Cómo hacer pan de hamburguesa en casa: una versión más saludable con una miga suave y esponjosa

La hamburguesa es una de esas comidas indulgentes de las que nos gusta disfrutar de vez en cuando. Ya sea en nuestra hamburguesería favorita, en una de las muchas opciones de comida rápida que lo preparan o en su versión casera, este clásico norteamericano es la cena ideal para cuando queremos darnos un capricho y disfrutar a bocados sin culpa.

Aunque comer una hamburguesa de forma ocasional puede encajar perfectamente en una dieta saludable y equilibrada, hay quienes intentan reinterpretar esta receta buscando alternativas más ligeras, eliminando aditivos y añadidos innecesarios. Para ello, nada como una opción casera en la que controlemos todos y cada uno de los ingredientes que nos echaremos a la boca.

Y no hablamos simplemente de comprar cada elemento y componer nuestra hamburguesa en casa. Vamos un paso más allá, contándote cómo hornear tu propio pan casero en su versión más digestiva y saludable. Para elaborarlo, mezclaremos diferentes harinas, integral, de avena y de trigo, lo que nos permitirá lograr una interior de miga suave y esponjosa. Estas harinas se mezclarán con leche tibia, levadura, un huevo, aceite y un poco de miel, ingredientes que le darán a nuestro pan de hamburguesa todo su sabor y textura.

Esta receta utiliza una proporción equilibrada de harinas y técnicas tradicionales de panadería, permitiendo obtener bollos esponjosos y tiernos, con miga suave y una corteza fina. El levado doble mejora la textura y el uso de miel o azúcar integrado ayuda a dorar la superficie sin emplear demasiadas grasas.

• Preparación activa: 20 minutos
• Primer levado: 60 minutos
• Segundo levado: 40 minutos
• Horneado: 20 minutos
• Tiempo total: 2 horas 20 minutos

• 120 g de harina integral
• 100 g de harina de avena (avena molida fina)
• 45 g de avena en hojuelas
• 60 g de harina de trigo (opcional, para textura más ligera)
• 1 sobre (7 g) de levadura seca instantánea
• 120 ml de leche tibia (puede ser vegetal)
• 120 ml de agua tibia
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 1 huevo (opcional)
• 1 cucharada de miel o azúcar mascabado
• 1 cucharadita de sal
• Semillas de sésamo, chía o copos de avena para decorar (opcional)

1. Prepara la levadura: Disuelve la miel y la levadura en la leche y el agua tibias. Deja reposar diez minutos hasta que empiece a espumar.
2. Mezcla en un bol las harinas y la avena en hojuelas con la sal.
3. Haz un hueco en el centro, incorpora la mezcla de levadura, el aceite y el huevo si decides usarlo.
4. Amasa durante diez minutos hasta lograr una masa suave y ligeramente pegajosa. Si la masa está muy seca, añade agua poco a poco.
5. Coloca en un bol ligeramente aceitado, tapa y deja reposar en un lugar cálido hasta que doble su tamaño (una hora).
6. Divide en seis porciones, forma bolas y aplasta ligeramente.
7. Pon los panes sobre una bandeja con papel encerado, tapa y deja levar de nuevo 30-40 minutos.
8. Pincela la superficie con leche o huevo batido y espolvorea semillas o copos de avena.
9. Hornea en horno precalentado a 180 °C durante 18-22 minutos. Los panes deben tener un dorado suave.
10. Deja enfriar completamente sobre una rejilla antes de usarlos.

Rinde para seis panes de tamaño mediano.

• Calorías: 180 kcal
• Proteínas: 6 g
• Grasas: 4 g
• Hidratos de carbono: 30 g
• Azúcares: 2,5 g
• Fibra: 4,5 g
• Sodio: 0,5 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

En recipiente hermético, se mantiene hasta tres días a temperatura ambiente o cinco días en la nevera. Puede congelarse hasta tres meses.