La ansiedad es uno de los problemas de salud más comunes en el mundo

Se ha convertido en la principal afección de salud mental a escala global, alcanzando a cientos de millones de personas

Guardar
El estigma y la falta
El estigma y la falta de registros en países de bajos ingresos dificultan la detección precisa de casos de ansiedad a nivel global. (Freepik)

Datos de Our World in Data estiman que entre el cuatro y cinco por ciento de la población mundial sufre algún trastorno de ansiedad en un momento determinado. Esta prevalencia hace que la ansiedad sea la condición de salud mental más habitual, y su impacto se extiende tanto de forma directa como a través de personas cercanas a lo largo de la vida.

La complejidad del problema se incrementa por la dificultad para obtener información precisa, sobre todo en países de ingresos bajos, donde el estigma y la falta de registros formales pueden esconder numerosos casos.

El alcance de la ansiedad trasciende fronteras y niveles socioeconómicos. En Estados Unidos, encuestas longitudinales muestran que cerca de un tercio de la población experimenta un trastorno de ansiedad alguna vez a lo largo de la vida.

Además, se calcula que uno de cada seis adultos estadounidenses utiliza medicación para tratar la ansiedad u otros problemas de salud mental cada año. Our World in Data advierte que, aunque estas cifras resultan elevadas, lo más probable es que no reflejen la totalidad de los casos, debido a la reticencia de muchas personas a admitir sus dificultades emocionales.

La evolución de los tratamientos para la ansiedad ha pasado por distintas etapas desde la década de 1950. El primer gran avance se produjo con los tranquilizantes como el meprobamato (Miltown), popularizado en Estados Unidos durante los años 50. Considerado el primer medicamento psiquiátrico de gran consumo, mitigaba los síntomas físicos de la ansiedad sin inducir una sedación total. Su uso, sin embargo, acarreaba riesgos de sobredosis y adicción, lo que motivó la búsqueda de alternativas más seguras.

Los tratamientos para la ansiedad
Los tratamientos para la ansiedad han evolucionado desde los tranquilizantes de los años 50 hasta los ISRS y IRSN actuales.

Desde los años 60 hasta mediados de los 80, las benzodiacepinas como el diazepam (Valium) y el alprazolam (Xanax) se establecieron como referencia en el tratamiento de la ansiedad. Estos fármacos potencian el efecto del neurotransmisor GABA, lo que reduce la actividad cerebral y proporciona alivio rápido. Su eficacia para episodios agudos, como los ataques de pánico, está bien documentada. Sin embargo, el riesgo de abuso, dependencia y aparición de síntomas de abstinencia generó preocupación entre los profesionales de la salud, provocando una disminución en su uso a medida que surgieron nuevas alternativas terapéuticas.

Un cambio importante se produjo en los años 90 con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), diseñados inicialmente para tratar la depresión, pero efectivos en varios trastornos de ansiedad. Medicamentos como la sertralina (Zoloft) incrementan la disponibilidad de serotonina en el cerebro, con efectos reguladores sobre el miedo y la ansiedad. Aunque requieren varias semanas para mostrar resultados, los ISRS presentan menor riesgo de dependencia y se consideran una opción sostenible a largo plazo. Revisiones sistemáticas de Cochrane confirman la eficacia de los antidepresivos para el trastorno de ansiedad generalizada, con beneficios más limitados en casos concretos como la ansiedad social.

De forma paralela, los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) ampliaron las opciones a finales de los 90 y principios de la década del 2000. La última aprobación en Estados Unidos de un medicamento específico para la ansiedad correspondió a la duloxetina, un IRSN, en 2004. Desde entonces, no se han autorizado nuevos fármacos específicos, aunque se han comercializado formulaciones adaptadas como liberaciones prolongadas.

La falta de nuevos medicamentos
La falta de nuevos medicamentos aprobados para la ansiedad desde 2004 ha impulsado el uso de tratamientos off-label por parte de especialistas. (Imagen ilustrativa Infobae)

La falta de innovación reciente en el desarrollo de medicamentos ha conducido a que muchos especialistas prescriban tratamientos “off-label”, es decir, medicamentos no aprobados expresamente para la ansiedad, pero que pueden ser útiles según la valoración clínica. Our World in Data identifica al menos una docena de estos casos, aunque la falta de aprobación restringe su disponibilidad y cobertura por parte de los seguros médicos.

A pesar de esta ralentización, la investigación farmacológica sigue en marcha. Existen fármacos en ensayos clínicos que intentan mejorar los mecanismos de los ISRS e IRSN, así como otros que exploran vías completamente distintas. No todos llegarán a comercializarse, pero algunos tienen potencial para ofrecer alternativas más eficaces.

Además de la terapia farmacológica, han ganado terreno enfoques no farmacológicos como la terapia cognitivo-conductual, la neuroestimulación no invasiva y la exposición con realidad virtual. Estas alternativas surgen ante la necesidad de tratamientos más efectivos y accesibles, dado que el acceso y los resultados continúan siendo retos a nivel mundial.

Aunque los tratamientos actuales pueden transformar la vida de quienes padecen ansiedad, el desafío persiste: garantizar que todas las personas con trastornos de ansiedad dispongan de opciones eficaces y accesibles es una meta central para el futuro de la salud mental, según señala Our World in Data.

Últimas Noticias

El asombroso viaje de una neurocientífica que renació tras una hemorragia cerebral y ahora enseña a dominar la mente

Jill Bolte Taylor narra su transformación personal y profesional después de perder la función del hemisferio izquierdo y cómo se puede aprender a gestionar sus emociones y pensamientos con conciencia plena

El asombroso viaje de una

Los 5 mandamientos de la longevidad: qué recomiendan los expertos para retrasar el envejecimiento

Las elecciones cotidianas tienen injerencia directa en la edad biológica del organismo, la salud integral y la esperanza de vida. Por qué las personas envejecen de manera diferente y qué dice la ciencia de los hábitos que potencian la longevidad

Los 5 mandamientos de la

Qué son los bisfenoles y por qué podrían estar detrás de la obesidad y la diabetes

Un estudio de científicas de Polonia con apoyo de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, asoció a los compuestos químicos que están en objetos de uso cotidiano con más de 127 millones de casos nuevos de trastornos metabólicos. Qué opinan expertos en química ambiental y endocrinología consultados por Infobae

Qué son los bisfenoles y

Cuánta proteína necesita realmente el cuerpo, según la ciencia

Se trata de un nutriente esencial para el organismo, cuyas necesidades reales fueron sobredimensionadas, según los expertos, por el auge de suplementos y alimentos fortificados. Cuánto recomiendan consumir y qué pasa si se excede ese límite

Cuánta proteína necesita realmente el

La vacuna contra el herpes zóster puede ser una aliada en la prevención de la demencia, según un nuevo estudio

Personas que recibieron la vacuna registraron menos diagnósticos de deterioro cognitivo con el paso de los años, especialmente en adultos mayores y mujeres. Los detalles de una investigación internacional publicada en Nature Medicine

La vacuna contra el herpes