El hábito de las mañanas que puede ayudarnos a envejecer de forma saludable, según Harvard

El envejecimiento es un proceso inevitable que afecta a todos los seres humanos. Sin embargo, está en nuestro mano elegir en cierta medida cómo envejecemos más allá de los signos visibles como las arrugas: la salud física, la función mental y el bienestar emocional.

Una investigación reciente liderada por expertos de la Universidad de Harvard aporta evidencia sobre un hábito diario que podría marcar la diferencia: tomar café. El estudio, presentado en el congreso NUTRITION 2025 de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, analizó los hábitos de casi 50.000 mujeres durante 30 años. Los resultados sugieren que el consumo moderado de café con cafeína en la mediana edad se asocia con una mayor probabilidad de llegar a la vejez en buenas condiciones físicas y mentales.

El estudio se basó en datos del Estudio de Salud de Enfermeras, que comenzó en 1984 e incluyó a 47.513 mujeres. A lo largo del tiempo, los investigadores recopilaron información detallada sobre su dieta, salud y estilo de vida, actualizada cada cuatro años. En particular, se evaluó el consumo de cafeína a partir de diversas fuentes como el café, el té, las bebidas de cola y el café descafeinado.

La definición de “envejecimiento saludable” empleada en el estudio fue rigurosa: llegar a los 70 años o más sin enfermedades crónicas graves, mantener una buena función física y mental, y no experimentar deterioro cognitivo o problemas de memoria. Para 2016, unas 3.700 mujeres cumplían con estos criterios. En promedio, consumían 315 mg de cafeína al día en la mediana edad, lo equivalente a unas tres tazas pequeñas de café. Más del 80 % de esa cafeína provenía del café con cafeína, no de otras bebidas. En este grupo, cada taza adicional de café consumida al día se asoció con un aumento del 2 % al 5 % en la probabilidad de envejecer saludablemente, hasta un máximo de cinco tazas pequeñas (o unas dos tazas y media grandes).

Sin embargo, el beneficio no se observó en otras fuentes de cafeína. Es decir, el té, el café descafeinado y los refrescos no mostraron la misma relación positiva. De hecho, consumir más bebidas de cola se relacionó con una reducción del 20 % al 26 % en la probabilidad de envejecimiento saludable.

Según la doctora Sara Mahdavi, autora principal del estudio e investigadora en la Escuela de Salud Pública de Harvard, este es el primer trabajo que analiza el impacto del café en múltiples aspectos del envejecimiento a lo largo de tres décadas. Los resultados sugieren que el café con cafeína podría tener efectos únicos sobre la salud física y mental, más allá del simple estímulo energético que ofrece.

A pesar de los resultados alentadores, los investigadores insisten en que el consumo de café no debe verse como una solución milagrosa. “Si bien este estudio refuerza la evidencia previa que sugiere que el consumo de café podría estar relacionado con un envejecimiento saludable, sus beneficios son relativamente modestos en comparación con el impacto de unos hábitos de vida saludables en general y justifican una mayor investigación”, señala Mahdavi. Otros hábitos como una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico, no fumar y mantener relaciones sociales activas son determinantes mucho más potentes para un envejecimiento exitoso.

En la isla de Cerdeña, considerada una de las zonas azules del mundo, sus habitantes toman varias tazas de café al día, pero no uno cualquiera, sino espressos. Además, no le añaden ningún tipo de aditivos, como miel o azúcar.

Según explica el doctor Krzysztof J. Filipiak, cardiólogo y director de la International Society of Cardiovascular Pharmacotherapy, el espresso extrae los beneficios de los granos del café, que son los polifenoles. Los compuestos polifenólicos presentes en el café son conocidos por su capacidad antioxidante, que ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres.

*Con información de Europa Press