Un estudio descubre una novedosa terapia contra las pesadillas: “Podría ayudar a prevenir la aparición de pensamientos suicidas”

Los menores que participaron en este estudio redujeron los despertares nocturnos y el malestar emocional

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Un niño se despierta después
Un niño se despierta después de una pesadilla. (Canva)

Al igual que los adultos, los niños también necesitan disfrutar de un sueño profundo y reparador por las noches. Pero frecuentemente este se ve interrumpido por las pesadillas, imágenes angustiosas que acosan la mente de los más pequeños durante la noche. Cuando esto ocurre de forma crónica, los menores son propensos a sufrir graves consecuencias para la salud mental, como angustia diurna, hiperactivación e incluso pensamientos y conductas suicidas.

Las pesadillas crónicas afectan a entre el 3% y el 12% de los niños, pero rara vez se detectan o tratan en la práctica clínica habitual, pese a las graves consecuencias que puede acarrear. “Las pesadillas interrumpen la regulación emocional y el descanso nocturno, y pueden ser una señal de alarma de problemas graves de salud mental”, la doctora Lisa DeMarni Cromer, psicóloga de la Universidad de Tulsa.

Cromer y su equipo han realizado un ensayo clínico que parece haber dado con la clave para tratar estos problemas: su investigación, publicada en la revista Frontiers in Sleep, ha demostrado que una terapia cognitivo-conductual adaptada y aplicada por telemedicina puede reducir de forma significativa la frecuencia y el malestar de las pesadillas en estos pacientes.

Se trata del primer ensayo clínico aleatorizado que prueba una terapia de pesadillas con menores de edad. En concreto, participaron 46 niños y adolescentes de 6 a 17 años, con pesadillas crónicas y problemas de sueño, la mayoría con al menos un diagnóstico de salud mental y antecedentes de experiencias traumáticas. Los pacientes se dividieron entre los que recibieron la terapia inmediata de cinco semanas de duración y a los que se incluyó en una lista de espera de la misma extensión.

Mayor descanso y mejora en el bienestar emocional

Un niño dormido en su
Un niño dormido en su cama. (Canva)

Los menores acudieron a cinco sesiones semanales por videollamada, en las que se impartió educación sobre el sueño, técnicas de relajación, manejo de la ansiedad, higiene del sueño y una estrategia específica para modificar el contenido de las pesadillas. Tras cinco semanas, los niños y adolescentes que recibieron la terapia tuvieron, en promedio, dos noches menos de despertares por pesadillas a la semana y una reducción de casi tres episodios semanales de pesadillas, en comparación con el grupo en lista de espera. Además, el malestar causado por las pesadillas disminuyó de forma notable.

El impacto fue más allá del sueño. Los niños tratados mostraron mejoras en síntomas de ansiedad, depresión, problemas de atención y conductas obsesivo-compulsivas. “El tratamiento produjo cambios fiables en la mayoría de las escalas de salud mental evaluadas”, destaca el equipo investigador.

Uno de los hallazgos más relevantes fue la reducción de pensamientos y conductas suicidas. Al inicio del estudio, uno de cada cinco participantes reportaba ideas suicidas recientes. Tras la intervención, solo uno de los niños tratados mantenía estos pensamientos, frente a cuatro en el grupo de espera. Además, ningún niño del grupo tratado desarrolló nuevas ideas suicidas durante el estudio, mientras que dos del grupo de espera sí lo hicieron.

“Estos resultados sugieren que tratar las pesadillas podría ayudar a prevenir la aparición de pensamientos suicidas en jóvenes vulnerables”, escriben los autores. No obstante, advierten que el número de casos es pequeño y se requieren más investigaciones para confirmar este efecto.