Cuáles son las propiedades curativas de la fresa

La fresa es una fruta ampliamente reconocida tanto por su sabor dulce como por sus propiedades nutricionales y beneficios para la salud.

Este fruto contiene un alto porcentaje de agua y es bajo en calorías, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan una alimentación saludable.

Las fresas no solo son frutas deliciosas, sino también un excelente aliado para mantener una buena salud general. Su inclusión regular en la dieta puede contribuir a la prevención de diversas enfermedades y al mantenimiento del bienestar general.

Aquí te contamos de las principales propiedades curativas de la fresa.

Potente antioxidante

Las fresas son ricas en antioxidantes, principalmente en vitamina C, flavonoides, antocianinas y ácido elágico. Estos compuestos ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo, reduciendo el daño celular y el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Beneficio para la salud cardiovascular

El consumo regular de fresas puede mejorar la salud del corazón. Gracias a su contenido de potasio, fibra y antocianinas, las fresas contribuyen a reducir la presión arterial, mejorar la circulación sanguínea y disminuir los niveles de colesterol LDL (colesterol “malo”) en sangre, lo que protege contra aterosclerosis y accidentes cardiovasculares.

Propiedades antiinflamatorias

El ácido elágico y los flavonoides presentes en las fresas poseen efectos antiinflamatorios. Estos compuestos pueden ayudar a combatir inflamaciones crónicas asociadas a trastornos como artritis, obesidad y problemas digestivos, como la enfermedad inflamatoria intestinal.

Regulación del nivel de azúcar en sangre

A pesar de su dulzura natural, las fresas tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que no provocan picos significativos en los niveles de azúcar en sangre. Además, su contenido de fibra ayuda a ralentizar la absorción de carbohidratos, haciendo que sean beneficiosas para las personas con diabetes o en riesgo de desarrollarla.

Mejora de la función cerebral

Gracias a los flavonoides y antioxidantes que promueven el flujo sanguíneo al cerebro, las fresas pueden ayudar a preservar la función cognitiva con el paso de los años. Algunos estudios sugieren que el consumo frecuente de frutas ricas en antocianinas está asociado con la mejora de la memoria y una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Promoción de la salud de la piel

La vitamina C y los antioxidantes de las fresas tienen un efecto beneficioso en la reparación y regeneración de los tejidos de la piel. También ayudan en la producción de colágeno, lo que mejora la elasticidad de la piel y reduce el envejecimiento prematuro ocasionado por la exposición al sol y otros factores.

Propiedades digestivas y depurativas

El alto contenido de agua y fibra en las fresas favorece la digestión saludable y el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento. Además, al ser diuréticas, contribuyen a la eliminación de toxinas y al control de la retención de líquidos, lo que puede ser beneficioso en casos de hinchazón o presión alta.

Fortalecimiento del sistema inmunológico

La elevada cantidad de vitamina C en las fresas refuerza el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones, resfriados y gripes. Asimismo, algunos de sus compuestos tienen propiedades antimicrobianas y antivirales.