
¿Qué significa una longevidad saludable en el caso de las mujeres? Según investigadores de las universidades de Harvard y Tufts, llegar a los 70 años sin sufrir ninguna de las enfermedades crónicas más comunes, con buena memoria, movilidad conservada y bienestar mental, define lo que llaman un “envejecimiento saludable”.
En un nuevo estudio, publicado en JAMA Network Open, descubrieron que un factor clave en ese proceso podría estar en un aspecto cotidiano pero decisivo: el tipo de carbohidratos que se consume a lo largo de la vida.
Las mujeres que incorporan alimentos ricos en carbohidratos de alta calidad, como frutas (excluyendo los jugos), vegetales (excluyendo las papas), granos integrales y legumbres, tienen mayores probabilidades de vivir una vejez saludable, según los expertos.
En qué consistió el estudio

El estudio tuvo como primer autor al científico mexicano Andrés Ardisson Korat, quien hizo la licenciatura en ingeniería en industrias alimentarias en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores en Monterrey y hoy trabaja en la Universidad de Tufts, cerca de Boston, Estados Unidos.
Con sus colaboradores, el investigador hizo un análisis observacional dentro del renombrado Nurses’ Health Study. Siguieron durante más de 30 años a un grupo de 47.513 mujeres que tenían menos de 60 años al inicio del trabajo.
De las participantes, solo el 7.8% alcanzaron el estatus de “envejecimiento saludable” tal como se definió en el estudio, es decir, llegaron a los 70 años o más libres de enfermedades como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer, y sin deterioros cognitivos, físicos o en su salud mental.

Los investigadores descubrieron que cada incremento del 10% en la proporción de carbohidratos totales en la dieta se asoció con un aumento del 17% en las probabilidades de un envejecimiento saludable.
Sin embargo, el impacto fue mayor cuando se consideraron carbohidratos de alta calidad. Por ejemplo, el reemplazo de las grasas saturadas o carbohidratos refinados (como el azúcar y la harina blanca) por carbohidratos provenientes de granos integrales, frutas y verduras se asoció con un aumento de hasta el 31% en las probabilidades de envejecer saludablemente.
En cambio, el consumo elevado de “carbohidratos refinados” se vinculó con un menor envejecimiento saludable, al reducir las probabilidades en un 13%.

Los carbohidratos refinados son alimentos que fueron procesados para eliminar gran parte de sus nutrientes naturales, como la fibra, vitaminas y minerales. Algunos ejemplos incluyen pan blanco, arroz blanco, pasta blanca, productos de panadería como galletas y pasteles, refrescos, dulces y azúcares añadidos.
En palabras de los investigadores, los hallazgos “sugieren que la calidad de los carbohidratos es un factor crucial en la promoción del envejecimiento saludable”.
La fibra dietética, particularmente la proveniente de frutas y granos, se destacó como un nutriente clave asociado con mejores resultados en todas las dimensiones evaluadas.
¿Qué significa calidad en los carbohidratos?

Tras los resultados, los investigadores remarcaron que se debería considerar la distinción entre “carbohidratos de alta calidad” y los refinados. Los primeros son alimentos ricos en nutrientes, como fibra, vitaminas y antioxidantes.
En contraste, los carbohidratos refinados incluyen productos procesados, que han perdido gran parte de su fibra natural durante el procesamiento.
Un consumo elevado de carbohidratos de baja calidad, especialmente aquellos con un alto índice glucémico (capaces de causar picos rápidos de glucosa en sangre), se vinculó con un mayor riesgo de enfermedades crónicas y peor desempeño cognitivo.
El índice glucémico es una medida que indica cómo un alimento específico afecta los niveles de glucosa en sangre tras su ingestión.

Aunque el análisis se centró en mujeres mayoritariamente blancas y profesionales de la salud, los autores consideran que los resultados pueden ser relevantes para otras poblaciones con características dietéticas similares.
El envejecimiento saludable, un concepto cada vez más estudiado debido al incremento en la longevidad, no solo depende de evitar enfermedades, sino también de mantener la funcionalidad física, mental y una buena calidad de vida. La dieta, particularmente el tipo de carbohidratos que consumimos, parece desempeñar un papel clave en este proceso.
Cambiar carbohidratos refinados y ácidos grasos trans por alimentos integrales y ricos en fibra no solo reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, según investigaciones previas, sino que ahora también podría mejorar las probabilidades de disfrutar una vejez activa e independiente.
A pesar de estos resultados, los autores señalan que todavía existen limitaciones. Por ejemplo, la población estudiada consistía mayoritariamente en mujeres de nivel educativo medio-alto, lo que podría limitar la generalización a otros sectores.

Además, al tratarse de un estudio observacional, no puede establecer causalidad directa entre la dieta y el envejecimiento saludable, aunque los hallazgos son consistentes con investigaciones previas sobre los beneficios de dietas ricas en fibra y alimentos integrales.
Propusieron continuar investigando en poblaciones más diversas y explorar los mecanismos biológicos detrás de estos efectos, como el papel del microbioma intestinal (que es la comunidad de microorganismos que viven en el tracto digestivo) y los compuestos bioactivos en alimentos ricos en fibra.
Para la población general, el estudio refuerza los beneficios de priorizar alimentos naturales e integrales frente a los ultraprocesados.

En diálogo con Infobae, Silvia Gascón, directora del Centro de Envejecimiento Activo y Longevidad de la Universidad ISalud en Argentina, destacó como valiosos los resultados del estudio.
“Señalan que el Estado debe asumir su responsabilidad de garantizar una buena nutrición en todas las edades a la población, para que todas las personas puedan alcanzar un envejecimiento saludable”, mencionó.
La población de adultos mayores crecerá, y “es fundamental que se promuevan políticas públicas y estilos de vida saludables para que esos años ganados se puedan vivir en plenitud“, dijo la experta.
La realización de actividad física regular y una alimentación equilibrada, que incluya alimentos ricos en proteínas y carbohidratos complejos, son pilares imprescindibles de una dieta saludable. “Legumbres, frutas, hortalizas, cereales integrales, más comida real y menos paquetes, sería la receta”, planteó la especialista.
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