La pregunta de si la obesidad en la panza es peligrosa es una de las preguntas recurrentes en los consultorios médicos. Y la respuesta sin dudarlo es que sí.
Existe mucha evidencia científica que demuestra que el exceso de grasa en el abdomen aumenta la probabilidad de sufrir problemas del corazón, y que cada centímetro que logremos bajar (que equivale aproximadamente a un kilo de peso bajado) reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
El problema con la grasa del vientre es que no se limita a la capa extra de relleno ubicada justo debajo de la piel (grasa subcutánea), sino que también incluye grasa visceral, que se encuentra en el interior del abdomen, alrededor de los órganos internos y, aunque la grasa subcutánea plantea problemas estéticos, la grasa visceral está relacionada con problemas de salud mucho más peligrosos, entre ellos:
- Cardiopatía
- Diabetes tipo 2
- Presión arterial alta
- Colesterol anormal
- Problemas respiratorios

Las investigaciones también asocian la grasa del vientre con un mayor riesgo de muerte prematura, independientemente del peso total. De hecho, algunos estudios han determinado que incluso cuando se consideraba que las mujeres tenían un peso normal basado en las mediciones estándar del índice de masa corporal (IMC), una cintura grande aumentaba el riesgo de morir de enfermedad cardiovascular.
Entonces, ¿cómo saber si una persona tiene demasiada grasa en el vientre? Midiendo su cintura. La circunferencia de la cintura es un indicador sencillo y claro que debe alertarnos cuando supera los 90 centímetros en la mujer y los 100 en el hombre: a partir de esas cifras comenzamos a tener un riesgo elevado de sufrir síndrome metabólico. Que es un conjunto de enfermedades como diabetes, hipertensión, resistencia a la insulina, colesterol elevado.
Para tomar la medida, tenés que colocar el centímetro alrededor del abdomen a la altura del ombligo, sin tirar de la cinta. Si el resultado se encuentra fuera de la zona segura, es momento de generar algunos cambios bien concretos en la forma de alimentarte y en la actividad física.

¿Cómo podés hacer para tener un abdomen sano? Disminuí grasas, azúcar y alcohol y empezá a incluir más frutas, verduras, legumbres y semillas en tu plan alimentario. Tratá de que en cada uno de tus platos, siempre haya vegetales o legumbres.
Por ejemplo, si vas a comer pastas, en vez de que sean a la bolognesa, podés probar con un salteado de verduras o una salsa filetto casera. Si vas a comer pizza, podés agregarle bastante tomate fresco, o rúcula. O si en cambio preferís milanesas, acompañadas con puré mixto o verduras al horno.
De esa manera, podés seguir comiendo tus platos preferidos sin perjudicar tu salud. Y, por último, con la pandemia muchas personas dejaron de hacer sus chequeos anuales, es momento de ponerse al día, y con las medidas de precaución correspondientes, lo ideal es que visites a tu médico y pongas al día tu salud.
*Romina Pereiro es licenciada en Nutrición MN 7722.
Edición de video: Cecilia Arizaga
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