Joaquín Durán-Cantolla, médico experto en sueño: “Un espacio visualmente limpio ayuda a generar calma antes de dormir”

El especialista explica cómo el orden, el silencio y el control de la temperatura en el dormitorio influyen directamente en la calidad del descanso nocturno

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En la incapacidad de dormir
En la incapacidad de dormir también influye el espacio en el que descansamos. (Adobe Stock)

Son cada vez más las personas que se encuentran con dificultades a la hora de dormir: se meten en la cama cansadas, pero con la mente aún encendida, lo que les impide conciliar el sueño o les provoca que se alcance a trompicones. En muchas ocasiones, el problema se encuentra en el estrés, las preocupaciones o el ritmo de vida, por lo que hay que poner el foco en las rutinas previas a la hora de irse a la cama.

En este sentido, aparecen la fatiga diurna, la irritabilidad o la sensación constante de no haber desconectado del todo. Sin embargo, no siempre el motivo del insomnio se debe a estos factores: a veces la clave se encuentra en el espacio en el que se pasan las horas de descanso.

Así, el médico neumólogo y experto en sueño Joaquín Durán-Cantolla, a través de un vídeo publicado en su cuenta de TikTok (@dr.durancantolla), aporta algunos consejos que tienen que ver con la habitación para descansar mejor: “Te voy a enseñar qué debes de cambiar de tu dormitorio según la ciencia para facilitar tu sueño”.

Una mujer con insomnio. (Adobe
Una mujer con insomnio. (Adobe Stock)

La importancia del espacio para un correcto descanso

Uno de los primeros puntos tiene que ver con el silencio y la oscuridad. En un contexto cada vez más saturado de estímulos, el descanso necesita protección. “Evita ruidos y distracciones que puedan sacarte del sueño”, explica el neumólogo. Así, “el dormitorio debe ser una habitación silenciosa y bien aislada: ventanas, puertas y persianas cerradas”. Junto a esto, el médico incide en que la oscuridad es clave en este sentido.

Otro de los elementos clave está en aquello sobre lo que apoyamos el cuerpo durante horas. No es un detalle menor, sino una inversión directa en salud. “Colchón y almohada de buena calidad. Nos pasamos casi treinta años de nuestra vida durmiendo”, explica Durán-Cantolla. Por este motivo, recomienda cambiar el colchón y las almohadas “al menos cada diez años y que sean de buena calidad.” El deterioro progresivo de estos materiales afecta a la postura, al confort y, en consecuencia, a la calidad del descanso.

La temperatura del dormitorio es otro factor decisivo y, a menudo, mal ajustado. Dormir en un ambiente demasiado cálido o excesivamente frío obliga al cuerpo a hacer un esfuerzo extra. “La temperatura ideal para dormir está entre 18 y 20 grados. Nuestro cuerpo necesita enfriarse 1 o 1’5 grados y para eso enviaremos calor a nuestra piel”.

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El experto en sueño explica que, “si la temperatura exterior es muy elevada o muy fría, dificultaremos esa función generando incomodidad y posibles despertares”. Mantener ese equilibrio térmico facilita que el organismo entre y se mantenga en las fases profundas del sueño.

Más allá de lo físico, el entorno visual también influye en cómo nos preparamos mentalmente para dormir. El dormitorio no es solo un lugar funcional, sino un espacio emocional. “La decoración: cuanto más minimalista y sencilla, mejor”, recomienda el neumólogo. “Colores suaves, poco mobiliario y un espacio visualmente limpio ayudan a generar calma y paz mental antes de dormir.” Un exceso de objetos, colores intensos o estímulos visuales puede activarnos mentalmente, que es justo lo contrario de lo que necesitamos al final del día.