La principal causa de la obesidad podría ser una dieta alta en calorías en lugar de la falta de ejercicio

El consumo elevado de alimentos ultraprocesados muestra una correlación positiva con el porcentaje de grasa corporal, según un estudio

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Unos amigos comiendo hamburguesas (Imagen
Unos amigos comiendo hamburguesas (Imagen de archivo de Infobae)

La obesidad es considerada la enfermedad del siglo XXI, una epidemia que se expande especialmente en los países más industrializados. Las personas obesas tienen más riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, problemas de hígado, dificultades para dormir... por lo que la investigación para comprender y tratar la enfermedad se halla en los laboratorios de todo el mundo.

Uno de los debates más extendidos es sobre si la principal causa de la obesidad es una mala alimentación o la falta de ejercicio. Ahora, un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences revela que una dieta rica en calorías, especialmente de ultraprocesados, es más probable que cause esta enfermedad, es decir, más aún que no practicar ejercicio físico.

El equipo analizó datos de 4.213 adultos de entre 18 y 60 años, pertenecientes a 34 poblaciones distribuidas en seis continentes. El muestreo abarcó desde grupos cazadores-recolectores y pastores hasta agricultores y sociedades industrializadas, lo que permitió comparar estilos de vida y hábitos alimentarios muy diversos.

Los investigadores evaluaron el gasto energético total (TEE), el gasto energético por actividad física (AEE), el gasto energético basal (BEE) y dos indicadores de obesidad: porcentaje de grasa corporal e índice de masa corporal (IMC). Para calcular el AEE, restaron el BEE del TEE, aislando así la energía utilizada en el ejercicio. Los resultados se agruparon según el nivel de desarrollo económico, utilizando el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, para reflejar las diferencias de estilo de vida y dieta entre los distintos contextos.

Una porción de pizza (Pexels)
Una porción de pizza (Pexels)

En un primer análisis, los datos mostraron que el TEE, el AEE y el BEE eran más altos en las poblaciones desarrolladas, al igual que la masa corporal, el IMC y el porcentaje de grasa, lo que indicaba una mayor prevalencia de obesidad en estos países. Sin embargo, también parecía que estas poblaciones gastaban más energía en general. Al ajustar los resultados por tamaño corporal, edad y sexo, los investigadores observaron que el TEE y el BEE disminuían ligeramente, entre 6 % y 11 %, con el desarrollo económico. A pesar de estos ajustes, el AEE seguía siendo más alto en los países desarrollados, lo que sugiere que la falta de ejercicio no es la causa principal del aumento del IMC o de la grasa corporal.

El análisis reveló que el gasto energético total solo se asocia débilmente con la obesidad, explicando alrededor del 10 % del incremento de la incidencia de obesidad en los países más desarrollados. En cambio, el consumo elevado de alimentos ultraprocesados (UPF), como carnes procesadas, comidas preparadas y pasteles industriales, mostró una correlación positiva con el porcentaje de grasa corporal. Los autores subrayan que “el porcentaje de UPF en la dieta se correlacionó positivamente con el porcentaje de grasa corporal”.

La obesidad severa es una enfermedad crónica, compleja y con una alta prevalencia, que se asocia frecuentemente con otras enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Aunque el ejercicio no emerge como el principal factor detrás de la obesidad, los autores insisten en la importancia de la actividad física regular para prevenir enfermedades y mantener la salud mental. El estudio destaca la urgencia de reducir la ingesta calórica proveniente de alimentos altamente procesados para abordar la crisis de obesidad, y la necesidad de seguir investigando por qué ciertos alimentos favorecen el aumento de peso, ya que los UPF parecen afectar al organismo de formas particulares.