Así es cómo debes comer para evitar los picos de glucosa y el aumento de los niveles de insulina

El orden en que consumes los alimentos, su combinación, y la frecuencia con la que los ingieres pueden marcar una gran diferencia en tu salud metabólica

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Si vas a comer arroz,
Si vas a comer arroz, acompáñalo con pescado o pollo y una ensalada con aceite de oliva (Imagen Ilustrativa Infobae)

La forma en que nos alimentamos tiene un impacto directo en la prevención y control de enfermedades crónicas como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2, dos condiciones que afectan a una cantidad significativa de peruanos. De acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa), al menos 1 de cada 10 adultos peruanos vive con diabetes tipo 2, y un número aún mayor presenta resistencia a la insulina sin diagnóstico. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) ha señalado que estas condiciones aumentan el riesgo de complicaciones cardiovasculares, renales y oculares, afectando gravemente la calidad de vida de quienes las padecen.

Frente a este panorama, la alimentación se convierte en una herramienta poderosa. No solo importa qué comes, sino cómo comes. El orden en que consumes los alimentos, su combinación, y la frecuencia con la que los ingieres pueden marcar una gran diferencia en tu salud metabólica.

Cómo debes comer cada plato de comida

Un aspecto fundamental para mantener estables los niveles de glucosa en sangre y evitar picos de insulina es cómo estructuramos y consumimos cada comida. Uno de los errores más comunes es consumir carbohidratos simples, como pan blanco, arroz, fideos o postres, de forma aislada o en exceso, lo cual provoca un aumento rápido de la glucosa en sangre y, como consecuencia, una sobrecarga en la producción de insulina por parte del páncreas.

Si consumes pan, opta por
Si consumes pan, opta por uno integral y combínalo con huevo o palta (Imagen ilustrativa Infobae)

Para evitar esto, los expertos recomiendan siempre acompañar los carbohidratos con una fuente de proteína y grasas saludables. Por ejemplo:

  • Si vas a comer arroz, acompáñalo con pescado o pollo y una ensalada con aceite de oliva.
  • Si consumes pan, opta por uno integral y combínalo con huevo o palta.

Esta estrategia ralentiza la absorción de glucosa, evitando picos bruscos y ayudando a mantener los niveles de energía estables. También es recomendable empezar la comida con vegetales ricos en fibra, seguir con las proteínas y grasas, y dejar los carbohidratos para el final. Este orden de consumo ha demostrado ser útil para modular la respuesta glucémica del cuerpo.

El rol de los grupos de alimentos en el control de la glucosa

La fibra, presente en frutas
La fibra, presente en frutas y verduras, es esencial para reducir la velocidad de absorción de la glucosa y mejorar la sensibilidad a la insulina (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cada grupo de alimentos cumple una función específica en el manejo de la glucosa y la insulina:

  • Carbohidratos: son la principal fuente de energía, pero no todos son iguales. Los carbohidratos simples (como el azúcar, golosinas y productos ultraprocesados) se absorben rápidamente y elevan la glucosa en sangre. En cambio, los carbohidratos complejos (como los granos enteros, menestras y tubérculos) se digieren más lentamente y generan una respuesta glucémica más controlada.
  • Proteínas: las proteínas ayudan a construir y reparar tejidos, pero también retardan la absorción de los carbohidratos cuando se consumen juntas. Incluir pescado, pollo, huevos, queso fresco o menestras en cada comida ayuda a estabilizar la glucosa y a generar saciedad por más tiempo.
  • Grasas saludables: las grasas no solo aportan energía, sino que también ayudan a regular la digestión de los carbohidratos. Se recomienda consumir aceites vegetales no refinados (como el de oliva), palta, frutos secos y semillas. Estas grasas son aliadas en la prevención de la resistencia a la insulina.
  • Fibra: presente en frutas, verduras, cereales integrales y menestras, la fibra es esencial para reducir la velocidad de absorción de la glucosa y mejorar la sensibilidad a la insulina. Además, mejora la salud intestinal y contribuye a una mayor saciedad.

Cómo la resistencia a la insulina y la diabetes afectan la salud

La resistencia a la insulina ocurre cuando las células del cuerpo no responden adecuadamente a esta hormona, lo que obliga al páncreas a producir más insulina para mantener la glucosa bajo control. Con el tiempo, esta sobrecarga puede llevar al desarrollo de diabetes tipo 2.

Estas condiciones no solo alteran el metabolismo, sino que tienen consecuencias a largo plazo si no se controlan. Entre las complicaciones más comunes se encuentran:

  • Enfermedades cardiovasculares (hipertensión, infartos).
  • Daño renal progresivo (nefropatía diabética).
  • Problemas visuales (retinopatía diabética).
  • Daño a los nervios periféricos (neuropatía).
  • Mayor riesgo de infecciones y mala cicatrización.

Además, la diabetes mal controlada afecta el bienestar emocional, puede generar fatiga crónica, alteraciones del sueño y reducir la calidad de vida.