La invasión silenciosa: microplásticos y PFAS ya contaminan órganos y aumentan riesgos de salud

En el último capítulo del The Mel Robbins Podcast, el Dr. Eric Topol, referente mundial en medicina, advirtió sobre nuevos riesgos para la salud detectados en órganos humanos

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El Dr. Eric Topol advierte
El Dr. Eric Topol advierte sobre la presencia de microplásticos y PFAS en órganos humanos y su impacto en la salud (captura de video)

Cada semana, los seres humanos ingieren microplásticos presentes en el agua, los alimentos y el aire, según advierten recientes estudios científicos, lo que pone en evidencia la magnitud y omnipresencia de estas partículas en la vida cotidiana.

En el último episodio del The Mel Robbins Podcast, la experta entrevistó al destacado cardiólogo y científico Dr. Eric Topol, uno de los investigadores médicos más citados a nivel mundial.

Durante la charla, Topol ofreció información actualizada y contundente sobre los peligros asociados a la exposición cotidiana a microplásticos y sustancias químicas permanentes conocidas como PFAS, poniendo el foco en la necesidad de atención y acción ante este problema emergente.

Un enemigo silencioso y omnipresente

Según Topol, la presencia de microplásticos y PFAS en la vida diaria representa un riesgo creciente para la salud pública, especialmente para niños, mujeres y jóvenes adultos. Los microplásticos son fragmentos de plástico visibles solo al microscopio, mientras que los PFAS son compuestos químicos resistentes que no se degradan ni en el ambiente ni en el organismo.

Ambos están en el aire, el agua, los alimentos y en numerosos productos domésticos, generando una amenaza invisible y persistente.

Los microplásticos y PFAS están
Los microplásticos y PFAS están presentes en el aire, el agua, los alimentos y productos de uso cotidiano, alerta el Dr. Topol (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Están en todas partes. En nuestro cerebro, en los órganos reproductivos, en botellas y bolsas de plástico, en cualquier lugar”, advirtió Topol durante la entrevista. La acumulación de estos contaminantes en el cuerpo resulta inevitable: “No desaparecen. Simplemente los acumulamos”, explicó.

Impactos en la salud: cáncer, fertilidad y enfermedades crónicas

El avance de la evidencia científica revela un aumento de cánceres en personas jóvenes, como el de colon en adultos de veintitantos años y el de mama en mujeres que apenas superan los treinta. Incluso, muchas afectadas carecen de predisposición genética clara.

La exposición diaria a microplásticos
La exposición diaria a microplásticos y PFAS se asocia a riesgos de cáncer, infertilidad y enfermedades crónicas, según nuevos estudios (Captura de video)

Topol señaló que no existe una relación causal demostrada, pero la coincidencia entre el aumento de la exposición a microplásticos y PFAS, y el incremento de estas enfermedades, resulta inquietante. “Tenemos que pensar: ‘Quizá esté relacionado con los químicos’”, reflexionó en The Mel Robbins Podcast.

Su advertencia alcanza otros problemas aún menos visibles. La reducción de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, se asocia a la presencia de estos compuestos en los órganos reproductivos. Además, Topol mencionó su relación con enfermedades cardiovasculares, inflamación crónica y trastornos autoinmunes. “La exposición es acumulativa y afecta a todos los sistemas orgánicos”, enfatizó.

Uno de los datos más impactantes aportados por Topol proviene de un estudio realizado en Italia, donde se detectaron microplásticos en las arterias carótidas de más de la mitad de las personas analizadas después de fallecer.

El calentamiento de plásticos en
El calentamiento de plásticos en microondas y utensilios de cocina incrementa la liberación de nanoplásticos en los alimentos (captura de video)

Aquellos con estas partículas tenían un riesgo cuatro veces mayor de sufrir infartos o accidentes cerebrovasculares. También se identificaron fragmentos de plástico en el cerebro, acompañados de intensa inflamación local. “No se puede decir que esto sea inocuo”, afirmó el especialista, quien subrayó la detección de estos compuestos en el semen y el sistema reproductivo femenino.

Vías de exposición y riesgos cotidianos

La exposición a microplásticos y PFAS ocurre cuando se inhalan, se ingieren o se absorben por la piel. Estos compuestos abundan en envases plásticos, utensilios de cocina, productos de higiene y cosméticos, desodorantes, perfumes, velas aromáticas y objetos de uso diario, como sartenes antiadherentes y recipientes aptos para microondas.

El Dr. Topol recomienda evitar
El Dr. Topol recomienda evitar plásticos, preferir vidrio o madera y mejorar la ventilación del hogar para reducir la exposición (captura de video)

El calentamiento de plásticos —por ejemplo, al usar envases en el microondas o cocinar con utensilios plásticos— aumenta la liberación de nanoplásticos en los alimentos. “No conviene usarlos en el microondas. El calor solo aumentará la carga de nanoplásticos en tu cuerpo”, alertó Topol.

Topol recomendó prestar atención a los ingredientes de los productos de uso personal y del hogar. La presencia de compuestos fluorados o agentes alquilantes en las etiquetas puede indicar PFAS.

No obstante, la falta de transparencia y la escasa regulación complican la identificación y el control de estos riesgos. “Las empresas que dependen de estos químicos permanentes no están haciendo nada para cambiar las cosas”, criticó el investigador, señalando además a la presión política y la falta de acción gubernamental como obstáculos para mejorar la protección ambiental.

Medidas prácticas y llamado a la acción colectiva

A pesar del desafío, Topol propuso medidas para reducir la exposición individual y familiar. Entre las sugerencias destacó evitar envases y utensilios de plástico, elegir vidrio o madera, revisar los ingredientes de cosméticos y productos de higiene, así como mejorar la ventilación del hogar con filtros HEPA o MERV 11 y 13. También enfatizó la importancia de preferir bolsas de papel o tela y de acortar el tiempo de almacenamiento de alimentos en plásticos.

El especialista llama a la
El especialista llama a la acción colectiva y a cambios de hábitos para enfrentar la contaminación ambiental y proteger la salud pública (captura de video)

“Cambiar pequeños hábitos puede marcar una gran diferencia en la reducción de tóxicos”, remarcó el especialista. Asimismo, advirtió que la solución no puede depender solo del esfuerzo individual. El investigador reconoció que la respuesta individual tiene un alcance limitado ante la omnipresencia de estos contaminantes.

El mensaje final del experto fue un llamado a la acción y a la esperanza: la humanidad dispone hoy de herramientas más avanzadas que nunca para prevenir enfermedades relacionadas con la edad y mejorar la salud pública, pero solo se logrará si se enfrentan con determinación los desafíos de la contaminación ambiental.

“Cuidar el ambiente es cuidar nuestra salud y la de las próximas generaciones”, concluyó. La atención a los factores ambientales resulta indispensable para garantizar un futuro más saludable y menos tóxico para todos.