El mejor truco para que los tomates no se pudran y conserven su jugosidad

Los tomates son uno de los ingredientes más versátiles en la cocina, esenciales en una amplia variedad de platos que van desde las clásicas pastas al horno hasta exquisitos curries. Son un componente habitual en nuestras listas de la compra semanal, imprescindibles en tostadas y ensaladas y utilizados tanto en crudo como en preparaciones cocidas. Sin embargo, su estancia en el hogar puede convertirse en todo un desafío. A menudo, para cuando llegan a casa, ya están blandos, tienen algún golpe o están en mal estado, especialmente cuando no están en temporada, lo que afecta su sabor y textura. No obstante, hay un truco efectivo para prolongar su frescura y mantener su jugosidad más tiempo.

La principal razón por la que los tomates se pudren tan rápido es debido a su alto contenido de agua. Este fruto, que es en realidad una baya, es muy susceptible a la pérdida de humedad, lo que hace que se ablande y se eche a perder con facilidad. Además, la manera en que los almacenamos influye directamente en su longevidad y sabor. Tendemos a guardarlos en la nevera, sin saber que estamos cometiendo un grave error. En otras ocasiones, los dejamos en el frutero, donde maduran rápidamente.

Una creadora de contenido de TikTok, @mama_mila_, ha compartido un sencillo, pero efectivo truco para alargar la vida de los tomates: almacenarlos boca abajo. Aunque pueda parecer una técnica algo trivial, la ciencia que la respalda es bastante sólida. Los expertos de Serious Eats explican, como recoge en el medio británico Daily Express, que el método funciona gracias a la forma en que la humedad se distribuye en los tomates. Como cualquier otra fruta, tienen una base de humedad que se encuentra en su parte superior, cerca de la rama. Cuando se almacenan de manera convencional, la humedad tiende a escapar de esta área. Al colocarlos de esta manera, se sella la parte donde la humedad podría escapar, lo que ayuda a preservar su jugosidad y frescura.

Si se colocan sobre una superficie plana, como un plato o una tabla de cortar, se mantienen intactos, evitando que se deshidraten y pierdan su frescura rápidamente. Este pequeño cambio en la forma de almacenarlos puede marcar una gran diferencia en su conservación.

Aparte de la forma en que los guardamos, el lugar también es un factor crucial para mantener los tomates en buen estado. Existe un debate entre almacenar los tomates en el refrigerador o a temperatura ambiente. La respuesta depende del estado de madurez de los tomates:

• Si los tomates están maduros y listos para consumir, lo ideal es guardarlos a temperatura ambiente. El frío del refrigerador puede afectar negativamente su sabor y textura, restándoles parte de su dulzura y jugosidad.
• Si los tomates aún no están completamente maduros y planeas dejarlos unos días más antes de consumirlos, es recomendable guardarlos en el refrigerador. Esto detendrá el proceso de maduración, lo que les permitirá mantenerse frescos por más tiempo. Antes de servirlos, simplemente sácalos del refrigerador y deja que alcancen temperatura ambiente para que recuperen su sabor.