El caso de las personas que no escuchan su propia voz en su cabeza: “No estoy vacía por dentro, sé y siento cosas”

Hasta ahora, se creía que todas las personas pensaban a través de un monólogo interno, pero los investigadores han descubierto que no es así

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Un hombre frente al espejo.
Un hombre frente al espejo. (Adobe Stock)

Desde que nos despertamos hasta que nos acostamos, incluso en los sueños, somos los narradores de nuestra historia. Nos contamos el día y nos decimos a nosotros mismos de cómo ha ido, ya sea en tono positivo, negativo o neutro. Mantenemos un diálogo interno o monólogo a dos voces propias, incluso aun cuando preferiríamos no tenerlo. Pero, ¿podríamos pensar sin esa voz interior? Aunque difícil de concebir, este fenómeno es una realidad para ciertas personas. Llamado “anendofasia”, ha sido recientemente identificado por investigadores como un tema fascinante que arroja luz sobre cómo articulamos nuestros pensamientos.

“No tengo voz en mi cabeza”. Esta fue la realidad a la que se enfrentó un día Mel May, una joven neoyorquina de 30 años, que se dio cuenta de que era una excepción al leer un artículo sobre la “voz interior” que muchos asumen como algo universal. “¿Algunas personas escuchan una voz en su cabeza?”, preguntó Mel May incrédula a quien relató su experiencia en la agencia AFP. Este descubrimiento inicial le llevó a enfrentar el descrédito de sus familiares, hasta que varios psicólogos confirmaron que su situación era real. De hecho, ella es una de las pocas personas cuyo pensamiento no está acompañado por un monólogo interior.

Este fenómeno, que ha comenzado a llamar la atención de los científicos en los últimos años, fue bautizado oficialmente en 2022 por investigadores de la revista Psychological Science. Lo describieron como “anendofasia”, un término que encapsula una condición tanto sorprendente como compleja. Pero, además de su impacto individual, esta condición también suscita una pregunta más amplia y fundamental: ¿cómo formulamos nuestros pensamientos?

Entender cómo pensamos no es tarea fácil. Este tipo de estudios enfrenta un problema principal: resulta extremadamente complicado transmitir con precisión cómo opera nuestra mente a un observador externo. “La gente no se da cuenta de las características de su experiencia interna”, explicó Russell Hurlburt, profesor de psicología en la Universidad de Nevada y pionero en este campo de investigación.

Un monólogo que nos guía, pero no todo el tiempo

Hurlburt ha realizado numerosos estudios sobre los procesos de pensamiento humano, incluido uno en el que Mel May participó. En un experimento, los sujetos leyeron La metamorfosis de Franz Kafka mientras eran interrumpidos de forma aleatoria, para luego describir lo que atravesaba sus mentes justo en ese momento. Para algunos participantes, las palabras del texto no se reproducían como un monólogo interno; en cambio, eran transformadas en imágenes. Este tipo de investigación sugiere que nuestra “voz interior” no domina tanto nuestra cognición como podría parecer, algo que Hurlburt resume diciendo que nuestros pensamientos están guiados por un monólogo interior entre un 20 y un 25% del tiempo. No obstante, admite que aún se necesitan más estudios para afinar estas cifras.

Esta variabilidad es significativa. Aunque algunas personas tienen una constante voz interior, otras experimentan procesos de pensamiento diferentes, como imágenes visuales, emociones o incluso pensamientos no simbólicos. Estas conclusiones desafían la noción previamente universal del monólogo interior.

Helene L. Venbruck, investigadora especializada en el tema, reconoció que este nuevo conocimiento cambió por completo su perspectiva. “Hasta hace poco, pensaba que todo el mundo tenía una voz interior”, confesó a la AFP. Sin embargo, su propia investigación sugiere que este monólogo interno tiene un propósito importante: actuar como una “simulación interna” que facilita la traducción de pensamientos en palabras.

¿Qué impacto puede tener la ausencia de una voz interior? Aunque no hay respuestas definitivas, su ausencia podría generar implicaciones prácticas. Según Daniel Gregory, filósofo en la Universidad de Barcelona y experto en esta área, “el monólogo interior te hace vulnerable a los patrones de pensamiento negativos, a las cavilaciones. Pero también puede utilizarse para animarte, para enviar mensajes positivos”.

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Por su parte, Mel May reflexionó sobre cómo esta diferencia influye en su vida. “Creo que hay pros y contras”, comentó, añadiendo que, si bien suele preocuparse poco por el futuro, a veces le resulta más difícil procesar recuerdos del pasado. Sin embargo, descarta cualquier idea equivocada sobre una “falta de profundidad” en su experiencia emocional. “Una cosa es cierta: no estoy vacía por dentro. Sé y siento cosas”, afirmó con convicción.