Caminar en ayunas, ¿ayuda a bajar de peso más rápido? Esto es lo que dice la ciencia

Aunque pueda parecer una práctica fácil y sin complicaciones a largo plazo, hay que tener en cuenta muchos factores para poder realizarla de manera correcta

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Persona caminando por un parque
Persona caminando por un parque urbano en un día soleado - VisualesIA ScribNews

El interés por las estrategias que potencian la pérdida de peso ha llevado a que la práctica de caminar en ayunas por la mañana gane popularidad entre quienes buscan resultados más rápidos. Esta modalidad, que consiste en realizar ejercicio físico de baja intensidad antes de ingerir alimentos, se fundamenta en la premisa de que, tras el descanso nocturno, los niveles de glucógeno en el organismo se encuentran reducidos, lo que favorecería la utilización de las reservas de grasa como fuente principal de energía.

El mecanismo detrás de este fenómeno, conocido como oxidación de grasas, implica que al caminar con el estómago vacío, el cuerpo recurre en mayor medida a los lípidos almacenados para satisfacer sus necesidades energéticas. Diversos estudios han explorado la eficacia de esta estrategia. Una investigación publicada en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism concluyó que el ejercicio realizado en ayunas puede propiciar una mayor reducción de la grasa corporal a largo plazo, especialmente cuando se trata de actividades de baja intensidad como caminar. Otro estudio identificó que las personas con sobrepeso que practicaban ejercicio matutino en ayunas experimentaban una mayor quema de grasa en comparación con quienes realizaban la misma actividad después de comer.

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Los factores a tener en cuenta

No obstante, la relación entre caminar en ayunas y una pérdida de peso acelerada no es lineal ni universal. Si bien la mayor oxidación de grasas puede contribuir al objetivo, la reducción de peso depende de múltiples variables, entre ellas la alimentación, la intensidad y duración del ejercicio, así como el balance energético global.

El principio fundamental para adelgazar sigue siendo mantener un déficit calórico, es decir, consumir menos calorías de las que se gastan. En este contexto, caminar por la mañana puede integrarse como un componente útil dentro de una rutina de ejercicios, pero no constituye el único factor determinante. La regularidad en la actividad física y una nutrición adecuada resultan igualmente esenciales.

(Freepik)
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Existen, además, consideraciones individuales que pueden limitar la sostenibilidad de esta práctica. Algunas personas pueden experimentar sensación de debilidad, fatiga o incluso hipoglucemia al ejercitarse sin haber ingerido alimentos, lo que puede manifestarse en forma de mareos o bajones de energía. Por este motivo, se recomienda optar por actividades ligeras, como caminar o realizar estiramientos, y evitar ejercicios de alta intensidad en ayunas. El ejercicio en ayunas no es adecuado para todos, y cada persona debe evaluar cómo responde su organismo a esta modalidad.

Por todo esto, llegamos a la conclusión de que, aunque caminar en ayunas puede ofrecer ventajas en términos de oxidación de grasas y contribuir a la pérdida de peso, su eficacia y seguridad dependen de la integración con una dieta equilibrada y un programa de ejercicio regular, así como de la adaptación a las necesidades y respuestas individuales. Por este motivo, lo ideal sería consultarlo con un profesional, siempre teniendo en cuenta nuestro metabolismo y nuestras capacidades. Acatar un buen planning alimenticio propuesto por un nutricionista y controlar todos los aspectos relacionados con el ayuno y el deporte para no experimentar ninguno de sus aspectos negativos, sería la forma más responsable de llevarlo a cabo.