Los universitarios más sensibles al estrés tienen pensamientos suicidas más frecuentes e intensos: “Abordarlo podría ser eficaz para la prevención”

El suicidio es la principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años en España

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Los estudiantes más sensibles al
Los estudiantes más sensibles al estrés tienden a tener pensamientos suicidas más frecuentes e intensos. (Freepik)

La población universitaria generalmente se enfrenta en su día a día a altas dosis de estrés, afectando a su salud mental: la entrega de trabajos en ajustados plazos, los periodos de exámenes, las tareas semanales o la necesidad de llegar a notas específicas. A esto se suma el hecho de que algunos de estos estudiantes deben compaginar los estudios con otras preocupaciones como el trabajo o el cuidado de familiares, entre otros.

La sensibilidad al estrés (es decir, la experimentación de un mayor malestar y sentimientos adversos en situaciones estresantes), lejos de ser algo que debe normalizarse, es un factor de riesgo del suicidio. Así lo ha determinado un estudio longitudinal coordinado por el Instituto de Investigación del Hospital del Mar y la Universidad Pompeu Fabra, publicado este viernes 10 de octubre (Día Mundial de la Salud Mental) en la revista Journal of Affective Disorders.

La investigación, bajo el título Subtipos de ideación suicida en estudiantes universitarios: un estudio de evaluación ecológica momentánea, concluye que las personas dentro de la comunidad universitaria que son más sensibles al estrés son más propensos a tener pensamientos suicidas más frecuentes, intensos y variables.

Los resultados, obtenidos a través de encuestas realizadas a más de 700 estudiantes universitarios durante 14 días consecutivos, resultan especialmente relevantes porque determinan que el control de la sensibilidad al estrés puede ser muy beneficioso en cuanto a la prevención del suicidio.

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Para la prevención de los suicidios es importante su detección temprana, por lo que resulta fundamental identificar factores de riesgo y posibles causas. (Freepik)

Detención y prevención tempranas: claves para evitar la ideación activa

En España, el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y los 29 años. El hecho de que se trate de un asunto tan complejo en cuanto a sus causas y el estigma social provoca que sea tan importante estudiarlo y afrontarlo desde todos los prismas posibles. Así, “abordar la sensibilidad al estrés podría ser eficaz para la prevención del suicidio en estudiantes universitarios”, indican los autores del estudio.

Una de las conclusiones más relevantes que extraen de la investigación es la definición de tres grados de ideación suicida pasiva (pensar en la posibilidad de morir sin tener un plan concreto ni intención inmediata de quitarse la vida): el esporádico y de baja intensidad/variabilidad, el frecuente y de intensidad/variabilidad media, y el frecuente y de alta intensidad/variabilidad. Es en estos dos últimos subtipos en los que se observa que la sensibilidad al estrés repercute más en los pensamientos suicidas, llegando a producirse al menos uno de cada dos días.

“Hasta ahora, todas las personas con ideación suicida las poníamos en un mismo cajón, por lo que costaba encontrar relaciones de causalidad con otros factores que alteran nuestra salud”, explica Jordi Alonso, coordinador del Grupo de Investigación en Servicios Sanitarios del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y catedrático de Salud Pública de la UPF.

Estos resultados, además, resultan importantes porque la ideación suicida pasiva, con el tiempo, podría materializarse en intentos de suicidio. “Nuestros datos rompen la visión tradicional de que la ideación pasiva es menos grave que la ideación activa”, señala Philippe Mortier, del Grupo de Investigación en Servicios Sociales.

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Además de los cuestionarios, el estudio ha contado con una sesión de seguimiento realizada al cabo de 12 meses, lo que les ha permitido comprobar la manera en la que esos resultados habían evolucionado con el tiempo. Gracias a esto, los investigadores han podido observar que aquellos estudiantes con pensamientos suicidas más intensos y frecuentes (de los grupos 2 y 3), cuando estos se mantienen en el tiempo, se eleva considerablemente el riesgo de intento de suicidio.

Por tanto, tener todo esto en cuenta puede predecir la ideación activa (aquella con planificación e intento), lo que facilita la detección y la prevención tempranas, que pueden salvar muchas vidas.