
Comer semillas de manzana suele considerarse inofensivo, pero existen riesgos poco conocidos que pueden afectar la salud, especialmente en ciertos grupos de personas. Aunque ingerir una o dos semillas es poco probable que cause problemas en adultos sanos, hay situaciones en las que el consumo puede desencadenar efectos adversos de gravedad variable, según advierte la Enciclopedia Britannica y Very Well Health.
1. Asfixia y obstrucción de las vías respiratorias
El peligro más frecuente asociado a las semillas de manzana es el atragantamiento y la obstrucción de las vías respiratorias. Este riesgo se acentúa en niños pequeños, quienes, por tener una garganta y vías respiratorias más estrechas que los adolescentes y adultos, son especialmente vulnerables.

Los menores pueden no percatarse de la presencia de semillas o ingerirlas accidentalmente mientras juegan o se ríen, lo que incrementa la posibilidad de que una semilla quede atascada en la garganta o pase a las vías respiratorias.
Los síntomas de este tipo de accidente incluyen tos, molestias en la garganta, dificultad para respirar, silbidos al respirar e incluso incapacidad para respirar. Para evitar estos episodios, Very Well Health recomienda retirar el corazón de la manzana o comer alrededor de él, sobre todo cuando se ofrecen manzanas a niños.
2. Malestar estomacal
En personas con trastornos digestivos, como el síndrome de intestino irritable o enfermedades inflamatorias intestinales, la ingestión de semillas de manzana puede provocar molestias estomacales. El malestar suele desaparecer una vez que las semillas se eliminan en las heces, aunque en algunos casos la inflamación puede persistir hasta que se reciba tratamiento médico.

Ante la presencia de síntomas, quienes padecen afecciones digestivas deben consultar a su gastroenterólogo para recibir orientación específica sobre cómo actuar si consumen accidentalmente semillas que les generen molestias.
3. Brote de diverticulitis
Respecto a la diverticulitis, tradicionalmente se ha aconsejado a quienes la padecen evitar semillas, pochoclos y otros alimentos pequeños y duros, bajo la creencia de que podrían alojarse en los divertículos —pequeñas bolsas en la pared intestinal— y desencadenar inflamaciones o brotes.
Sin embargo, Very Well Health señala que investigaciones recientes ponen en duda esta restricción, sugiriendo que las personas diagnosticadas con diverticulitis no necesariamente deben eliminar las semillas de su dieta. En general, se considera que una alimentación rica en fibra es una pauta adecuada para quienes viven con esta condición. Aun así, se recomienda que cada paciente consulte con su profesional de la salud para recibir indicaciones personalizadas.

4. Reacción alérgica
Aunque es poco común, existen casos de personas alérgicas exclusivamente a las semillas de manzana, sin presentar reacción al resto de la fruta. Las manifestaciones de alergia a las semillas pueden variar desde síntomas leves y autolimitados hasta reacciones graves y potencialmente mortales, como la anafilaxia, que requiere atención médica urgente.
Entre los síntomas posibles se encuentran erupciones cutáneas, hinchazón alrededor de los labios, sensación de ardor o dolor en la boca, lengua inflamada, dificultad respiratoria, mareos, taquicardia, pérdida de conciencia o convulsiones. Ante cualquier signo de alergia, Very Well Health aconseja buscar atención médica inmediata y, en caso de diagnóstico previo, seguir las indicaciones del especialista.

5. Intoxicación por cianuro
El riesgo más grave, aunque extremadamente raro, es la intoxicación por cianuro, informa la Enciclopedia Britannica. Este peligro solo se presenta tras la ingestión de grandes cantidades de semillas de manzana. Cuando las semillas se descomponen en el sistema digestivo, liberan amígdala, una sustancia que puede transformarse en pequeñas cantidades de cianuro.
Este mismo mecanismo se observa en las semillas de otras frutas, como duraznos y ciruelas. Estudios citados por Very Well Health han medido los niveles de cianuro en diferentes tipos de semillas de manzana, encontrando valores entre 12 y 86 nanogramos por miligramo.

Sin embargo, para que se produzcan efectos tóxicos, la concentración en sangre debe alcanzar al menos 0,05 miligramos por decilitro. Además, consumir altas dosis de vitamina C podría aumentar la liberación de cianuro a partir de los huesos de frutas, incrementando el riesgo de intoxicación. Los síntomas incluyen respiración acelerada, dificultad para respirar, convulsiones, pérdida de conciencia y, en casos extremos, la muerte.
Frente a la posibilidad de intoxicación por cianuro, Very Well Health subraya que la atención médica inmediata puede ser determinante para la recuperación.
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