La postura de la montaña, el ejercicio de yoga que previene la ciática y mejora la concentración

Estos son los pasos que debes seguir para hacerla correctamente

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Postura de la montaña generada
Postura de la montaña generada por IA

El yoga es una disciplina física y mental que ha ganado mucha fuerza estos últimos años. Esta práctica, originaria de la India, tiene una gran cantidad de efectos positivos a nivel físico y mental.

Uno de los puntos positivos del yoga es la variedad de ejercicios y posturas que hay. Esto lo convierte en una práctica muy accesible y con una gran versatilidad, siendo apto para todos los públicos.

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Una de las poses más populares es la de la montaña o Tadasana. Esta asana puede parecer sencilla en un primer momento, pero es un ejercicio base que hay que dominar para poder realizar otras de un nivel más avanzado.

Beneficios de la postura de la montaña

Según diferentes especialistas, practicar Tadasana es muy positivo. Esto se debe a que el cuerpo se mantiene erguido, con los pies firmes sobre el suelo, lo que facilita la búsqueda de equilibrio y estabilidad física. Entre los principales beneficios de esta postura, destacan la alineación de la columna vertebral o la tonificación de diversas zonas musculares.

Por otra parte, incluirlo en tu rutina ayuda a prevenir problemas de ciática, dado que refuerza la musculatura lumbar y favorece una correcta distribución de cargas en la columna. Además, al centrar la atención en la respiración y el control corporal, esta asana aumenta la concentración y reduce el estrés emocional.

El proceso de enraizamiento que propone tadasana busca fortalecer la sensación de estabilidad y seguridad en quienes la practican, lo que puede repercutir positivamente en la gestión de situaciones emocionales adversas.

Además, resulta especialmente útil para deportistas, ya que contribuye a corregir la postura corporal, aspecto relevante para quienes practican disciplinas como el atletismo o el tenis. Para maximizar estos beneficios, es importante estar concentrado en todo momento.

El yoga combina ejercicio físico y meditación para mejorar fuerza, postura y flexibilidad. Favorece la respiración consciente, reduce ansiedad, fortalece huesos y articulaciones, mejora el sueño, la inmunidad y la salud cardiovascular, aportando equilibrio emocional y bienestar integral.

Cómo adoptar esta postura correctamente

Para realizar la postura de la montaña, se debe comenzar estando de pie, con el cuerpo alineado y la mirada dirigida al frente. Los pies pueden mantenerse juntos, con los dedos pulgares y talones tocándose, o separados al ancho de las caderas si se está comenzando la práctica.

El peso debe distribuirse de manera uniforme sobre ambos pies, logrando una base firme y estable. Las piernas permanecen activas y extendidas, sin tensión excesiva. Los brazos se alinean a los lados del cuerpo, con las palmas mirando hacia fuera, separadas del tronco.

El pecho se abre suavemente y la espalda se alarga, evitando cualquier arqueo. La cabeza queda en línea con la columna, y los músculos de la cara, el cuello y la garganta se relajan. Se realizan varias respiraciones profundas por la nariz, manteniendo la postura durante varios segundos. Si te desestabilizas, prueba a separar los pies para tener un mayor control.

Adaptaciones para realizar esta postura

Esta práctica puede variar sutilmente, permitiendo ajustar la distancia entre los pies o incorporar accesorios que brinden mayor comodidad. Estas adaptaciones facilitan la accesibilidad a personas con diferentes niveles de experiencia y condiciones físicas, reforzando el carácter inclusivo de esta postura central en la disciplina del yoga.