grasas saturadas: 0 g
• Carbohidratos: 6 g
• Azúcares: 4 g
• Proteínas: 0 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

La cebolla encurtida se puede conservar en la nevera durante hasta 2 semanas, siempre que esté en un recipiente hermético y completamente cubierta por el líquido.