El hábito nocturno que favorece la regularidad intestinal

Una alimentación equilibrada y un descanso adecuado son clave para la regularidad intestinal

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Una alimentación equilibrada y un
Una alimentación equilibrada y un descanso adecuado son clave para la regularidad intestinal

La salud intestinal afecta no solo el sistema digestivo, sino también la energía diaria, el estado de ánimo y la salud mental. La regularidad en el tránsito intestinal depende en gran medida de las costumbres adoptadas al final del día, especialmente de la cena y de las actividades previas al sueño. La elección de alimentos y la manera en que se prepara el cuerpo para el descanso nocturno pueden determinar el funcionamiento adecuado del intestino.

De acuerdo con el medio CUSGR, una cena equilibrada y rica en nutrientes resulta fundamental para mantener la regularidad intestinal. Los especialistas recomiendan evitar comidas copiosas y pesadas, ya que dificultan la digestión. En su lugar, sugieren incluir alimentos con alto contenido de fibras, como frutas, verduras y cereales integrales. Estos productos estimulan el movimiento intestinal y favorecen el desarrollo de bacterias beneficiosas en la flora intestinal, lo que contribuye a un equilibrio digestivo saludable.

Además de la alimentación, es importante adoptar cambios en la rutina nocturna que favorezcan un buen descanso.

Alimentos a evitar en la cena

Los expertos recomiendan evitar los
Los expertos recomiendan evitar los productos lácteos por la noche porque pueden generar molestias y ralentizar el proceso digestivo. (Pexels)

CUSGR también advierte sobre los efectos negativos de los alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares, que pueden provocar digestiones lentas y sensación de hinchazón. Los productos lácteos, en particular, pueden resultar problemáticos para algunas personas, generando molestias y ralentizando el proceso digestivo. Para evitar estos inconvenientes, se recomienda optar por cenas ligeras y fáciles de digerir, como sopas suaves o platos de verduras asadas acompañados de proteínas magras.

La hidratación adecuada durante la cena y antes de dormir es otro aspecto esencial. Beber suficiente agua ayuda a facilitar la digestión y a mantener la regularidad intestinal. No obstante, el consumo de bebidas con cafeína o alcohol debe evitarse en las horas previas al sueño, ya que pueden alterar el descanso y causar molestias gastrointestinales.

El descanso es clave

La regularidad intestinal no solo depende de la alimentación, sino también de la preparación del cuerpo para el descanso. Establecer una rutina de relajación antes de acostarse, como practicar meditación, yoga o realizar una caminata corta, puede reducir el estrés, un factor conocido por afectar negativamente la digestión. El estrés crónico se asocia con trastornos como el síndrome del intestino irritable y otros problemas gastrointestinales.

Incorporar ejercicios de respiración profunda o estiramientos breves antes de dormir puede relajar tanto la mente como el cuerpo, facilitando el trabajo del sistema digestivo durante la noche. Además, la exposición a la luz azul de dispositivos electrónicos en las horas previas al sueño puede interferir con el ciclo de descanso y perjudicar la digestión. Limitar el uso de teléfonos inteligentes y computadoras en la noche se considera una medida importante para proteger la salud intestinal.

El sueño de calidad también desempeña un papel clave en la regularidad intestinal. Dormir entre 7 y 9 horas cada noche permite que el cuerpo se recupere y regenere. Un descanso adecuado mantiene en equilibrio el sistema neuroendocrino, responsable de regular diversas funciones intestinales.

Estas recomendaciones deben adoptarse poco a poco y escuchando a cómo reacciona el cuerpo, pues cada persona responde de manera diferente a los cambios en la alimentación y las actividades previas al sueño.