Qué pasa si comes huevos todos los días

Muchas personas han incluido este alimento en su dieta diaria por su sabor y sus valores nutricionales

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Un par de huevos fritos
Un par de huevos fritos (Imagen de archivo)

Durante décadas, el huevo ha cargado con una mala fama en cuanto a su contenido en colesterol. Sin embargo, los estudios de los últimos años han desterrado esta idea y han reivindicado los huevos como un alimento completo, versátil y altamente nutritivo. Por ello, muchas personas incluyen este alimento en su dieta diaria.

Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), el huevo es una fuente rica en proteínas de alto valor biológico, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita para mantener y reparar tejidos. Este aspecto lo convierte en un aliado ideal para todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez, así como para personas activas o deportistas que requieren un mayor aporte proteico. Así, comer un huevo al día contribuye a satisfacer estas necesidades sin necesidad de recurrir a suplementos artificiales.

Además de las proteínas, el huevo contiene ácidos grasos monoinsaturados, conocidos por su efecto beneficioso sobre la salud cardiovascular. Estos lípidos saludables ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (el conocido popularmente como “malo”) y a mantener o incluso aumentar los niveles del colesterol HDL (el “bueno”), lo que contribuye a un menor riesgo de enfermedades cardíacas.

Este pequeño alimento es también una importante fuente de minerales como el yodo, esencial para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, y el fósforo, necesario para la salud ósea y dental. También contiene selenio, un potente antioxidante que protege a las células del estrés oxidativo y contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico.

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El huevo, una fuente de vitaminas

En cuanto a las vitaminas, el huevo presenta un perfil envidiable, pues aporta vitamina B12, crucial para la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del sistema nervioso; riboflavina (vitamina B2) y niacina (vitamina B3), que participan en el metabolismo energético; folatos, que son fundamentales durante el embarazo para prevenir defectos del tubo neural en el feto; y vitamina A, esencial para la vista, la piel y el sistema inmunológico.

También destaca por su contenido en vitamina D, una de las vitaminas más deficitarias en la población general, sobre todo en los meses de menor exposición solar. Esta vitamina, además de ser indispensable para la absorción del calcio y la salud ósea, cumple funciones inmunológicas clave y se ha asociado a una menor incidencia de enfermedades autoinmunes y ciertos tipos de cáncer.

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El consumo diario de huevos, por tanto, no solo no es perjudicial para la mayoría de las personas, sino que puede ser muy beneficioso si se incorpora dentro de una dieta equilibrada. La clave, como siempre, está en el contexto global de la alimentación y el estilo de vida. Incluir un huevo al día en una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables puede ayudar a mejorar la calidad nutricional del menú diario sin añadir un exceso de calorías.

No obstante, es importante tener en cuenta las formas de preparación. Los huevos fritos, aunque sabrosos, pueden sumar grasas y calorías adicionales si se cocinan en exceso de aceite. Las opciones más saludables incluyen los huevos cocidos, escalfados, pasados por agua o preparados en tortillas con verduras. De esta manera, se aprovechan todos sus nutrientes sin comprometer la salud cardiovascular.