Si tienes dolor de muelas, estos son los alimentos que debes evitar

La temperatura y la textura de las comidas también influyen en el proceso de recuperación

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Un hombre con dolor de
Un hombre con dolor de muelas (AdobeStock)

Una de las molestias más comunes e incómodas son los dolores de muelas, que pueden volverse realmente desesperantes. El tratamiento a seguir indicado por el dentista debe ir acompañado de una dieta que ayude a aliviar el dolor, pues la alimentación juega un papel clave en la recuperación. De hecho, lo que comemos o dejamos de comer puede marcar la diferencia entre una mejoría rápida y la prolongación del dolor. Por eso, conviene saber qué alimentos deben evitarse para no agravar el malestar ni retrasar la cicatrización.

Uno de los primeros puntos a tener en cuenta son las bebidas azucaradas, explican desde la clínica dental Ferrus & Bratos. Los refrescos, los zumos industriales y cualquier líquido con alto contenido de azúcar representan un riesgo añadido. El azúcar es el principal alimento de las bacterias que habitan en la boca, y su consumo excesivo puede favorecer la proliferación de infecciones en dientes y encías. En el caso de una muela sensible o una herida reciente tras una extracción, esta acción bacteriana puede derivar en más inflamación y dolor.

De la misma forma, las frutas ácidas como el limón, la lima o el kiwi, aunque son muy saludables en condiciones normales, no resultan adecuadas cuando existe un dolor de muelas. Su acidez puede generar escozor en la zona afectada, provocar sensibilidad dental e incluso retrasar la cicatrización de las encías. En este sentido, conviene posponer su consumo hasta que la boca esté completamente recuperada.

La temperatura de los alimentos y bebidas también merece especial atención, pues consumir líquidos demasiado calientes puede ser tan perjudicial como ingerir comidas muy frías. Según cuentan los profesionales de Ferrus & Bratos, el calor intenso tiende a sensibilizar aún más los nervios expuestos, lo que provoca un aumento inmediato del dolor. Además, puede inflamar los tejidos blandos que rodean la muela, dificultando la curación. Por eso, lo más recomendable es optar por alimentos tibios o a temperatura ambiente durante los días posteriores a la aparición del dolor o a un procedimiento dental.

Infusión de manzanilla (Shutterstock)
Infusión de manzanilla (Shutterstock)

En cuanto a la textura de los alimentos, las carnes fibrosas se encuentran entre las menos aconsejables. Cortes de carne que requieren masticar con fuerza, como el filete o el pollo a la parrilla, pueden suponer un esfuerzo innecesario para la mandíbula y la zona dental afectada. Al tener que ejercer mayor presión al masticar, el dolor puede intensificarse y, en el peor de los casos, llegar a provocar pequeñas lesiones adicionales en las encías.

Por otro lado, los alimentos duros, como los frutos secos o ciertos panes crujientes, representan un riesgo aún mayor. Su dureza no solo aumenta las molestias al masticar, sino que también puede generar heridas si fragmentos pequeños se incrustan en la encía inflamada o en la cavidad que deja una muela recién extraída.

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El peligro de ciertos “remedios” caseros

Aparte de los alimentos, también conviene tener cuidado con ciertos remedios caseros. Muchas personas recurren a sustancias como el agua oxigenada, el bicarbonato o incluso el alcohol, aplicándolos directamente sobre la muela o la encía. Aunque estos productos tienen propiedades desinfectantes en otros contextos, en la boca pueden resultar demasiado abrasivos.

Su uso inadecuado puede irritar los tejidos blandos, aumentar la inflamación y prolongar la incomodidad, en lugar de aliviarla. Los especialistas coinciden en que estas prácticas no deben sustituir el tratamiento odontológico y pueden ser contraproducentes.