
El cáncer colorrectal ha mostrado un preocupante aumento, especialmente entre adultos jóvenes menores de 50 años. De acuerdo con las últimas proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2040 esta clase de tumores podría registrar 3,2 millones de casos nuevos y 1,6 millones de muertes anuales en todo el mundo.
Frente a este panorama, expertos destacan la influencia determinante de los hábitos cotidianos en la prevención de esta enfermedad, subrayando que desde la alimentación hasta el movimiento, cada decisión diaria puede marcar una diferencia en el riesgo individual.
Según especialistas consultados por EatingWell, “los hábitos diarios (dieta y ejercicio) ofrecen una forma poderosa de reducir el riesgo de cáncer colorrectal”.
1. Actividad física diaria

La recomendación de incorporar actividad física de manera constante se fundamenta en la evidencia de que el ejercicio regular desempeña un papel clave en la reducción del riesgo de cáncer colorrectal. No se requiere entrenamiento de alto rendimiento, sino sumar movimientos que aceleren la frecuencia cardíaca, como caminar a paso ligero o andar en bicicleta.
Según el gastroenterólogo Maen A. Abdelrahim: “Actividades como estas mejoran la salud intestinal, reducen la inflamación y ayudan a mantener un peso saludable, lo que las hace accesibles y efectivas”.
Además, se ha demostrado que la actividad física constante mejora la sensibilidad a la insulina y disminuye la inflamación crónica, factores relacionados con el desarrollo del cáncer. La clave está en la constancia; pequeñas acciones, como subir escaleras o realizar caminatas cortas, tienen un efecto acumulativo positivo.
Por su parte, la OMS sostiene que mantener un estilo de vida activo es una de las principales estrategias para disminuir el riesgo de cáncer colorrectal. El sedentarismo, combinado con otros factores de riesgo, contribuye significativamente a la aparición de esta enfermedad a nivel global.
2. El consumo de fibra: protección interna para el colon

Una dieta rica en fibra se destaca como otro pilar fundamental en la prevención del cáncer colorrectal. La experta citada por EatingWell explicó: “Piense en la fibra dietética como el equipo de limpieza personal de su sistema digestivo. Al consumir alimentos ricos en fibra, esta aumenta el volumen y ayuda a eliminar los desechos a través de los intestinos y el colon con mayor rapidez”.
Los especialistas recomiendan comenzar con pequeños cambios, como añadir frutos rojos o semillas de chía al desayuno, elegir pan integral o incluir cereales integrales y frutas en la dieta. Estos ajustes permiten incrementar el aporte de fibra sin modificar abruptamente los hábitos alimenticios.
El consumo tanto de fibra soluble como insoluble se ha relacionado con un menor riesgo de cáncer colorrectal. La OMS destaca que una alimentación rica en frutas, verduras y fibra disminuye el riesgo de cáncer colorrectal al acelerar el tránsito intestinal y reducir el tiempo de exposición del colon a agentes potencialmente dañinos. Esta recomendación es parte de las pautas internacionales para la prevención de cáncer colorrectal.
3. Yogur y probióticos: aliados del microbioma intestinal

El papel del yogur en la prevención del cáncer colorrectal cobra relevancia gracias a sus probióticos, que promueven un microbioma intestinal equilibrado. Los expertos citados por EatingWell destacan que “el yogur es más que un simple refrigerio sabroso. Repleto de probióticos, estas bacterias beneficiosas desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de un microbioma intestinal equilibrado”, y un ambiente intestinal sano se correlaciona con un menor riesgo de cáncer colorrectal.
Además, la experta Jaclyn London resalta que “los lácteos pueden tener un papel protector contra el cáncer colorrectal” debido al calcio y la vitamina D, nutrientes que favorecen la renovación celular saludable en el colon.
Por su parte, diversos estudios internacionales han explorado la relación entre el consumo de yogur y la prevención del cáncer colorrectal. Una investigación publicada en la revista Gut y realizada con datos de más de 120.000 profesionales de la salud en Estados Unidos, encontró que los hombres que consumían al menos dos porciones de yogur por semana presentaban un 19% menos de riesgo de desarrollar adenomas precancerosos en el colon, especialmente en el colon proximal.
Los autores sugieren que el yogur podría modificar el microbioma intestinal de manera beneficiosa y reducir la inflamación, aunque advierten que todavía se requieren más estudios para confirmar estos hallazgos y establecer recomendaciones específicas.
4. Carnes procesadas versus alternativas vegetales

La vinculación entre el consumo frecuente de carnes procesadas y su asociación con un mayor riesgo de cáncer colorrectal ha sido estudiada en diversos trabajos científicos.
El gastroenterólogo Karl Kwok explica: “Un mayor consumo de carnes rojas y procesadas, como perritos calientes y embutidos, se correlaciona con un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal”.
Estudios han documentado que la ingesta elevada de carne procesada eleva el riesgo de cáncer colorrectal en un 13%, de cáncer de colon en un 19% y de cáncer de recto en un 21%. Como alternativa, se recomiendan las proteínas vegetales, entre ellas legumbres como frijoles, lentejas o garbanzos, así como tofu, tempeh y otras opciones que aportan fibra y nutrientes beneficiosos para la salud intestinal.
La OMS, por su parte, confirman que una alta ingesta de carnes procesadas, junto con una baja ingesta de frutas y verduras, constituye un factor de riesgo relevante para el desarrollo del cáncer colorrectal.
Otras formas de reducir el riesgo de cáncer de colon

La prevención del cáncer colorrectal involucra también evitar sustancias nocivas, como el tabaco y el exceso de alcohol. “Dejar de fumar y reducir o eliminar el consumo de alcohol son pasos cruciales para reducir el riesgo de cáncer”, señala el gastroenterólogo Jamil O. Alexis. Controlar el peso corporal, especialmente la grasa abdominal, resulta relevante, ya que el exceso favorece el riesgo de esta enfermedad.
Es esencial prestar atención a síntomas como cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal, malestar abdominal persistente, debilidad o pérdida de peso inexplicable, y consultar a un médico ante cualquier alteración persistente. Asimismo, compartir antecedentes familiares de cáncer colorrectal puede llevar a recomendaciones de detección más temprana o frecuente por parte del profesional de la salud.
En tanto, para la OMS dejar de fumar y moderar la ingesta de alcohol son pasos fundamentales en la prevención del cáncer colorrectal. Además, mantener un peso corporal saludable y evitar la obesidad contribuyen a la reducción del riesgo de esta enfermedad en la población general.
Detección temprana: el papel de los exámenes regulares
Realizar pruebas de detección, como las colonoscopias, se considera la medida más determinante en la prevención del cáncer colorrectal. Los expertos citados por EatingWell relatan: “La detección temprana es fundamental. Si podemos detectar el cáncer colorrectal a tiempo, tendremos más posibilidades de tratarlo, lo que le garantizará una vida más larga, saludable y feliz”, resume el Dr. Kwok.
En tanto, la OMS resalta que la detección precoz mediante pruebas como la colonoscopía permite identificar y tratar lesiones precancerosas antes de que avancen, reduciendo así tanto la incidencia como la mortalidad del cáncer colorrectal. Cuanto antes se realice el diagnóstico, mayores son las posibilidades de tratamiento curativo y de una mejor supervivencia a largo plazo.
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