Cinco ejercicios para trabajar el abdomen que puedes hacer en una silla y que son especialmente beneficiosos para las personas mayores de 50 años

Una alternativa a los ejercicios de suelo, más fáciles y accesibles para personas mayores o con alguna dificultad

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(Freepik)
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La posibilidad de fortalecer el abdomen sin necesidad de recostarse en el suelo ha ganado popularidad entre quienes buscan alternativas accesibles y efectivas. Utilizar una silla resistente permite realizar ejercicios que desafían la estabilidad y activan tanto los abdominales como los oblicuos, logrando un trabajo intenso del core sin requerir un esfuerzo excesivo. Esta modalidad no solo contribuye a esculpir la cintura, sino que también refuerza la zona lumbar, lo que la convierte en una opción especialmente adecuada para personas que desean recuperar fuerza o movilidad después de los cincuenta años. El secreto radica en la ejecución lenta y deliberada de los movimientos, lo que obliga al core a trabajar con mayor intensidad que en los abdominales tradicionales.

A diferencia de la creencia extendida de que los abdominales convencionales son la solución para conseguir un vientre plano, estos ejercicios solo inciden en una parte del abdomen. En cambio, las rutinas realizadas en posición sentada activan los músculos estabilizadores profundos, responsables de mantener la firmeza y el tono general. Además, este tipo de entrenamiento mejora la postura y el equilibrio, ya que involucra los músculos que sostienen la columna vertebral durante toda la jornada. La práctica regular de estos movimientos no solo estiliza la cintura, sino que también entrena al cuerpo para moverse con mayor fuerza y control.

Además, estos ejercicios permiten reducir la grasa abdominal sin sobrecargar las articulaciones ni requerir equipamiento sofisticado. Estas rutinas fortalecen el tronco, incrementan la estabilidad y aportan energía, además de favorecer la confianza en uno mismo. La constancia y la precisión en la ejecución son determinantes para percibir los resultados en cada movimiento.

Elevación de rodilla

(Captura de video: YouTube -
(Captura de video: YouTube - Arthritis Foundation)

El primer ejercicio se centra en los abdominales inferiores y los músculos profundos del tronco que sostienen la columna. Al elevar las rodillas desde la posición sentada, se exige un control preciso de los flexores de la cadera y los abdominales, lo que contribuye a tonificar toda la zona media. Con la práctica, este movimiento incrementa la resistencia y ayuda a reducir la grasa abdominal que suele resistirse a los métodos tradicionales.

Para realizarlo, es necesario sentarse erguido al borde de la silla, sujetar los laterales con las manos, mantener el pecho elevado y el abdomen contraído. Se deben levantar ambas rodillas hacia el pecho, hacer una pausa en la parte superior y descender con control, evitando que los pies toquen el suelo. Se recomienda completar entre doce y quince repeticiones.

Giro de torso

Crédito: Freepik
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Destaca por su capacidad para mantener el equilibrio del torso y definir la cintura. Girar desde el torso, en lugar de los brazos, activa de manera profunda los oblicuos y protege la columna vertebral. Este ejercicio desarrolla fuerza y movilidad, resultando especialmente eficaz para esculpir los laterales del abdomen. La técnica consiste en sentarse derecho con los pies apoyados en el suelo y las manos entrelazadas frente al pecho, contraer los abdominales y girar el torso hacia la derecha manteniendo las caderas estables, regresar al centro y luego girar a la izquierda. Es fundamental moverse de forma lenta y deliberada para evitar el balanceo. Se aconseja realizar diez a doce giros por lado.

Abdominal con extensión de piernas

Introduce un componente dinámico a la rutina, trabajando tanto los abdominales superiores como los inferiores. Extender las piernas hacia adelante incrementa la resistencia, mientras que flexionarlas hacia el pecho eleva la intensidad del ejercicio. Esta variante resulta eficaz para tonificar el core y mejorar la coordinación de la parte inferior del cuerpo. Para ejecutarla, se debe sentar en el borde de la silla con la espalda recta y las manos apoyadas en el asiento para mantener el equilibrio, extender las piernas rectas hacia adelante contrayendo muslos y abdominales, y luego llevar las rodillas hacia el pecho con movimientos suaves y controlados. El rango recomendado es de diez a quince repeticiones.

Inclinación lateral

Crédito: Freepik
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Es un ejercicio sutil pero efectivo que fortalece los oblicuos y favorece la flexibilidad de la cintura. Al inclinarse hacia cada lado de manera controlada, se activan los músculos responsables de estilizar y dar soporte al abdomen. Este movimiento, sencillo de incorporar a la rutina diaria, ofrece resultados visibles en la tonificación. Para realizarlo, hay que sentarse derecho con los pies apoyados en el suelo, colocar una mano detrás de la cabeza y extender el brazo opuesto hacia el suelo mientras se inclina el tronco hacia un lado, contrayendo los oblicuos. Luego, se regresa a la posición vertical y se repite hacia el otro lado. Se recomienda efectuar diez flexiones por lado, manteniendo siempre la lentitud y constancia en el movimiento.

Patada de aleteo

Activa toda la zona abdominal inferior y pone a prueba tanto la resistencia como la estabilidad. Las patadas cortas y rápidas contribuyen a mejorar el control y mantienen una tensión constante en los abdominales, constituyendo una forma de bajo impacto pero alta intensidad para finalizar el entrenamiento. La ejecución requiere recostarse ligeramente en la silla, sujetarse por los lados para mantener el equilibrio, extender ambas piernas rectas y levantarlas ligeramente del suelo, alternando patadas cortas y controladas sin permitir que los pies toquen el suelo. El ejercicio debe mantenerse durante treinta a cuarenta y cinco segundos, seguido de un descanso y una repetición adicional para completar dos ronda