¿Las semillas de girasol sirven para controlar el azúcar en sangre? Esto dice la ciencia

Las semillas de girasol han ganado popularidad como alimento funcional gracias a su perfil nutricional. Diversos estudios científicos han comenzado a explorar sus posibles beneficios en el control de la glucosa en sangre, un aspecto relevante para personas con diabetes tipo 2 o con riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.

El crecimiento del interés por las estas semillas naturales como alimento saludable también ha impulsado nuevas líneas de producción orientadas al consumo humano directo. Productores nacionales han comenzado a diversificar su comercialización y se han enfocado en la venta de semillas tostadas, naturales o sin sal, en respuesta a la demanda del mercado interno.

No obstante, México sigue siendo un importador neto de este producto, lo que ha generado debates sobre la necesidad de fortalecer la producción local y aprovechar su valor nutricional y económico.

Las semillas de girasol son una fuente rica en ácidos grasos insaturados, fibra dietética, proteínas vegetales, magnesio, zinc y vitamina E. Además, contienen compuestos bioactivos como los polifenoles y fitoesteroles, que han sido asociados con efectos antioxidantes y antiinflamatorios.

Una revisión publicada en Journal of Medicinal Food (2020) analizó estudios que sugieren que los compuestos presentes en las semillas de girasol podrían mejorar el metabolismo de la glucosa. En particular, se ha observado que la ingesta regular de estas semillas podría ayudar a reducir los niveles de glucosa postprandial —es decir, después de las comidas—, gracias a su contenido de ácido clorogénico.

Este compuesto ha mostrado efectos en la reducción de la absorción de carbohidratos y en la mejora de la sensibilidad a la insulina. Además, un estudio clínico en pacientes con hiperglucemia reportó una disminución moderada en los niveles de glucosa tras incluir semillas de girasol como parte de la dieta habitual durante varias semanas.

Los investigadores destacan que el efecto hipoglucemiante de este alimento no se debe a un solo componente, sino a la combinación de nutrientes. La fibra dietética contribuye a ralentizar la digestión de los carbohidratos, mientras que los ácidos grasos insaturados mejoran el perfil metabólico. A esto se suman los antioxidantes, los cuales pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo asociado con la resistencia a la insulina.

Aunque las semillas de girasol no sustituyen ningún tratamiento médico, su inclusión moderada en una dieta equilibrada puede ser beneficiosa. Especialistas en nutrición recomiendan consumirlas sin sal añadida y en porciones controladas, debido a su densidad calórica.

Las fuentes científicas indican que las semillas de girasol pueden contribuir al control glucémico como parte de una alimentación saludable. Sin embargo, se requiere más investigación clínica a largo plazo para establecer recomendaciones específicas.