Juan Rescalvo, psicólogo, sobre el miedo al fracaso: “No hay nada importante que hayas conseguido a la primera”

El perfeccionismo y la autoexigencia excesiva provocan que muchas personas prefieran no enfrentarse a situaciones nuevas por temor a cometer errores

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El miedo al fracaso provoca
El miedo al fracaso provoca que muchas personas queden inmovilizadas ante situaciones nuevas. (Montaje Infobae con imágenes de Freepik y @juanrescalvopsicologo/TikTok)

En la actualidad existe un discurso imperante que está generando una sociedad con un profundo miedo al fracaso: es necesario alcanzar la perfección para conseguir el éxito. Este mensaje procede de la idea de que todo es posible si se pone el alma en ello y si el esfuerzo es máximo.

La concepción negativa del error comienza desde que somos pequeños: una nota inferior al ocho en un examen se ve como un signo de debilidad, de no haber estudiado lo suficiente; siempre anclados en la comparación y el aprendizaje de que alcanzar buenas calificaciones les reportará halagos y muestras de cariño, muchos niños crecen con la idea de que tienen que ganarse ese afecto, algo que solo conseguirán si destacan en todo lo que hagan.

Así, llegamos a un profundo temor a cometer errores, lo que inmoviliza a la hora de realizar ciertas tareas. De esta manera, si no se intentan, nunca se podrá fracasar, lo que es visto como una virtud a través de este discurso predominante. El problema reside en que, si no se intenta, tampoco se podrá avanzar y acertar.

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El discurso imperante de la sociedad lleva a muchas personas a obsesionarse con la perfección. (Freepik)

El psicólogo Juan Rescalvo, que publica contenido en sus redes sociales (@juanrescalvopsicologo en TikTok) relacionado con el crecimiento personal a través de la psicología, ha compartido recientemente un vídeo en el que habla precisamente de esta dinámica cada vez más instaurada: los patrones de educación y la manera en la que la sociedad se estructura ha llevado a cada vez más gente a una autoexigencia excesiva.

“Este tipo de mensajes son los que muchas veces tienes en tu cabecita: ‘Si me equivoco, habré fracasado’, ‘si me sale mal, será catastrófico’”, explica el experto. “Es normal, a mí este mensaje me da ansiedad”. Y es que este discurso impone una expectativa demasiado alta, difícil de alcanzar en la mayoría de ocasiones, lo que genera estrés y culpabilidad cuando no se produce.

La importancia de cometer errores

Tal y como explica Rescalvo, esto provoca que se deje de intentar o que la ansiedad sea protagonista en el proceso, ya que se entiende que, “si lo intentas y sale mal, tu vida va a ser lamentable”. El problema es que, incluso cuando el resultado es un acierto, tampoco desaparece la rumiación mental y el juicio propio: “Podrías y deberías haberlo hecho mucho mejor”.

El perfeccionismo siempre está ahí, recordando que nunca es suficiente y que siempre hay un escalón por encima que no se ha conseguido subir. Esto genera la sensación de que nos quedamos cortos con cualquier cosa que hagamos.

La clave para comenzar a cambiar esta dinámica es modificar la mentalidad: “Mis deseos están compuestos de algunos éxitos y de muchos fracasos”. Sobre todo, hay que eliminar el sentido catastrofista de la palabra “fracaso”: no acertar o no alcanzar una expectativa autoimpuesta no significa el final de todo, sino el comienzo para volver a intentarlo o para reconfigurar nuestros objetivos, cambiando el foco hacia un discurso más amable que se centre en las virtudes.

Algunas actitudes que tenemos, pueden ser señales de lo que somos según los psicólogos

Y es que, una de las distorsiones cognitivas más frecuentes es la abstracción selectiva: solemos centrarnos en una cualidad negativa, ignorando el resto del contexto, que puede estar plagado de aspectos positivos que también son importantes y no pierden valor.

Además, Juan Rescalvo recuerda que “no hay nada importante que hayas conseguido a la primera”. Nuestra vida está llena de “fracasos”, errores y tropiezos que nos han permitido seguir creciendo, ajustar nuestras expectativas y potenciar nuestro desempeño. “Como los errores te dan conocimiento, persistencia y creatividad, si los evitaras, también estarías evitando estas habilidades”, explica el psicólogo.

Así, no hay que demonizar lo que no sale bien, sino entender que es una oportunidad para explorar otras formas de proceder, otros objetivos y otras aptitudes que hasta el momento resultaban desconocidas. Nadie aprende si todo sale a la primera o si nunca se enfrenta a la novedad.