Ni naranja ni kiwi: la fruta rica en vitamina C que retrasa el envejecimiento de la piel, controla la presión arterial y da energía

Esta fruta es fuente de carbohidratos, potasio y vitamina C que cuidan del bienestar general

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Imagen de una frutería (AdobeStock)
Imagen de una frutería (AdobeStock)

De sabor dulce y textura cremosa, esta fruta tropical no solo es una delicia para el paladar, sino también una fuente de propiedades nutricionales que encierra múltiples beneficios para la salud. La chirimoya es una fruta que destaca especialmente por su alto contenido en carbohidratos en comparación con otras frutas, así como por ser rica en potasio y vitamina C.

Como indica la Fundación Española de Nutrición (FEN), los carbohidratos representan el 20% del peso de esta fruta. Estos azúcares naturales son los principales responsables de su valor calórico elevado, algo a tener en cuenta para quienes siguen dietas hipocalóricas. Sin embargo, esta riqueza en carbohidratos también convierte a la chirimoya en una fuente rápida de energía, ideal para deportistas, niños en crecimiento, personas convalecientes o cualquiera que necesite un aporte energético inmediato.

Una chirimoya partida por la
Una chirimoya partida por la mitad en un plato (ABC)

La chirimoya, fuente de potasio

Más allá de su contenido energético, la chirimoya es una fruta rica en micronutrientes esenciales, entre los cuales destaca el potasio, pues solo una ración de chirimoya cubre aproximadamente el 13% de las ingestas recomendadas de este mineral para la población de estudio. El potasio es un nutriente fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, ya que contribuye al mantenimiento de la función muscular normal y al funcionamiento del sistema nervioso.

Además, tal y como explican los profesionales de la FEN, este nutriente desempeña un papel importante en la regulación de la presión arterial, lo que lo convierte en un elemento clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares. En este sentido, la chirimoya puede ser un alimento útil dentro de una dieta orientada al cuidado del corazón y al equilibrio electrolítico del cuerpo.

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Una fuente de vitamina C

Por otra parte, la vitamina C es otro de los nutrientes que se encuentra en cantidades significativas en esta fruta. Según los informes de la FEN, una ración de chirimoya proporciona el 36% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina, lo que la convierte en una excelente fuente para contribuir al fortalecimiento del sistema inmunológico y a la protección celular frente al daño oxidativo.

La vitamina C actúa como antioxidante, neutralizando los radicales libres que se generan como parte del metabolismo celular o por la exposición a factores externos como la contaminación o la radiación solar. Esta capacidad antioxidante ayuda a retrasar el envejecimiento celular y puede jugar un papel en la prevención de enfermedades crónicas relacionadas con el estrés oxidativo, como ciertos tipos de cáncer o patologías neurodegenerativas.

Además de su perfil nutricional, la chirimoya es rica en compuestos volátiles que le otorgan su característico aroma dulce y afrutado, un aspecto que también puede tener implicaciones para la salud. Entre estos compuestos destacan los ácidos hexanoico y octanoico, presentes en concentraciones de aproximadamente 1 mg/kg en la pulpa. Aunque es cierto que estos compuestos se encuentran en pequeñas cantidades, se ha demostrado que muchas sustancias volátiles presentes en frutas aromáticas pueden tener efectos beneficiosos, como propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias o incluso ansiolíticas, al contribuir a una experiencia sensorial placentera que favorece el bienestar general.